Rolf Bolwin: El coronavirus y la ópera

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Rolf Bolwin: “Nadie sabe ni puede decir qué va a suceder y cómo se verá el mundo del teatro en Alemania o cómo se desarrollará la situación después de la crisis del coronavirus” © Nathalie Bothur

Mayo 4, 2020. El abogado Rolf Bolwin fue director ejecutivo de la Asociación Alemana de Teatro y la Asociación Federal de Teatros y Orquestas de Alemania. Durante 25 años ha sido un apasionado defensor jurídico de la mejora de las condiciones financieras y laborales para los artistas en Alemania en las diferentes áreas del arte y la cultura. Además, es miembro de la junta asesora del Fondo Social de Artistas que mantiene la Cámara de Pensiones de Baviera, creada específicamente para asegurar un ingreso adicional para actores, bailarines, cantantes y músicos. 

Bolwin tiene varios puestos docentes: en el Mozarteum de Salzburgo, en la Academia de Teatro Bávaro August Everding y en la Universidad Ludwig-Maximilian en Múnich. También es miembro del Comité de Directores del Programa de Maestría en Administración de las Artes de la Universidad de Zúrich.

[Nota del editor: Si bien esta entrevista trata concretamente sobre los efectos del coronavirus en Alemania en particular y en Europa en general, aborda también temas relevantes para México y el resto de América, dado que la epidemia de Covid-19 ha afectado a las artes escénicas en todo el mundo. Además, en Alemania como en otros países de Europa, viven y trabajan muchos cantantes mexicanos que se han visto duramente afectados por la situación provocada por la pandemia.]

Señor Bolwin, la crisis del coronavirus ha afectado severamente las capacidades creativas y laborales, así como las perspectivas, de las instituciones y teatros de las artes escénicas en Alemania (y en Europa) así como la vida y el trabajo de los artistas líricos. Usted ha escrito que en Alemania, «contrario al derecho fundamental de la libertad profesional, el derecho fundamental de la libertad de ejecución artística está garantizado por el Artículo 5, Párrafo 3, Cláusula 1 de la Constitución…” ¿Significa esto que, en teoría, los teatros y festivales podrían buscar acciones legales contra el gobierno?
La constitución alemana garantiza a sus ciudadanos, como todas las constituciones de cualquier estado democrático, varios derechos fundamentales. Estos incluyen libertad de religión, libertad de arte, libertad de estudio e investigación, libertad de reunión y libertad de expresión, el derecho a moverse libremente en el espacio público, la protección de la propiedad y el derecho al trabajo. Todos estos derechos fundamentales están hoy severamente restringidos por órdenes gubernamentales debido a las medidas dirigidas a proteger a la población del coronavirus. 

Ya se han iniciado varios procedimientos legales en Alemania contra estas restricciones. [Nota de la entrevistadora: la mayoría de dichos procedimientos han sido por parte de empresas y compañías no culturales.] Los tribunales han declarado que los ciudadanos deben aceptar estas restricciones temporalmente, pero no a largo plazo; y, aunque los teatros aún no han considerado este tipo de medidas, legalmente también podrían hacerlo, debido a la violación masiva de la libertad del arte y el derecho al trabajo: ambos, pilares esenciales de la vida social en democracia, particularmente porque la libertad de arte goza de una protección especial en la Constitución de Alemania. Por lo tanto, solo se puede infringir la libertad artística en una situación extraordinaria.

En los teatros y casas de ópera alemanes, los ensambles de ópera están en gran parte constituidos por cantantes extranjeros que poseen un permiso de residencia, en su mayoría temporal, que debe renovarse regularmente. Para muchos de ellos, trabajar en Alemania o en los teatros de los países europeos es la única forma de poder ejercer su profesión y lograr un ingreso estable. ¿Qué consecuencias enfrentarán estos artistas en los próximos meses?
Es crucial recordar que los aproximadamente 140 teatros en Alemania son teatros «de ensamble» y «de repertorio». Esto significa que los actores, cantantes, bailarines y músicos están empleados permanentemente, al menos, durante varias temporadas. A pesar de que la mayoría de los teatros ahora está cerrada, sus artistas continúan recibiendo sus salarios. 

