Randall Scotting: “Primero trabajo el drama, luego la música”

Randall Scotting © Stephanie Girard

La primera vez que escuché al joven contratenor estadounidense Randall Scotting fue en el DVD de la ópera Ercole Sul Termodonte de Vivaldi en una producción de Alan Pascoe para el Festival de Spoletto de 2006, dirigida por Alan Curtis. Su rol fue el de Teseo, al que otorgó una voz radiante y segura, así como una presencia sólida y bien delieada en lo actoral. La belleza de su voz y su carismática personalidad le han permitido cantar para importantes compañías y en prestigiados escenarios como Covent Garden en Londres, el Metropolitan Opera y el Carnegie Hall de Nueva York, así como la Ópera de Seattle, la Ópera de Santa Fé, el Boston Baroque y el Théâtre des Champs-Elysées. Entre sus destacadas interpretaciones se encuentran diversos roles de ópera barroca de Händel, Vivaldi, Cavalli, Castrovillari y Purcell, así como obras clásicas de Gluck —como Ezio y Orfeo ed Euridice— y otras obras más recientes de Orff, Ligeti, Bernstein y Maxwell Davies.

Durante los ensayos para la ópera Eliogabalo de Francesco Cavalli, cuyo estreno tuvo lugar el 31 de julio de 2021 y al que le sucedieron varias funciones durante el mes de agosto en la West Edge Opera (www.westedgeopera.org), Randall nos comparte interesantes eventos de su carrera, reflexiones y anhelos.

¿Cómo fue su infancia y juventud?
Crecí en Grand Junction, Colorado, que es realmente un hermoso lugar en su particular estilo. La mayoría de la gente toma fotos de la nieve y los árboles de pino, pero el lado oeste del estado es más bien un paisaje desértico. Grand Junction se sitúa en un valle entre pequeñas montañas arboladas así que es un interesante lugar, pintoresco y rural, ajeno a cualquier gran ciudad. Pasé mucho tiempo al aire libre practicando senderismo, esquiando y paseando en bicicleta en las montañas. 

Aunque nadie de mi familia fue artista, mis padres siempre apoyaron mi interés en la música y la actuación. Comencé tomando clases de danza moderna cuando tenía diez años, y a los 13 comencé a estudiar violonchelo, además de tambien tomar clases de gaita por varios años. El estudio del canto llegó cuando tenía 15 años y lo realmente grandioso de mi preparación es que tuve la oportunidad de participar en muchas actividades diferentes. En la preparatoria participé en todas las producciones teatrales, canté en dos coros y tambien toqué en las orquestas escolares. Sabía que quería dedicar mi vida a la música, solo que no sabía qué dirección tomar hasta que cumplí 20 años. 

¿Cómo descubrió su voz de contratenor?
Cuando comencé la Universidad estaba cantando como barítono y estudiando canto y violonchelo. Tuve la suerte de que mi maestro de canto en el colegio había estudiado en Alemania en la década de los 70 y él amaba cantar Bach. Estaba familiarizado con la voz de los contratenores que cantaban ese repertorio en aquel entonces en Europa, pero todavía pasarían 20 años para que los contratenores comenzaran a cantar los roles principales de Händel, como lo hacemos actualmente. 

En la Universidad, mientras el director coral trabajaba con las sopranos, recuerdo haber cantado eso tranquilamente, sin darme cuenta de que era algo que otros hombres no podían hacer fácilmente. Después, en una lección de canto, mi maestro me acercó al piano y comenzamos a vocalizar en el registro más agudo. Ambos sabíamos que era un registro que teníamos que explorar. Él me dio algunas arias de El Mesías de Händel y algunas canciones de Purcell, y luego interpreté mi primer solo como contratenor en una cantata de Bach dos meses después. 

En esa época viajé a Europa por primera vez en una gira como miembro del coro, y mientras estaba allá canté para el maestro de Andreas Scholl en Basel, Suiza. El maestro me dijo que poseía una voz natural de contratenor y que siguiera adelante con mi preparación para esa tesitura. Después de eso, por un año me dediqué a explorar el repertorio operístico para tenor, barítono y contratenor antes de optar finalmente por la voz aguda. El progreso que tuve después de dar el salto al registro agudo como contratenor fue increíble. Sentí que esa era mi voz verdadera y fue fascinante conocer la historia asociada con la parte vocal. Ya jamás mire hacia atrás.

Aria ‘She weeps… Your tuneful voice’ de Athamas, en Semele de G. F. Händel:

¿Podría contarnos sobre su preparación musical?
Una vez que me convencí de querer ser contratenor, fue dificil encontrar a los maestros adecuados y la oportunidad de cantar cuando aún era un estudiante. En una ocasión, la directora de ópera en cierta universidad me dijo que ella preferiría cortarse la garganta que tener la voz de contratenor. Eso me causó una gran impresión. 

Comencé mis estudios en la Universidad Estatal de Colorado en Fort Collins, y luego terminé mi licenciatura en la Butler University de Indiana. Mi posgrado lo realicé en la Southern Methodist University en Dallas y de allí me moví a la Universidad de Colorado en Boulder para completar mi diplomado artístico. Por varios años fui artista invitado en el Julliard Opera Center, donde canté en Sueño de una noche de verano de Britten y luego me trasladé a Budapest, Hungría, para estudiar música folclórica de ese país en la Academia Liszt. 

Tomé varios cursos de verano para estudiar el estilo barroco en Oberlin, literatura vocal en Ravinia así como música de Bach y sus contemporáneos en Aldeburgh, Inglaterra. Posteriormente formé parte de un programa en Carnegie Hall, improvisando con Bobby McFerrin y otros veinte vocalistas de diferentes tradiciones musicales. 

¿Cuáles fueron sus primeras interpretaciones operísticas?
Realmente tuve mucha suerte en mi primer trabajo. Estaba aún estudiando mi diplomado artístico cuando solicité cantar la parte de Nireno, el sirviente de Cleopatra en la ópera Giulio Cesare de Händel en la Ópera de Colorado. Fue la oportunidad perfecta para mí. El elenco incluía a Stephanie Blythe en el rol de Cesare, Elizabeth Futral como una fantástica Cleopatra y Luca Pisaroni hizo allí su debut americano en el rol de Achilla. Todos ellos fueron muy amables y son inmensamente talentosos. Yo me sentía en el cielo y aprendí muchísimo. El único problema vino después, cuando asumí que así deberían ser todos los trabajos operísticos. Eventualmente aprendí a no esperar ese tipo de magia en todos los espectáculos en que canté. 

Giulio Cesare en Fort Worth, 2011

¿Cómo fue la experiencia de cantar Teseo en la ópera Ercole sul Termodonte de Vivaldi bajo la dirección de Alan Curtis?
Este montaje fue mi primer rol internacional. Como un joven cantante de Colorado, estaba asombrado de estar en Spoleto, Italia. Me hospedé en una villa del siglo XVII con una hermosa arquitectura y calles adoquinadas, el delicioso aroma de carne ahumada y café en cada esquina, con mucho arte e historia al cruzar la puerta. El único inconveniente fue el timeline. Recuerdo que nos mandaron la música tres semanas antes del primer ensayo, y fue muy estresante, pues ellos seguían trabajando en la reconstrucción de la partitura desde el manuscrito incluso durante la primera semana de ensayos. Debo confesar que descubrí cómo aprender y memorizar música muy rápidamente. Yo estaba muy ansioso en ser totalmente perfecto cuando me presentara en Italia e impresionar favorablemente a Alan. Hablando honestamente, Alan fue muy amable y generoso. Yo realmente atesoro la experiencia de haber trabajado con él mientras aún vivía. Poseía una calma amorosa y su apoyo me ayudó a que todo fuera más fácil. 

Desde luego que nuestra producción llamó mucho la atención en toda Europa debido a la desnudez. Nos habían dicho que todos estaríamos desnudos en la producción, como hermosas estatuas griegas. Al final, debido a las protestas de algunos compañeros de reparto recatados, solo el tenor Zachary Stains (Hércules) estuvo desnudo durante gran parte del espectáculo. Personalmente, yo nunca he tenido problemas con la desnudez en escena, ni en la mía ni en la de nadie más. Estrenamos la ópera y fue un gran éxito. Una semana después había todo un equipo de cámaras para filmar la ópera en DVD, lo cual originalmente no estaba planeado. 

Fue muy excitante y maravilloso estar en el centro de todo esto, pero también me presentó desafíos. El montaje fue muy exitoso y mucha gente lo amó, incluso los críticos, pero uno de ellos en particular lanzó sus dagas hacia mí, y yo aún no había construido sobre mí una piel suficientemente gruesa para repeler sus opiniones negativas. Yo estaba lleno de esperanzas y emociones con estas representaciones y descubrí que una crítica negativa puede algunas veces borrar de tu mente los aplausos y aclamaciones que uno recibe. Sé que es algo por lo que también pasan otros intérpretes, pero es un alivio decir que ahora ya soy más sabio y maduro gracias a esas situaciones.

Aria de Teseo, ‘Occhio ch’il sol’, en Ercole su’l Termodonte de Antonio Vivaldi:

¿Disfrutó usted cantar el rol de Apolo en la obra maestra de Britten Muerte en Venecia en la producción de sir David McVicar en Londres?
¡No puedo creer que ya pasó un año y medio! La pandemia ha hecho que el tiempo se sienta muy extraño para todos nosotros. Mi debut en el Royal Opera House fue como un cuento de hadas. Recién había concluido un compromiso en Dublín, donde estaba afuera en el frío, empapado de lluvia y rodeado por un tráfico intenso, cuando recibí una llamada del Royal Opera. Me preguntaron si me sentía preparado para cantar Apolo en la función del día siguiente. Desde luego dije que sí. Así que esa misma noche volé de regreso a Londres, llegando a casa después de la media noche. 

El día del espectaculo fue muy intenso: todo comenzó con los ajustes del nuevo vestuario elaborado para mí desde cero. Yo solamente había observado los ensayos pero nunca había ensayado yo mismo en escena, así que ensayé musicalmente con tres asistentes del director y luego con el primer asistente. La producción incluía cerca de 20 bailarines masculinos de la escuela del Royal Ballet, quienes ya tenían bien coreografiada la escena con Apolo, así que el director de escena caminó conmigo a través del complicado escenario. Entonces, cerca de 90 minutos antes de comenzar, conocí por primera vez al director de orquesta Richard Farnes, y él dijo que yo ya estaba preparado.

Antes de caminar dentro de ese histórico escenario por primera vez, me sentí seguro y confiado. Escuché «toi, toi, toi» y hubo algunos abrazos. Era un elenco formidable y sentí un sincero apoyo por parte de todos. Escuché mi entrada, caminé al centro del escenario con el azul y brillante Lido veneciano pintado detrás de mi, y canté mis primeras notas ante una audiencia que abarrotó ese maravilloso teatro londinense. Fueron aquellas unas funciones inolvidables en que canté en ese famoso escenario, en una producción del célebre David McVicar y al lado de estupendos colegas como Gerald Finley y Mark Padmore. Ambos son espléndidos cantantes y actores y gente de buen corazón a quienes he admirado por muchos años. 

La audiencia realmente amó ese montaje, aplaudiendo de corazón, y ofreciendo varias ovaciones de pie. Mi esposo y yo celebramos con una cena y luego decidimos caminar las cuatro millas (seis y medio kilometros) de regreso a casa para bajar la emoción. Después de eso estuve sonriendo de oreja a oreja por varias semanas. 

Por favor platíquenos de su actuación como el Refugiado en la obra Flight de Jonathan Dove.
Flight es como un pájaro raro, una comedia operística contemporánea que combina humor con algunos tópicos sombríos como la pérdida, el aislamiento. La partitura es sofisticada aunque también accessible y maravillosamente lírica. La acción se desarrolla durante el curso de un día cuando un grupo de viajeros está varado en un aeropuerto. El Refugiado es el centro de la historia: vive en el aeropuerto, pues se ha quedado en el limbo al no tener un pasaporte que le permita salir o regresar a su lugar de origen. La ópera es una comedia pero el Refugiado es por momentos lo único serio del todo. Siempre es ignorado por esos viajeros cuando les pide ayuda y a nadie le importa mucho su persona, a pesar de estar siempre presente. 

La audiencia comprende la historia del Refugiado hasta el final de la ópera, cuando canta un aria increíble, un tour de force dramático y musical. La música que Jonathan Dove obsequia al Refugiado es increíblemente intensa y hermosa, realmente amé profundizar en ella. Al final es un personaje que nos enseña cómo ser empáticos con la gente aunque no la conozcamos, y aunque no entendamos el trauma que han vivido en su trayecto.

Cuando se tuvo claro que las presentaciones en vivo serían suspendidas indefinidamente, la Ópera de Seattle tomó una acertada decisión: en vez de hacer una pausa como otras compañías el equipo de esta casa operística decidió reconcebir el espectáculo y filmarlo. 

Aria ‘Dawn’ de El Refugiado, en la ópera Flight de Jonathan Dove:


https://www.youtube.com/watch?v=sppHh7FIXgo

¿Podría contarnos sobre su actuación en la ópera Eliogabalo de Francesco Cavalli con la West Edge Company? ¿Cuáles son las exigencies para este rol?
La música de Eliogabalo es maravillosa. Viene de un gran compositor al final de una ilustre carrera. La habilidad de Cavalli transmite la profundidad y claridad de un gobernante que no está confinado en el estereotipo: es un emperador poderoso que parece vulnerable, solitario, y que anhela ser aceptado. Eliogabalo es un antihéroe en el que hay pompa, petulancia, extravagancia y excesos. 

Sin embargo, la música que Cavalli confiere al personaje una sublime ternura, sabiduría y vulnerabilidad. En cuanto a la tesitura, el rol exige un registro agudo para un contratenor, por lo que tuve que tomarme el tiempo necesario para trabajarlo, asegurándome de que las notas agudas fuesen tan sólidas como las graves. Por fortuna, cuando me ofrecieron este rol acababa de cantar en Flight un rol que tambien exige una tesitura aguda, así que todo estaba ya en buen lugar, vocalmente. 

Eliogabalo en Berkeley, 2021 © Cory Weaver

Ya que la música de esta ópera es fascinante, el siguiente elemento más interesante para mí fue el aspecto dramático del personaje y cómo encarnarlo honestamente. Históricamente, la corta vida de Eliogabalo fue como un episodio real de la saga Juego de Tronos, pero con más sexo: constantes peleas con sus amantes, asesinatos, eternas aventuras sexuales, disforia de género, todo en abundancia en esta página histórica.

A los 14 años Eliogabalo ocupó el trono, por lo que tal sentido del privilegio e invencibilidad fueron evidentes. El exceso en lujos y un total desafío a las costumbres, ceremonias y tradiciones giraban alrededor de este joven malcriado. Fue muy desagradable el hecho de que haya sido asesinado después de tan solo cuatro años en el trono. Yo me he divertido mucho encarnando este personaje y lo estaré representando en un montaje provocativo de la West Edge Opera de San Francisco, en lo que será una representación realmente salvaje.

