Candide en Atlanta

Escena de Candide de Leonard Bernstein en la Ópera de Atlanta © Rafterman

Marzo 12, 2023. La Ópera de Atlanta presentó la opereta Candide de Leonard Bernstein ante un teatro completamente lleno, y libre de masacarillas y pruebas de Covid. Candide es una sátira escrita por Voltaire en 1759, cuando el mundo estaba atravesando por toda clase de calamidades, pero la gente no quería enfrentarlas. La novela estaba dirigida a sus amigos con sentido del humor y, cuando se refiere al Nuevo Mundo, éste todavía era una colonia europea. La publicación de este libro picaresco causó toda clase de revuelos, por la delicadeza del tema, donde afectaba muchas sensibilidades de la época. 

La opereta, de Leonard Bernstein, tradicionalmente se ha presentado como comedia musical, tipo Broadway, pero recientemente se ha descubierto su potencial para elevar su categoría a los escenarios más líricos, al igual que las comedias musicales como The Pirates of Penzance y otras obras de Gilbert y Sullivan.

La obra usa una moraleja para explicar la trama. Hay una pareja enamorada, donde el hombre es humilde y bondadoso y la mujer extremadamente materialista y calculadora. Al final descubren que el verdadero valor está en la vida sencilla y apacible. Candide es el hijo ilegítimo de una mujer de la nobleza y Cunegonde es la hija caprichosa de una baronesa. Tal como su nombre lo dice, Candide es un hombre cándido e inocente, donde todo lo que se propone le sale mal y él lo acepta. Cunegonde es una mujer ligera de cascos, donde siempre debe salirse con la suya. Es materialista y amante de los placeres y, cuando las cosas no salen como ella quiere, decide entrar en la prostitución. Se han enamorado a temprana edad y luego se separan y Candide cree que su amada ha muerto, pero no es así. Vemos al joven enamorado atravesar el mundo en la búsqueda de un indicio de su muerte, hasta que al fin se encuentran, pero ella es una mujer de vida alegre y prefiere continuar en ese estado. Pasa algún tiempo y nada ha resultado como querían. Al fin descubren que la felicidad está en la sencillez y prefieren vivir modestamente plantando flores y frutos del campo.

Con un elenco voluminoso que casi siempre está en escena, pudimos ver un grupo de jóvenes artistas y otros más experimentados que le dieron sabor a la trama. Un aspecto que nos recuerda a la comedia musical es que algunos cantantes portaban micrófonos, lo que está prohibido en una presentación operística. 

En el papel titular vimos al tenor lírico Jack Swanson, quien a veces usaba una técnica de comedia musical —es decir, emitía unos agudos blancos, sin vibrato— y luego terminaba en un pianísimo ascendente, sin apoyo. Buena voz, quizás todavía le falta experiencia.

La protagonista femenina, y que cuenta con el rol cantabile más difícil, fue la joven soprano Deanna Breiwick. De una muy complicada tesitura de soprano lírico coloratura, con dejos de dramático, debe cantar la muy enredada aria ‘Glitter and be gay’, pero al final de la opereta parecía estar algo cansada y, al emitir una nota sobreaguda, usó un chillido descendente que —debido a la comicidad de su interpretación—, quedó bien expuesto y gustó al público.

El bajo Kevin Burdette, actuando como Voltaire, se desempeñó como el líder de la trama, en forma profesional y carente de ademanes, mientras que el resto del elenco brincaba y hacía locuras. Estuvo continuamente en escena narrando los acontecimientos de su libro.

El resto de los cantantes interpretó varios personajes. Victor Ryan Robertson, personificó al Gobernardor, Vanderdenur, el Barón y Ragotski, con linda voz y alegría. La mezzo Gretchen Krupp, quien forma parte del grupo de jóvenes cantantes, dio vida a Paquette y cantó con buena energía. Deborah Bowman, quien también se ha especializado en Jazz, tomó interpretó a La anciana y la Baronesa. El barítono Craig Irvin, quien es concertista y cantante lírico, tuvo a su cargo el rol de Maximiliano. Curtis Bannister en los papeles de Martin, el Gran Inquisidor y capitán de barco también se dedica a la actuación cinematográfica, la comedia musical y la ópera.

Un escenario simple y poco variable de Steven C. Kemp demostró que el uso correcto de una simplicidad puede ser de gran éxito en el desempeño de esta opereta. También pudimos admirar la coreografía de Ricardo Aponte. En la representación participaron el bailarín clásico Jacob Attaway, quien además tiene su escuela de danza y forma parte del ballet de diversas óperas, así como Ayana Dubose, bailarina clásica y contemporánea, que ha aparecido en diversas producciones de comedia musical y ópera. Fenner Eady es especialista en comedia musical, Bailey Jo Harbaugh, lleva ya ocho temporadas con la Ópera de Atlanta, Brandon Nguyen-Hilton es un joven bailarín vietnamita que se ha presentado en el Cirque du Soleil, así como en ópera y comedia musical, y finalmente Gwynn Root Wolford, bailarina clásica multifacética.

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