La fanciulla del West en Turín

Minnie (Jennifer Rowley) impide que Jack Rance (Gabriele Viviani) cuelgue a Dick Johnson (Roberto Aronica) © Daniele Ratti

Marzo 24, 2024. Continúa en esta temporada del Teatro Regio de Turín el homenaje a Giacomo Puccini en el centenario de su muerte, con la propuesta de La fanciulla del West, obra maestra que se puso por primera vez en escena en el Metropolitan Opera de Nueva York en 1910, bajo la dirección de Arturo Toscanini, y un elenco de excepción constituido por Emma Destinn, Enrico Caruso y Pasquale Amato. 

Con La fanciulla del West, Puccini, mirando a los albores del siglo XX europeo, sintió la necesidad de renovarse confeccionando una partitura sugestiva, armónicamente rica y muy original, que presentara también un guiño a las auténticas melodías del folclore americano. Es cierto que muchos melómanos quizás endurecidos no la colocaron nunca en la cima de sus preferencias (a mi juicio injustamente), y en los teatros no es tan representada como Tosca, Madama Butterfly, La bohème o Turandot. 

Pero los paladares muy exigentes la han apreciado siempre por su originalidad e innovación, admirando su flujo orquestal colmado de detalles y matices. Por ello, era esperada la nueva puesta en escena presentada en Turín, ciudad ligada al título pucciniano desde 1911, donde tuvo algunas de sus primeras representaciones italianas. Como se sabe, La fanciulla del West ha tenido un papel importante también fuera de la historia del melodrama porque le dio resonancia por primera vez al género del Western que tantos éxitos le dio al cine estadounidense en los años siguientes. 

Fue precisamente el cine lo que inspiró esta producción. La directora de escena Valentina Carrasco utilizó una aproximación meta-teatral poniendo en escena, junto a los personajes del libreto, un verdadero y propio troupe de extras (director de escena, utileros, atrecistas y camarógrafos) que durante la representación de la ópera filmaban en directo una película; y en particular de una de las Spaghetti Westerns a la italiana, ligadas al cineasta Sergio Leone que, según Carrasco, aportaron sangre nueva al Western tradicional que para entonces se encontraba en decadencia. 

Las escenas cuidadas por Carles Berga y Peter van Praet (este último también responsable de la iluminación) y los vestuarios de Silvia Aymonimo lucieron en estilo y contribuyeron con gusto a la ambientación. En particular los puntos resaltantes de la partitura encontraron una definición más neta con grabaciones en video efectuadas directamente sobre el escenario y proyectadas sobre una pantalla que descendía de lo alto. 

Escena del set cinematográfico de La fanciulla del West de Giacomo Puccini en Turín © Daniele Ratti

El riesgo en producciones como esta es que la visión escénica —más allá de ser interesante— a la larga puede aburrir. Nada de esto ocurrió, y Carrasco no perdió nunca el hilo de la narración, con ideas, descubrimientos a veces irónicos, y por momentos de fuerte impacto, así que todo en conjunto se desarrolló con extrema coherencia y tensión. 

La batuta fue confiada a Francesco Ivan Ciampa, quien guío a la óptima Orquesta del Teatro Regio con ímpetu y buen paso teatral, pero con pocas sutilezas, con una gama dinámica reducida y tendiente al forte. La protagonista, Jennifer Rowley, personificó a una Minnie lírica, convincente, sobre todo en el canto di conversazione, tan importante en Puccini, pero en los momentos más apasionados, cuando la orquesta se hacía más pesada, le llegó a cubrir la voz. También en la zona aguda la soprano estadounidense no pareció tampoco estar en su punto. 

Roberto Aronica prestó su robusta voz a Dick Johnson/Ramerrez, mostrando una sana proyección vocal y envidiable facilidad en la zona aguda, mientras que Gabriele Viviani fue un sheriff Jack Rance viril y atormentado, con buen fraseo y de timbre cálido y seductor. 

En esta ópera son muchos los papeles comprimarios, y en particular los mineros se convirtieron en un verdadero conjunto protagónico de voces. En esta producción todos fueron de elogiar, comenzando por Francesco Pittari (Nick), Filippo Morace (Sonora), Paolo Battaglia (Ahsby), como también Cristiano Olivieri, Alessio Verna, Enzo Peroni, Giuseppe Esposito, Gustavo Castillo, Adriano Gramigni, Alejandro Escobar, Eduardo Martínez, Enrico Maria Piazza, Tyler Zimmerman y Ksenia Chubunova, artistas del ensamble del Regio. 

También el Coro del Teatro Regio, dirigido por Ulisse Trabacchin, se distinguió por previsiones y expresividad.

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