Werther en Buenos Aires

Arturo Chacón-Cruz y Alejandra Malvino (Charlotte) en Werther de Jules Massenet en el Teatro Colón de Buenos Aires © Juanjo Bruzza

 

Agosto 31, 2025. Con el protagónico del tenor mexicano Arturo Chacón Cruz (en otras funciones actuó el tenor francés Jean-François Borras) el Teatro Colón de Buenos Aires presentó una nueva producción escénica de Werther de Jules Massenet, en una versión a todas luces de alta calidad.

La batuta del maestro español Ramón Tebar aseguró refinamiento orquestal y sutileza. Todo estuvo en su justo punto, desde los matices en el preludio, interpretado con excelencia por los maestros de la Orquesta Estable, como en el potente interludio entre el tercero y cuarto actos, pasando por el poético claro de luna del primero. La conjunción entre el foso y la orquesta estuvo garantizada con el necesario espíritu francés, tiempos adecuados, sutileza en los momentos necesarios, potencia y fuerza arrolladora cuando se requería.

Chacón brindó un gran Werther de comunicativos acentos. Con arrolladora energía latina electrizó al público desde su entrada. Su volumen es apreciable, su color vocal atrayente, su francés más que correcto, su fraseo adecuado y su interpretación compenetrada y profunda. 

Por enfermedad de María Luisa Merino Ronda, el rol de Charlotte fue confiado, a último momento, a la gran profesional que es la mezzoprano argentina Alejandra Malvino, quien no defraudó en la composición del personaje tanto en lo vocal como en lo actoral.

Constanza Díaz Falú tiene la estampa perfecta, el color vocal necesario y la facilidad de sus agudos para hacer de Sophie, la hermana de Charlotte, una refinada y creíble creación. Sebastián Angulegui compuso un Albert de esmerada corrección; mientras que Gustavo Gibert (Le Bailli), y Luis Gaeta (Schmidt) demostraron que aún tienen calidad luego de destacadas y longevas carreras. Ellos fueron bien complementados por Gabriel Centeno (Johann), Rocío Arbizu y Mauricio Meren, en los brevísimos roles de Katchen y Bruhlmann; mientras que el Coro de Niños y los seis pequeños solistas, preparados por Helena Cánepa, tuvieron buen rendimiento.

La puesta de Rubén Szuchmacher situó la acción alrededor de 1930. Esto no molestó a la acción ni a la comprensión de la obra, una traslación sin dudas respetuosa. El movimiento escénico planteado por Szuchmacher fue el estrictamente necesario, dejando fluir el texto y la música con naturalidad, que fue el mayor pilar de la puesta.

Con coherencia estética respecto de la decisión actoral, la escenografía de Jorge Ferrari fue despojada con pocos elementos que enmarcaron la acción, que pasó de lugares luminosos y amplios en los primeros dos actos, a interiores oscuros y más pequeños en los últimos dos, así como el paso de las estaciones del año. Gran trabajo de iluminación de Gonzalo Córdova, creando diversos climas de conmovedora belleza, mientras que el vestuario del mismo Ferrari fue de época.

 

Escena de la producción de Werther de Rubén Szuchmacher con el Coro del Teatro Colón © Juanjo Bruzza

 

Compartir: