Adriana Lecouvreur en París

Enero 19, 2024. La Ópera de París repuso con éxito Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea, versión en la que se conjugaron una batuta de gran nivel, un elenco parejo y sin fisuras y una puesta en escena de gran calidad.

Gran trabajo de Jader Bignamini en la dirección orquestal, haciendo relucir toda la belleza de la partitura, haciéndola crecer en coherencia musical y dando perfecto lugar a los solistas para su lucimiento, resaltando tanto los momentos líricos como los dramáticos. La respuesta de los profesores de la orquesta fue de primer nivel para redondear una versión musical de excelencia.

No es fácil escribir alguna novedad sobre Anna Netrebko y la composición de sus personajes. Adriana Lecouvreur le permite a la gran soprano rusa mostrar y demostrar su perfección vocal y su credibilidad actoral. Ya desde su ingreso con ‘Io son l’umile ancella’, cantada con un fiato apabullante, tiempos largos, plenitud de matices y con una emoción que se trasladó del escenario al público, Netrebko fue una Adriana de altísima calidad. Plena de vitalidad en el primer acto, el drama se va incrementando en su voz a medida que transcurre la representación. 

Antológico su duelo con la Princesa de Bouillon, impactante en el recitado de Fedra con solemnidad trágica y sin afectaciones, desgarradora en el acto final con un ‘Poveri fiori’ de antología y una escena de la muerte escalofriante. Naturalmente, la composición del personaje la da la posibilidad de mostrar su musicalidad sin fisuras, de apabullar con sus agudos, de enamorar con su fraseo inmaculado, y de disfrutar de su hermoso timbre perfectamente reconocible. Ha crecido también en densidad en el registro grave, que suena más natural. Adriana Lecouvreur no es tal sin una diva que la encarne, pero no es nada sin un equipo de primera línea que la acompañe. Y en este caso, Anna Netrebko lo tuvo.

Yusif Eyvasov es un tenor confiable y seguro que compuso un Maurizio pleno de heroísmo y a su vez cálido y enamorado. Actoralmente creíble y muy correcto, mostró muy buen volumen, registro amplio, notable entrega y agudo poderoso. No es novedad que su color es poco atractivo y quizás algo nasal, pero cumple con su cometido en forma perfecta y no defrauda en ningún momento. Ekaterina Semenchuk fue una extraordinaria Princesa de Bouillon. Registro homogéneo y amplio, proyección perfecta, graves poderosos, credibilidad escénica e intensidad dramática perfectamente dosificada. Una rival de Netrebko en la escena a su altura. Un lujo, el Michonnet de Ambrogio Maestri, una gloria del canto italiano. Fraseo admirable, dicción e intencionalidades perfectas, voz poderosa y bien timbrada en toda la extensión del registro.

Muy bien servido, el Principe de Boullon de Sava Vemić, y muy interesante la voz del tenor Leonardo Cortellazzi (el Abate de Chazeuil). Equilibrado el cuarteto de artistas de la Comedie formado por Alejandro Baliñas Vieites (Quinault), Nicholas Jones (Poisson), Ilanah Lobel-Torres (Jouvenot) y Marine Chagnon (Dangeville). Correctos en sus breves partes tanto Se-Jin Hwang (mayordomo), así como el coro, dirigido en esta ocasión por Alessandro di Stefano.

Si nos referimos a David McVicar, sabemos que nos vamos a encontrar con una puesta en escena respetuosa en tiempo y espacio de muy buena factura general. Es el caso de esta Adriana… que ya recorrió los escenarios del mundo, se ofreció en los cines en directo y hasta se encuentra disponible en DVD. La acción se desarrolla de manera coherente, no hay momentos vacíos y la idea de la presencia permanente de un escenario dentro del escenario, es una marca registrada de esta versión. De perfecto estilo, los trajes de Brigitte Reiffenstuel, bella la coreografía de Andrew George, y perfecto y funcional marco escénico de Charles Edwards.

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