Está usted por grabar un álbum. ¿Qué podría contarnos al respecto?
Es un proyecto realmente notable derivado de mi investigación a lo largo de varios años: una grabación de arias virtuosas que fueron escritas para uno de los más grandes cantantes del barroco, poseedor de una voz dulce de castrato contralto llamado Francesco Bernardi “Senesino” (1685-1759). Grabaré 14 arias de 11 óperas de siete compositores distintos, los cuales fueron altamente respetados en su época pero que actualmente son bastante desconocidos, como Giovanni Bononcini, Giuseppe Maria Orlandini, Attilio Ariosti y Geminiano Giacomelli. Estoy fascinado, pues la Orchestra of the Age of Enlightenment será dirigida desde el clavecín por el experto Laurence Cummings, especialista en Händel. El sello será Signum Classics y habrá un concierto en Londres con el repertorio del disco. No puedo esperar para que todos lo escuchen cuando salga a la venta el próximo año.

¿Cuáles son sus roles favoritos de la ópera?
Honestamente, amo dar vida a los personajes operísticos. Primero trabajo en el drama, tratando de entender el carácter del personaje y sus motivos, y luego uno eso con la música, la cual me aporta más ideas acerca del rol. Trabajando de esta manera es interesante recrear cualquier personaje con el objetivo de encarnar sus verdades específicas y transmitirlas con el público. Por ejemplo, en Eliogabalo interpreto a un emperador romano fuerte, adulador, y me divierto mucho con ello. Será una aproximación distinta a mis roles barrocos habituales, como Giulio Cesare, Orlando, Rinaldo, Orfeo, Ottone y Bertarido, en los cuales mi voz cálida y gran comprensión caracterológica resulta ideal. Adoro cantar Oberón de Sueño de una noche de verano, donde la música de Britten está perfectamente compuesta para mi tipo de voz, que fluye libre y natural. Esencialmente disfruto interpretar cualquier rol que me permita descubrir cosas nuevas, musical y dramáticamente. 

¿Cuales son sus proyectos futuros?
Tengo algunos proyectos que me brindan energía, especialmente después de la incertidumbre del pasado año 2020. Haré mi debut en el Bayerische Staatsoper de Múnich en mayo de 2022. Será un producción de la ópera Thomas del compositor austriaco contemporáneo Georg Friederich Haas, el cual explora aspectos físicos y espirituales de la mortalidad. Es una pieza novedosa musicalmente, pues la orquesta incluye cítara, acordeón, percusiones y varios instrumentos afinados en microtonos. Yo cantaré el rol de Michael, un enfermero que consuela a Thomas.

Me siento contento, pues además de mi grabación dedicada a Senesino, un álbum con canciones del siglo XVII saldrá a principios del próximo año. Su título será Lovesick. Decidí emplear este inesperado tiempo durante la pandemia para explorar algo de la música del siglo XVII que amo y que he querido grabar desde hace mucho tiempo. Mucho de este repertorio explora los paisajes históricos de la Inglaterra de mis abuelos y el Gales de mi abuela. Y estoy feliz de colaborar con el increíble laudista y ganador del grammy Stephen Stubbs. 

Mi álbum incluirá canciones de Henry Lawes, John Blow, Henry Purcell, John Dowland, Daniele di Castrovillari, Étienne Moulinié, Pietro Antonio Cesti y Pierre Guédron, así como canciones folclóricas escocesas e irlandesas.

También, después de unirme al elenco del Metropolitan Opera en su última temporada como cover en las funciones de Agrippina de Händel, regresaré de nuevo en el próximo otoño como cover en la ópera contemporánea Eurydice de Matthew Aucoin, basada en el mito de Orfeo desde la perspectiva de Euridice. 

Desde hace varios años he estado interesado en brindar mi guía a jóvenes cantantes procedentes de pueblos pequeños u hogares sin fácil acceso a la música y la cultura. Así que me encuentro buscando maneras para proveer el acceso y dar consejos a esos jóvenes cantantes interesados en tener una carrera musical.

Aria de Adriano ‘Son sventurato’, en Adriano in Siria de Alberto Ristori 

https://www.youtube.com/watch?v=2flcLP85BH4&t=89s

 

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