L’elisir d’amore en Barcelona

Pretty Yende (Adina) y Javier Camarena (Nemorino) en L’elisir d’amore de Gaetano Donizetti en el Teatre Liceu de Barcelona © Antoni Bofill

Diciembre 4, 2025. Finalmente, tras tres funciones canceladas por indisposición, se presentó Javier Camarena como Nemorino. También lo hizo Pretty Yende, que cambió fechas por motivos personales.

Poco hay que añadir sobre lo ya escrito aquí mismo respecto a la versión escénica (que sigue funcionando y con gran agrado del público) y la orquesta y el coro (esta vez más fuertes, sobre todo la primera, en confirmación de las reservas expresadas respecto de la dirección de Diego Matheuz). 

Tampoco hay mucho que agregar sobre los otros cantantes. Ambrogio Maestri repitió, con más calidad vocal y una energía increíble, su sensacional Dulcamara. Huw Montague Rendall también volvió a ser un muy buen Belcore, aunque esta vez pareció por momentos con menos volumen.

Yende estuvo bien, o sea mejor que en la última ocasión en que la había oído en un rol parecido (la Norina de Don Pasquale en Viena), pero no igual. Lo actuó como si se encontrase en un musical de New York, y aunque no es la mejor forma, para esta producción puede funcionar y de hecho funcionó. Vocalmente, estuvo muy bien de agudos y sobreagudos, y con menos volumen en centro y grave (pero con la orquesta que se le echaba encima, su tipo de voz es el que más sufre. Se repitió la puesta en escena de Mario Gas, muy festejada.).

La gran estrella de la velada, Maestri aparte, fue Camarena, que nos regaló un Nemorino “de manual”, con voz bella, ideal para el personaje, un dominio soberano de la técnica y el estilo del bel canto más puro (‘Una furtiva lagrima’, en versión “tradicional”, fue un modelo de canto sul fiato, de legato, de smorzando con una delicadeza fuera de todo amaneramiento). Su personaje fue “bueno y honesto”, como reconoce la propia Adina, no el tonto del pueblo ni un muchachote que solo se queda sin palabras frente a su amada. 

Hay que recordar que hace 13 años Camarena debutó aquí en el mismo papel, y aunque entonces fue excelente, esta nueva oportunidad nos ha permitido constatar el gran camino que ha realizado. La sala estaba prácticamente a rebosar y muy aplaudidora.

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