Dialogues des carmélites en Nueva York

Ailyn Pérez (Blance de La Force) en Dialogues des carmélites en la producción de John Dexter para el Metropolitan Opera de Nueva York © Marty Sohl

Enero 18, 2023. Fue de lamentar la poca afluencia de público en la reposición de una de las mejores propuestas del Metropolitan Opera en lo que va de la presente temporada: Diálogos de carmelitas del compositor francés Francis Poulenc. 

Vocalmente la propuesta resultó inmejorable. Como la aristócrata Blanche de La Force, personaje de gran complejidad vocal e interpretativa, Ailyn Pérez encontró un campo ideal donde lucir su voz de rico lirismo, su canto sensible e intencionado y una emisión siempre justa y precisa. Cantante nada superficial, la soprano méxico-americana ofreció una interpretación de alto impacto, delineando una novicia de sentimientos contrastantes, percibibles a través de la variedad de colores, acentos y emociones con los que fue construyendo su canto. 

La voz ligera, luminosa y expresiva de la debutante soprano francesa Sabine Devieilhe convino a la fragilidad, gracia y frescura requerida para la parte de Soeur Constance. La mezzosoprano británica Alice Coote fue todo un lujo como Madame de Croissy (la madre superiora), plasmando con contundencia la crisis de fe de la anciana priora moribunda con un canto nunca exagerado, matizado y de electrizante intensidad dramática. 

Alice Coote (Madame de Croissy y Jamie Barton (Mère Marie de l’incarnation) © Marty Sohl

La soprano americana Christine Goerke fue otro de los puntales de este homogéneo elenco, con una voz de gran solidez y enorme autoridad escénica como Madame Lidoine, la priora sucesora. Muy compenetrada con su parte, la mezzosoprano americana Jamie Barton fue una muy celebrada Mère Marie de l’incarnation, la asistente de la priora, que destaco por la opulencia de su voz, su timbre oscuro y aterciopelado y su notable facultad de comunicación. 

En lo que respecta a las voces masculinas, relegadas en esta ópera a un segundo plano, merece destacarse la labor del prometedor tenor polaco Piotr Buszewski quien prestó su voz de bellísimo esmalte a la parte del Chevalier de La Force, hermano de Blanche. Excelente, el bajo barítono francés Laurent Naouri aportó su dicción clara y un canto de gran clase al personaje del Marquis de La Force. Por su parte, Tony Stevenson delineó un sobrio Père confesseur du couvent muy bien plantado en la escena. El resto de los personajes secundarios fueron cantados con oficio por elementos locales. 

El coro de la casa brilló a más no poder en el ‘Ave Maria’, el ‘Ave Verum Corpus’ y en el conmovedor ‘Salve Regina’ final, bajo la atenta dirección de Donald Palumbo. Poniendo particular empeño en revelar toda la riqueza cromática de la partitura de Poulenc, el director francés Bertrand de Billy, quien demostró conocer la partitura como la palma de su mano, hizo una lectura de gran solemnidad y finura, de tiempos lentos y de trabajadas líneas de tensión. 

En activo desde hace 36 años, pero pidiendo a gritos la jubilación, la producción escénica simbólica, de escenario único y de estética minimalista firmada por John Dexter sigue cumpliendo aún con eficacia su cometido, apoyada en una inteligente y justa dirección de actores, que sin apartarse un ápice de la trama, retrata con eficacia los diferentes caracteres de los miembros de la comunidad religiosa así como las interrelaciones que se establecen entre ellos.

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