La forza del destino en Bolonia

Escena coral con Rafal Siwek (Padre guardiano) en La forza del destino de Giuseppe Verdi en Bolonia © Andrea Ranzi

Junio 17,  2023. En el Comunale Nouveau —la nueva sede provisional del Teatro Comunale de Bolonia— se alzó el telón de la primera representación de La forza del destino de Giuseppe Verdi, que no era vista aquí desde hace cuarenta años. La dirección escénica, escenografías y vestuarios ya vistos y reseñados con motivo del último Festival Verdi en el Teatro Regio de Parma fueron firmados por el director Yannis Kokkos, si bien en esta sede fue modificada y reducida en ciertos aspectos, especialmente en las proyecciones que sirven de fondo a la escena. 

Se trata de una puesta minimalista y esencial que armonizó con el libreto y sugirió, donde era necesario, escenas evocativas de gran eficacia teatral. De particular relieve estuvo la ambientación ideada para la escena de ‘La vergine degli angeli’ del segundo acto y para el aria principal de Leonora ‘Pace, pace mio Dio’ del cuarto acto, en el cual la soprano cantó situada sobre un espolón de rocas, que recuerda las alturas y voladeros típicos de los fiordos noruegos, idóneos para representar el aislamiento de la protagonista. Sin embargo, lo que hizo únicas a las escenas fueron, sin duda, las luces de Giuseppe di Iorio y las proyecciones de Sergio Metalli quien, mediante el uso de brumas y colores oscuros, ayudó a realzar aún más las diversas dinámicas e introspecciones de los personajes en escena.

Erika Grimaldi como Leonora © Andrea Ranzi

En cuanto al elenco de este esperado retorno del título verdiano debutó la eficaz soprano Erika Grimaldi en el papel de Leonora que, no obstante, un inicio difícil en el primer acto logró resurgir en los momentos difíciles como solista en ‘Madre, pietosa vergine’ que, aunado a la intensa carga dramática y buena proyección sonora le valieron recibir una debida ovación. 

Otro debut fue el del barítono Gabriele Viviani en el papel del vengativo y rencoroso hermano, Don Carlo di Vergas, quien gracias a una voz cálida y sólida logró hacer una interpretación notable tanto en el fraseo como en los legati. Estuvo bien, aunque le faltaron momentos gloriosos particulares al Don Alvaro de Roberto Aronica, quien no emite malos sonidos, pero que no sorprendió con los agudos del dificilísimo dueto del tercer acto. 

La voz sombría del bajo Rafal Siwek resultó adecuada para representar la superioridad del papel que caracteriza al Padre guardiano, mientras que Sergio Vitale, que reemplazó a Roberto De Candia, hizo un Fra Melitone un poco incómodo e indispuesto con respecto a las órdenes recibidas de su superior, sin exagerar nunca ese lado cómico que a menudo se presencia pero que no requiere el papel. 

Roberto Aronica como Don Alvaro © Andrea Ranzi

La interpretación e intención de la Preziosilla de Nino Surguladze fue buena, aunque no estuvo exenta de dificultades en la parte alta del registro. Destacaron los papeles secundarios: Orlando Polidoro en el papel de Mastro Trabuco y Cristian Saitta como el Marchese di Calatrava, aunque con una emisión ligeramente áspera. Correctas estuvieron las intervenciones de Federica Gisanti en el papel de Curra, Fabrizio Brancaccio como Un alcalde y Tong Liu en el papel del cirujano (Un chirurgo). 

La responsabilidad musical de esta obra maestra verdiana correspondió al maestro israelí Asher Fisch, quien logró dosificar bien el volumen de una orquesta en óptima forma, aunque ubicada en un ambiente en el que no faltan las dificultades acústicas. También estuvo bien el coro dirigido por Gea Garatti Ansini, aunque carente de algunos fraseos exigidos por esta complicada partitura. La función concluyó con grandes aplausos para todos, de manera particular para Grimaldi y Viviani, los novicios de esta “Innominata” (o “Innombrable”, por la mala suerte que supuestamenta acompaña a este título desde su estreno).

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