Concierto por la paz en Milán

Rosa Feola, Veronica Simeoni, Riccardo Chailly, Juan Diego Flórez y Alex Esposito al frente de la Orquesta y el Coro de la Scala de Milán en un concierto dedicado a recaudar fondos para Ucrania.

Abril 4, 2022. Como parte de una de las acciones organizadas por el gobierno de la ciudad de Milán para recaudar fondos en apoyo al pueblo ucraniano por motivos sobradamente conocidos, el Teatro alla Scala programó el Stabat Mater de Gioacchino Rossini con un elenco “dream-team”, la orquesta y el coro de casa.

La noche del 4 de abril salió al escenario Giuseppe “Beppe” Sala, alcalde de la capital lombarda, para agradecer a los asistentes por la compra del boleto, cuyo importe servirá para apoyar a la Cruz Roja Italiana en sus labores en tierras ucranianas, gracias a los 380 mil euros recaudados. Entre aplausos entró al proscenio un elenco de ensueño seguido del director artístico del teatro, Riccardo Chailly.

El concertador milanés, poseedor de una renombrada batuta belcantista, ofreció una interpretación parca y por momentos tediosa, salvo por el finale, donde la Orquesta del Teatro alla Scala respondió enérgicamente a la explosiva página final. Los tempi de Chailly fueron en extremo lentos e introspectivos, aunque como es habitual en él, las dinámicas de volumen fueron casi de ensueño.

Si hubiera algo que reprocharle a la orquesta, sería el conjunto tan grande que se ocupó para un título como éste, pues la formación de más de 80 músicos, no en el foso sino sobre el escenario, provocó que por momentos cubriera a los cantantes con un ejército de cuerdas lidereadas por poderosos alientos.

Elevándose en el escenario escalonado estuvo el siempre elegante Coro del Teatro alla Scala, cuyos integrantes hicieron un trabajo espectacular gracias al trabajo de Alberto Malazzi. Las interacciones con los solistas fueron soberbias, mientras los momentos a capella  fueron estremecedores.

La soprano Rosa Feola interpretó su parte solista con la exquisita y chispeante voz que la caracteriza. Su embarazo es evidente, tanto física como auditivamente, denotando un color más robusto respecto al habitual. Su dueto con la mezzosoprano Veronica Simeoni, ‘Quis est homo’ fue de lo más gustado de la noche. Por su parte, la voz de esta cantante resonó sobre todo en el registro grave de ‘Fac ut portem’, aunado a los saltos a los agudos, donde evidenció ser poseedora de una sólida técnica vocal.

El elenco masculino fue igualmente portentoso. El tenor peruano Juan Diego Flórez conmovió en el tan esperado ‘Cujus animam’, donde demostró un Re bemol sobreagudo que lanzó sin el menor esfuerzo, erizando la piel de los conmovidos asistentes. El estilo rossiniano de Flórez coronó su técnica vocal aunado a su inconfundible y fulguroso color. Mientras tanto, el bajo-barítono Alex Esposito demostró tener madera no solo para el repertorio buffo, sino que en el repertorio serio es igualmente competente. Sus profundas pero coloridas notas graves en ‘Pro peccatis’ resonaron a pesar del volumen de la orquesta. Su ‘Eja, Mater’, junto con el coro, fue muy bien recibido.

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