Sin embargo, esto no aplica para los artistas invitados e independientes (free-lance) que participan en una sola producción teatral o incluso en solamente una o dos funciones de la temporada. Para estos artistas, la situación aquí en Alemania es preocupante. Existen programas de ayuda gubernamental, pero generalmente no se aplican a artistas extranjeros. Algunos teatros intentan compensarlos pagando al menos una parte de la tarifa por función. Pero en muchos casos la falta de ingresos por la venta de entradas hace que esto sea imposible. 

La lección que debemos aprender es que debemos continuar con el sistema de producción de ensamble y repertorio, pues asegura un equilibrio justo entre los intereses artísticos del teatro y la protección social de sus empleados permanentes.

¿Dónde ve usted el mayor peligro?
Muchos teatros privados y gratuitos que tenemos en Alemania están, en mi opinión, en grave peligro. Apenas reciben apoyo financiero público y dependen en gran medida del autofinanciamiento. Ellos también están cerrados y tienen una necesidad económica real, lo que eventualmente puede conducir a un cierre permanente.

“Es crucial recordar que los aproximadamente 140 teatros en Alemania son ‘teatros de ensamble’ y ‘de repertorio’ […] A pesar de que la mayoría de los teatros ahora está cerrada, sus artistas continúan recibiendo sus salarios.”

En su opinión, ¿podrían las condiciones actuales llevar a una situación en que los nuevos partidos políticos nacionalistas de extrema derecha cuestionen la inversión pública en la cultura en general y en las artes escénicas en particular, bajo el lema «menos extranjeros-menos teatros»?
En mi opinión, la crisis del coronavirus tiene una ventaja significativa: los partidos de derecha están perdiendo influencia, ya que no están presentando soluciones en esta situación tan complicada. Sus consignas están siendo cada vez más rechazadas por la mayor parte de la población en Alemania. Y ese mismo rechazo se aplica a su postura —más que cuestionable— sobre el papel del teatro en la vida cultural de Alemania. Sus proclamas populistas sobre la identidad nacional en las artes y la cultura no han sido aceptadas en esta coyuntura que estamos viviendo. La gente quiere volver al teatro, a la ópera, a los conciertos, a los museos, y quiere reencontrarse con y experimentar el mundo.

En un artículo del futurólogo Matthias Horx titulado Un pronóstico del coronavirus al revés: o cómo seremos sorprendidos cuando la crisis termine, escribió que «en este momento, a menudo me preguntan cuándo terminará el coronavirus y cuándo volverá todo a la normalidad. Mi respuesta es: nunca. Hay momentos históricos en los que el futuro cambia de dirección. Les damos el nombre de ‘bifurcaciones’, o crisis profundas. Esos tiempos han llegado ahora». ¿Usted considera que se puede aplicar esta declaración al desarrollo futuro de la ópera en Alemania y Europa? ¿Cómo deben prepararse los jóvenes cantantes en términos de audiciones para su desarrollo profesional en los próximos años? ¿Tendrá sentido viajar a Alemania o a Europa para hacer audiciones?
Nadie sabe ni puede decir qué va a suceder y cómo se verá el mundo del teatro en Alemania, cómo se desarrollará la situación después de la crisis del coronavirus. Estoy convencido de que el Estado tratará de mantener instituciones como los teatros estatales. Este amplio panorama de oferta cultural pública es un punto de venta único para Alemania. Eso no se pondrá en riesgo, porque sería una señal muy negativa para la sociedad y las comunidades. 

¿A nivel internacional? El director de escena australiano Barrie Kosky, director también de la Ópera Cómica de Berlín (Komische Oper), acaba de decir en una entrevista que “el panorama de la ópera alemana es la selva amazónica para el sistema operístico del mundo. Sin el sistema alemán, el sistema mundial operístico colapsará”. Solo puedo esperar que los responsables de la política cultural en Alemania también lo sepan.

Ahora bien, hablando de las audiciones, si se celebran en Alemania durante el próximo otoño, los cantantes de otros países definitivamente deberían participar en ellas. Aunque puede suceder que algún compromiso específico tarde un poco más en realizarse… y también existe la posibilidad de que las tarifas por función sean más bajas; es decir, que estén a precios de dumping. Sin embargo, muchos teatros de ópera ya están pensando en los años posteriores a 2021. Con suerte, esta crisis de coronavirus habrá terminado para entonces.

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