Il Trittico en Houston

Arturo Chacón Cruz (Luigi), Ryan McKinny (Michele) y Corinne Winters (Giorgetta) en Il tabarro de Giacomo Puccini en la Houston Grand Opera © Lynn Lane
Octubre 30, 2025. Il Trittico, la trilogía de óperas en un acto que el célebre compositor italiano Giacomo Puccini (1858-1924) estrenó en el Metropolitan Opera de Nueva York el 14 de diciembre de 1918, llegó por primera vez, en su totalidad, a la Houston Grand Opera.
Inexplicablemente, en este escenario solo se habían escenificado de manera individual: Il tabarro (en la temporada 1962-1963) y Gianni Schicchi (en las temporadas 1957-1958, y 1969-1970, última vez que se escucharon aquí sus notas), por lo que esta primera función fue en realidad el verdadero estreno local del Il trittico.
Su programación se debe al anhelo que tuvo durante mucho tiempo Patrick Summers, director musical de la compañía, quien dejará el cargo que ocupa desde 1998 en la primavera del 2026. Summers, quien además asumió la dirección artística de la compañía en 2011, tuvo el mérito de crear y desarrollar la propia orquesta de la HGO, hoy una de sus fortalezas, después de que en el año de su nombramiento como director musical culminara la colaboración entre el teatro y la Houston Symphony, así como de comisionar óperas nuevas, priorizando la obra de compositores estadounidenses, y de programar óperas poco conocidas y olvidadas del repertorio. Summers se alejará del trabajo diario en el teatro, pero asumirá el título de director musical emérito, por lo que ocasionalmente volverá al podio de este teatro.
A pesar de que la historia de cada una de las óperas ocurre en tiempos y lugares distintos, son de estilo contrastante y están basadas en obras tan diferentes, existe una temática, a la que pocas veces se alude, pero que crea una conexión entre ellas… y es el tema de la muerte. En Il tabarro, Giorgetta engaña a su marido Michele, después de la muerte de su hijo, y Michele a su vez termina asesinando a Luigi, el amante. En Suor Angelica, la vida de la monja es destrozada por la noticia de la muerte de su hijo ilegitimo; y finalmente, Gianni Schicchi ayuda a la codiciosa familia Donati a falsificar el testamento de su difunto trio Buoso.
En esta nueva producción, la atención se centró en la participación y desempeño vocal y actoral de Corinne Winters quien, en su debut local, abordó con éxito los papeles principales de cada una de las tres óperas, que es considerado un tour de force vocal, pocas veces visto. La soprano estadounidense, a quien actualmente se le reconoce como una de las mejores intérpretes del rol de Madama Butterfly, sabe adaptar su voz a la escritura pucciniana, y cantó con ímpetu e intensidad el papel de Giorgetta; con desgarradora, intensidad y pasión el de Suor Angelica, regalando una memorable interpretación de la aria ‘Senza mamma’, con tristes y descendientes frases; y el de Lauretta con ligereza, color, picardía y gracia, agradando con su cálida interpretación de la conocida aria ‘O mio babbino caro’ que le valió los aplausos más intensos de la función. Actoralmente mostró personalidad, temple y compenetración con cada uno de los personajes, en una ardua y extensa velada en la que supo salir avante de la mejor manera posible.

