Macbeth en Berlín

Anna Netrebko como Lady Macbeth en Berlín

Septiembre 23, 2023. La duodécima función de la producción estrenada en junio de 2018 trajo cambios y evoluciones dignas de una obra de arte que se revalúa con cada vista. Macbeth no es una obra popular como Rigoletto o Il trovatore, pero bien puesta rivaliza con cualquiera de las más fáciles por la forma en que los roles principales están delineados dramáticamente.

El derrumbe moral de Macbeth es triste y a la vez trágico. En su momento pudo haber sido un héroe militar, pero al final de la obra es una sombra; su mujer pasa de la máxima ambición a la semilocura, pero Verdi no le concede esa salida: Lady Macbeth permanece consciente de lo que ha hecho hasta el fin. Y he aquí donde triunfa la producción de Harry Kupfer, como tantas veces lo ha hecho con otros títulos en este mismo teatro. 

Hans Schavernoch, colaborador de Kupfer por muchos años, usa elegantes y enormes proyecciones de interiores de castillos semiderruidos, campos de batalla con explosiones, fuegos y humaredas, y sobre el escenario se ven los cuerpos de los muertos en tantas batallas. Sobre ese escenario aparece Lady Macbeth en ropa interior blanca, blandiendo una espada en alto y con un bebe muñequito blanco vestido de militar. Su rostro refleja asco, repugnancia, odio y parece presentar un enorme signo de pregunta. Las brujas aparecen como Valquirias que despojan a los muertos de sus ropas y cascos, y agrupadas sólidamente anuncian las profecías.

Mientras que en 2018 Plácido Domingo fue un Macbeth sombrío, introvertido, que mostraba poco o nada de estrecha amistad con el Banco de Kwangchul Youn, Luca Salsi y Ferruccio Furlanetto aparecen ahora riéndose a carcajadas, abrazándose como dos soldados que acababan de vencer otra batalla y que no temen por la próxima. El cambio brusco se produjo al escuchar las profecías que dejaban a Macbeth temeroso y a la vez ambicioso. La régie de Harry Kupfer muestra como Banco ve y siente ese cambio fundamental. 

Por su parte, Anna Netrebko repite ahora su Lady Macbeth con voz impecable, sin problemas de cambio de color en el registro, agudos nítidos, pianissimi controlados, coloratura exacta. Esta mujer es un fenómeno y no solamente como cantante. Su presencia tuvo todo en el rango expresivo: se movió con soltura y con autoridad, su presentación convenció hasta en el más mínimo detalle. En la gran escena inicial, la lectura de la carta la convirtió en un sutil animal de presa. La posibilidad de tener tanto poder era un afrodisiaco que ella mostraba, “haciendo el amor” con un enorme sillón blanco al que acariciaba, montaba y sobre el cual se acostaba, un verdadero tour de force. 

La escena del brindis la mostró exuberante, llena de vigor, subiéndose a un sillón y dándose vuelta al ritmo de la música para elevar su copa con perfecta sincronización. Su Macbeth (Salsi) se convirtió en asesino, un monstruo que también era débil. Su canto convenció por su entrega y por el color de su voz, que controló bien. 

Ferruccio Furlanetto es un cantante de larga y distinguida trayectoria y su Banco tuvo dignidad y presencia vocal digna de mérito. La voz supo transmitir sus dudas, su valentía y en esta producción tan especial también su desilusión con Macbeth. El tenor Fabio Sartori como Macduff dio vida a esa hermosa aria ‘Ah, la paterna mano’ y el coro se lució en gran forma. 

A la maravillosa orquesta del Staatsoper Unter den Linden solo caben superlativos, y de la mano de Bertrand de Billy sonaron respetuosos, sin cubrir a los cantantes. Es una de las grandes orquestas europeas gracias al trabajo de tantos años con Daniel Barenboim. Cabe agregar que, en la producción de Kupfer (con el acuerdo en su momento de Barenboim), termina la ópera omitiendo el ‘Inno alla vittoria’ y dejando a Malcolm y Macduff peleándose en la batalla de sucesión. ¡Brillante!

Compartir: