Der fliegende Holländer en Toronto

Escena de la producción de Christopher Alden de Der fliegende Holländer para la COC © Michael Cooper

Octubre 23, 2022. Gran inicio de temporada 2022-23 tuvo la Canadian Opera Company (COC) con la reposición de la ópera El holandés errante de Richard Wagner, de excelente hechura, con un elenco de altísimo nivel y la reposición de la controvertida producción escénica de Christopher Alden. 

En lo estrictamente vocal, la elección del protagonista no pudo ser mejor ni más acertada. Ya desde su entrada, con un modélico ‘Die Frist ist um’, el barítono danés Johan Reuter conquistó a la audiencia por su gran forma vocal y por la gran autoridad con la que retrató la parte el atormentado holandés. La escritura de su parte le brindó una gran oportunidad de lucir su timbre de atractivo color, su voz generosa, extensa y dúctil, cualidades que aprovechó para convertir en oro cuanta nota cantó. En la escena, caracterizó a un holandés de carácter contrastante: por un lado, aterrador y sombrío; y por otro, sensible y débil por el paso del tiempo y el peso de la maldición que carga sobre sí.

Una grata sorpresa dio Harold Wilson, quien tuvo que reemplazar de último momento a Franz-Josef Selig, en la parte de Daland. Poseedor de destacables medios vocales, el bajo americano delineó con sólidos medios un calculador y manipulador marinero noruego, haciendo gala de graves sonoros y de grato color y de un canto efectivo e intencionado. Muy próximo al ideal, el tenor alemán Christopher Ventris le sacó brillo a la parte del solitario e infeliz cazador Erik, al que interpretó con absoluta corrección, luciendo una voz lozana, brillante y homogénea, de agudos fáciles y bien proyectados y de canto admirable por lo natural y expresivo. En la escena, fue además muy entregado, caracterizando con gran convicción a un amante impulsivo, desesperado y absolutamente sobrepasado por los acontecimientos en los que se encuentra inmerso. Imposible pasar por alto la labor del prometedor tenor americano Miles Mykkanen, quien resultó un lujo desmedido para la parte del maltratado y borracho timonel de Daland.

Marjorie Owens como Senta en Der fliegende Holländer en Toronto © Michael Cooper

Del lado de las voces femeninas, a la soprano americana Marjorie Owens, el personaje de la enamorada y obsesiva joven noruega Senta le calzó a la perfección. Cantante de un patrimonio vocal descomunal, descolló en su famosa balada ‘Johohoe! Traft ihr das Schiff im Meere an…’ donde, gracias a una técnica depuradísima y a un perfecto control de su voz, supo sortear sin dificultad alguna, gran soltura y absoluta precisión, los ataques agudos exigidos por la partitura. Su dúo ‘Wie aus der ferne’, donde juró lealtad al holandés, fue, tanto por su calidad vocal como por la emotividad que impuso a su canto, uno de los hitos vocales de la representación. Completó el elenco vocal, Rosie Aldridge, quien resultó una nodriza Mary efectiva y bien plantada, de voz potente y diestramente administrada. 

Excelentemente preparado, el coro de la casa dirigido por Sandra Horst tuvo una prestación de alto vuelo. A cargo de la vertiente musical, el director de orquesta alemán Johannes Debus realizó un magnífico trabajo al frente de la orquesta de la casa, obteniendo de sus músicos una lectura rebosante de tensión, violencia, matices, pulso dramático y riqueza cromática.

La transgresora y controvertida producción concebida hace poco más de diez años por Christopher Alden para la casa, y que tanta tela ha dado que cortar, ha logrado imponerse como una de las producciones más interesantes de la Canadian Opera Company. Inspirada en la estética del cine expresionista alemán, el director de escena americano propuso un espectáculo fascinante que —incluso aun ignorando o modificando algunos detalles importantes de la trama— resulta coherente consigo mismo y visualmente atrapante. 

Si los escasos elementos de utilería y claustrofóbica escenografía compuesta de un cubo inclinado con un enorme timón de barco y una escalera de caracol logró convencer, mucho tuvieron que ver los invalorables aportes de Anne Militello y del propio Alden, la primera a cargo de la iluminación y el segundo de la dirección de actores y las masas corales, dos factores esenciales para el éxito final de la propuesta visual. Muy discutible en la revisión de Alden resultó la resolución final de la ópera, donde Senta es asesinada por un disparo de Erick, quedando totalmente desdibujado su sacrificio final y con ello, el tema de la redención del holandés a través del amor. 

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