Escena de Suor Angelica © Lynn Lane
Por su parte, el barítono Ryan McKinny fue un intenso, iracundo y furioso Michele en Il tabarro, que contrastó con el humor, el cinismo y el desparpajo con el que personificó al protagonista de Gianni Schicchi. Del extenso elenco que participó a lo largo de esta función, debemos mencionar a la experimentada mezzosoprano Jamie Barton, que con su voz oscura y de grato color, dominio, e intensidad, cantó los papeles de Frugola en Il tabarro, la Princesa en Suor Angelica, y con particular gracia el de Zita (en Gianni Schicchi).
Por su parte, el tenor Arturo Chacón-Cruz, considerado como cantante de casa, ya que completó su formación en el estadio de este teatro, personificó correctamente en la parte canora como en la escénica los papeles de Luigi en Il tabarro) y Rinuccio en Gianni Schicchi. El legendario bajo italiano Andrea Silvestrelli interpretó las partes de Talpa en Il tabarro y Simone en Gianni Schicchi, con naturalidad y desenvolvimiento, aunque su potente voz de bajo ya se escucha áspera y destemplada en su emisión.
El extenso elenco de cantantes a quienes les fueron asignados roles en las tres óperas, la mayoría de ellos alumnos y exalumnos del estudio del teatro, merecen todos y cada uno de ellos un reconocimiento por su aporte para hacer posible esta obra que requiere voces y personalidades de todo tipo, dados sus distintos estilos musicales; como también un reconocimiento para el coro de la Houston Grand Opera, que dirige el maestro Richard Bado, por el empuje en cada una de sus breves intervenciones.
En la parte escénica, la producción diseñada por el escenógrafo Allen Moyer, con vestuarios de Bruno Schwengl, la iluminación de Marcus Doshi, y la dirección escénica de James Robinson, fueron atractivas y situadas en un tiempo actual. En Il tabarro, la historia se lleva a cabo en lo que parece la cubierta de un barco, y aunque la trama original se ubica en el rio Sena de París, se puede intuir que en realidad podría ser en cualquier puerto en la actualidad, con estibadores cargando y descargando mercadería de un barco, en un ambiente oscuro, de noche, con juegos de claroscuros y rayos que iluminaban el escenario a través de muros localizados en cada extremo, causando una sensación de zozobra, de que una tragedia o asesinato era inminente en cualquier momento. Esa oscuridad permitía los encuentros entre Luigi y Giorgetta, y el asesinato de Luigi a manos de Michele ocurre con una cierta dosis de excesiva violencia.
Por su parte, Suor Angelica se ubica en el interior de una enorme cocina y comedor para las monjas: un escenario con una brillante iluminación, que solo se apaga con la desesperación de Angelica, después del desgarrador final. Los vestuarios azules de las monjas eran del mismo color que las paredes del comedor de las escenografías. Finalmente, Gianni Schicchi se lleva a cabo en un cuarto futurista y utópico, dentro de una habitación cuyos techos, pisos y paredes, están cubiertas de un patrón geométrico pero abstracto de triángulos blancos y negros. Los modernos y elegantes vestuarios de los personajes en esta ópera utilizaron también los colores blanco y negro; y al final de la obra se abrió el fondo del escenario para mostrar una enorme fotografía de la ciudad de Florencia, en una época indefinida.
Robinson supo extraer dramatismo, intensidad actoral y un paisaje emocional en Il tabarro y Suor Angelica, así como un bullicioso caos cómico en Gianni Schicchi. Su dirección escénica fue puntual y directa, dentro de un marco perteneciente a la Houston Grand Opera, realizado en coproducción con el Daegu International Opera Festival de Corea del Sur, donde ya fue visto, y que se puede resumir como visualmente rico, preciso y sincronizado con la música y las historias.
Al frente de la orquesta, Patrick Summers acentuó tanto la intimidad como la grandiosidad y exuberancia de la partitura de Puccini. Bajo su batuta la orquesta toco con calidez, claridad, intuición dramática, creando la atmósfera apropiada de cada título, como la comicidad en Gianni Schicchi, y la tensión latente en Il tabarro y Suor Angelica. Al final, muchos aplausos y entusiasmo por parte del público, y que a pesar de ser la función de estreno no logró llenar el teatro.
Summers concluirá su gestión dirigiendo una rareza con puesta en escena, ideada por el recientemente fallecido Robert Wilson, de Messiah de Georg Friedrich Händel, en la versión arreglada y revisada por Wolfgang Amadeus Mozart.

Escena de Gianni Schicchi © Lynn Lane