Falstaff en Houston
Noviembre 4, 2023. La siempre divertida Falstaff, ópera cómica en tres actos y última obra de 26 compuestas por Giuseppe Verdi (1813-1901) a la edad de 80 años, con libreto de Arrigo Boito, quien realizó una adaptación en italiano de la obra de William Shakespeare (1564-1616) The Merry Wives of Windsor y escenas de Henry IV, partes 1 y 2, es el segundo título de la presente temporada de la Houston Grand Opera (HGO).
Junto con Parsifal de Richard Wagner (1813-1883), curiosamente también la última ópera de este compositor, que escenificará la compañía en enero del 2024, estas son las dos ofertas más atractivas del actual curso del teatro que incluye títulos del repertorio tradicional, un par de estrenos absolutos, y una poco habitual representación, al menos aquí, del musical The Sound of Music de Rodgers y Hammerstein.
Mucho han cambiado las cosas desde la última vez que Falstaff fue vista en este teatro en la temporada 2004-2005, cuando la compañía celebraba su quincuagésimo aniversario y el papel estelar recayó en el barítono galés Bryn Terfel, que en ese momento era considerado el mejor intérprete del papel del bufón de Shakespeare. Hoy la visión de la compañía se enfoca en apoyar y promover la carrera de jóvenes y experimentados cantantes, especialmente estadounidenses, quienes, la mayoría de ellos se han formado en el estudio del teatro, y están empezando sus carreras, ello en detrimento de la falta de reconocidos cantantes del circuito internacional que antes se presentaban con frecuencia en este teatro y hoy rara vez se presentan.
Pero Falstaff no puede llevarse a cabo si es simplemente una excusa para presentar una estrella, ya que la ópera es también una pieza en conjunto que requiere un cuarteto de intérpretes femeninas y un quinteto de hombres para impulsar y avivar su enredada trama, tanto como el propio personaje de Falstaff. En esta ocasión, el balance vocal no estuvo del todo balanceado, especialmente por los dos personajes masculinos principales: Reginald Smith Jr. dio vida al papel principal y exhibió un timbre de barítono de tonos oscuros, adecuado para sobresalir en los grandes momentos orquestales que acompañan al personaje, y en sus delirios de grandeza. Sin embargo, su desempeño estuvo fuera de sintonía con la dinámica orquestal, por momentos acelerado, poco ligero y matizado cuando se esperaba en ‘Quand’ero paggio’, y carente de suavidad con una emisión forte y algo destemplada. Su corpulenta apariencia se apegó al personaje, y en su desempeño actoral se notó forzado e innecesariamente sobreactuado.
Misma situación fue la del barítono Lake Denson, de indudables cualidades vocales, pero que como Ford fue poco sutil, con ataques vocales algo violentos e impetuosos, carente de matices y con una emisión más suave que le restaron credibilidad a su actuación, como el arrepentimiento y afecto que debe mostrar Ford hacia su hija, Nannetta.
De las cuatro alegres comadres, se puede mencionar el dinamismo, la nitidez y el espíritu que imprimió la experimentada soprano Nicole Heaston a Alice Ford; y Nannetta, bien personificada por la soprano Andrea Carroll, quien cantó con un suntuoso y rico timbre, platinado y delicado, y que fue una especie de hilo conductor de la parte romántica en la función. Por su parte, la mezzosoprano Jennifer Johnson Cano aportó el registro grave necesario para las travesuras cómicas de Mistress Quickly; y aunque la trama no le concede al papel de Meg Page verdadera atención, la mezzosoprano Emily Treigle cumplió con su cometido y en su parte en el complot hacia el protagonista.
En el papel de Fenton, Jack Swanson se complementó muy bien con la Nannetta de Carroll, aportando sentimentalismo y un toque poético a su fraseo, casi susurrado por momentos, y de grato esmalte en su ligera voz y timbre. La ópera contiene otros personajes masculinos, como el colérico Dr. Caius (cantado por el tenor Martin Bakari); o Bardolfo (el tenor Michael McDermott) y Pistola (el bajo mexicano Daniel Noyola), los sirvientes de Falstaff personificados con gracia y malicia.
El marco escénico traído de la Ópera de Los Ángeles, donde fue estrenado en 2013, cuenta con los decorados y vestuarios de Adrian Linford que evocan, de manera estilizada, las casas de madera y los pubs de un pueblo británico, que parece extraído de un cuento. Sobre una tenue cortina diseñada como pergamino se proyectaban las garigoleadas firmas de Shakespeare. En su dirección escénica, Paula Souzzi logró exponer las travesuras cómicas de la historia, a la que contribuyeron puntualmente con ligereza y humor las alegres comadres, incluido el final en el que, encendidas las luces del teatro, los cantantes se dirigieron al público cantando la famosa fuga ‘Tutto nel mondo è burla’.
El director titular de la orquesta, Patrick Summers, ofreció una lectura de tono entusiasta y peso, y aunque en los conjuntos decisivos no siempre logró una perfecta sincronización entre la orquesta de la HGO y los cantantes. Los instrumentistas confrontaron la vibrante y desafiante partitura con brío. Como dato final, en vez de hacer intermedios entre cada uno de los tres actos, se optó por unir el primero y el segundo actos, y durante los tres cambios de escena que se realizaron, la orquesta ejecutó los preludios de La battaglia di Legnano (1849), Un giorno di regno (1840) y parte de L’autunno, la escena del baile del tercer acto de I Vespri Siciliani.