
Dialogues des Carmélites en Venecia

Anna Caterina Antonacci (Madame de Croissy) en Dialogues des Carmélites de Francis Poulenc en el Teatro Fenice de Venecia © Michele Crosera
Junio 28, 2025. Curiosamente, justo ahora, casi 70 años después de su estreno en La Scala en 1957, Dialogues des Carmélites de Francis Poulenc llega por primera vez al Teatro La Fenice, gracias a una coproducción con la Ópera de Roma.
Esta ópera de tres actos, compuesta por doce escenas y cinco intermezzi que se entrelazan a la perfección, se inspira en una historia real ocurrida durante el Terror tras la Revolución Francesa. La historia de las “mártires de Compiègne”, 16 monjas francesas guillotinadas por negarse a renunciar a sus votos, inspiró a numerosas figuras literarias, incluso un proyecto cinematográfico.
El libreto escrito por Poulenc se inspira en estos mismos textos, concebidos en las primeras décadas del siglo XX: el resultado puede describirse como una Literaturoper, ya que los versos preparados para la música corresponden a la misma obra literaria en la que se inspiran (el guion de una película escrita por Georges Bernanos). Poulenc trabajó en el libreto de 1953 a 1956, refinando y perfeccionando toda la narrativa teatral para describir plenamente el contexto histórico, las historias individuales y, al mismo tiempo, el sufrimiento espiritual. El vínculo indisoluble entre la letra y la música, en un entrelazamiento profundamente auténtico, alcanza cotas significativas a lo largo de la ópera, especialmente en ciertos pasajes cargados de significado y profundamente humanos.
La producción veneciana, coproducida con el Teatro dell’Opera di Roma, fue dirigida por Emma Dante, con escenografía de Carmine Maringola, vestuario de Vanessa Sannino, iluminación de Cristian Zucaro y coreografía de Sandro Maria Campagna. Más que los aspectos religiosos, la producción parece interesarse por los aspectos humanos que transmiten el texto y la música: muchas reflexiones enfatizan el dolor y la violencia que experimentaron las monjas, y la propia escenografía contribuye a hacer la ambientación aún más sofocante, con momentos de angustia y tensión.
En cuanto a la interpretación musical, la dirección de un especialista como Frédéric Chaslin extrajo de la Orquesta del Teatro La Fenice matices de absoluta trascendencia narrativa y musical. Su dirección no dejó de resaltar los innumerables detalles instrumentales de la obra de Poulenc, a la vez que otorgó plena prominencia a las exigencias vocales de los solistas, siempre cuidadosamente acompañados. La actuación del Coro del Teatro La Fenice, dirigido por Alfonso Caiani, también fue excelente.
Julie Cherrier-Hoffmann resultó completamente convincente como Blanche, tanto por su innata presencia escénica como por su comprensión de los tormentos internos del personaje. La actuación de Anna Caterina Antonacci fue igualmente efectiva, capturando la angustia física y mental de Madame de Croissy, la priora de Carmel. Vanessa Goikoetxea también ofreció una interpretación convincente de Madame Lidoine, la nueva priora. Juan Francisco Gatell ofreció su hermosa voz de tenor para interpretar al hermano de Blanche con perfección y un ímpetu juvenil. El padre de Blanche, el Marqués de La Force, fue interpretado por el consumado barítono Armando Noguera.
El reparto lo completaron Deniz Uzun (Mère Marie), Veronica Marini (Sœur Constance), Valeria Giradello (Mère Jeanne), Loriana Castellano (Sœur Mathilde), Jean-François Novelli (L’Aumônier) y Gianfranco Montresor (Oficial). La función final fue un éxito rotundo y el numeroso público aplaudió efusivamente.