Cecilia Eguiarte canta con la OFUNAM
Del 14 de enero al 2 de abril, a lo largo de 11 programas, la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM) presenta su Primera Temporada de Conciertos 2023, bajo la gestión de su flamante director titular (enero 2023-diciembre 2025), el francés Sylvain Gasançon, quien llega a ese cargo luego de que el italiano (aunque nacido en Inglaterra) Massimo Quarta, concluyera su periodo al finalizar 2020.
El Programa Número 2 de la actual temporada de la OFUNAM (Foco Francia), presentado 21 y 22 de enero en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario (CCU), incluyó tres obras, en una de las cuales tuvo participación la soprano capitalina Cecilia Eguiarte.
Este par de conciertos dieron inicio con el estreno de after Op. 92 del compositor tapatío Víctor Ibarra (Guadalajara, 1978), una suerte de trasnochada reflexión sonora, tímbrica, del espacio y sobre todo del ritmo, que se inspira en las propuestas musicales que pueden considerarse en la Sinfonía No. 7 en La Mayor de Ludwig van Beethoven.
En efecto, la obra puso a prueba a la orquesta en esa florida búsqueda de hilvanado, secuencia, color y planos instrumentales, por lo que la sala adquirió un aire retro sigloveintero a partir de la ejecución sonora.
Para cerrar la primera parte del programa, la OFUNAM ofreció de Ernest Chausson (1855-1899) Poème d’amour et de la mer Op. 19 (1893), con la voz de la joven soprano Cecilia Eguiarte, ex integrante del Estudio de la Ópera de Bellas Artes y a quien el público en el CCU ya le ha podido apreciar en los roles protagónicos de las óperas Luciérnaga (2018) de Gabriela Ortiz (1964) y, más recientemente, La sed de los cometas (2022) de Antonio Juan-Marcos (1979).
En las dos piezas vocales que integran la obra (I. La fleur des eaux y III. La mort de l’amour), vinculadas por un delicado puente musical (II. Interlude), la soprano mostró una cálida expresividad no sólo a través de su canto, sino también del movimiento corporal y de la gesticulación, todos ellos recursos en sintonía con el ensueño del amor y la naturaleza propio del periodo romántico.
La voz de Cecilia Eguiarte corrió por la sala con su bello timbre, fresco, cremoso y cada día más consolidado en los aspectos técnicos de su emisión, y así fue como las palabras de Maurice Bouchor, amigo de Chausson, resonaron con sentido poético en el público.
Luego del intermedio, la OFUNAM abordó la Sinfonía fantástica: Épisode de la vie d’un artiste … en cinq parties (1830) de Hector Berlioz (1803-1869).
Las cinco partes —I. Rêveries – Passions (Largo), II. Un bal. Valse (Allegro non troppo), III. Scène aux champs (Adagio), IV. Marche au supplice (Allegretto non troppo) y V. Songe d’une nuit de sabbat (Larghetto – Allegro)— trazan la aventura opiácea de un músico que se adentra en terrenos dionisiacos del baile, el desenfreno e incluso el aquelarre, tentado por la desilusión amorosa. Una excursión musical pionera de la psicodelia, como palabras más o menos llegara a expresar el director Leonard Bernstein.
Y resultó, acaso, una pieza justa para que Sylvain Gasançon, en tanto nuevo titular de la OFUNAM (agrupación con la que ciertamente ya había colaborado) pudiera sopesar las fortalezas y debilidades de una orquesta en su búsqueda de una imagen sonora que sobresalga de lo ordinario, si es que ello se aterriza como una meta.