?? L’incoronazione di Poppea en San Miguel de Allende

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Gamaliel Reynoso recibe aplausos luego de interpretar a Nerone en L’incoronazione di Poppea, acompañado por el elenco de Ópera Guanajuato

Febrero 25, 2020. Las representaciones de L’incoronazione di Poppea en el Teatro Juárez de Guanajuato y el Auditorio Miguel Malo del Centro Cultural de San Miguel de Allende este mes de febrerto fueron las primeras en presentarse en México con un ensamble orquestal barroco.

[Nota del editor: algunos investigadores señalan que la ópera de Claudio Monteverdi se estrenó en México en 1968 bajo la dirección de José Antonio Alcaraz, con la participación de Alicia Torres Garza y David Negrete, pero al parecer se presentaron solo algunas escenas de la ópera y se acompañó a piano.]

Pueden pasar años antes de que llegue la próxima puesta en escena. Uno se pregunta ¿por qué? La directora de Ópera Guanajuato, Kate Burt, reconoce que la ópera de Claudio Monteverdi, estrenada en 1642 en Venecia, “son casi puros recitativos”; es decir, diálogos acompañados por clavecín (u otros instrumentos del bajo continuo) cantados entre los personajes que van explicando la historia en lo que nosotros, el público, esperamos escuchar las arias. Tuvimos un claro ejemplo del tipo de ópera al que estamos acostumbrados solo dos semanas antes, cuando Pro Música, que dirige Michael Pearl, presentó una alegre propuesta de L’elisir d’amore, construida prácticamente de solos, duetos y ensambles, con pocos diálogos recitados.

Pero esa misma organización, Pro Música, copatrocinó el montaje de La coronación de Popea, presentándola en San Miguel los días 25 y 26 de febrero. Sabemos que el señor Pearl está acostumbrado a brindarle estrenos a San Miguel. Presentó una ópera completa (Tosca, de Puccini) hace nueve años, por primera vez en tiempos modernos en San Miguel; y, solo este año, con El elixir de amor parece estar diciéndonos que en el futuro tiene la intención de evitar el acompañamiento de piano habitual y tener una orquesta completa para sus cantantes.

También fue un gran hit haberse asociado con los Metropolitan Opera National Council Auditions (MONCA) en 2018, y convertir a San Miguel en la sede del nuevo Distrito México. Increíblemente, ese convenio ha producido ya a una ganadora: la soprano mexicana Denis Vélez, que junto con otros cuatro participantes ganó las audiciones entre los mil cantantes que compitieron este año.

Pero volvamos a L’incoronazione… La pregunta crucial es, ¿qué atrajo a Ópera Guanajuato, “una compañía pequeña, independiente y sin fines de lucro” para acometer esta faena? La obra no solo carece de las melodías que el público moderno anhela escuchar, sino que su trama es un fárrago de villanos ambientado en la antigua Roma. Las notas del programa de mano no la explicaron adecuadamente, ni los supertítulos fueron lo suficientemente claros como para leerlos. Además, la ópera se presentó en el auditorio Miguel Malo, sobre una plataforma donde una gran cortina blanca —como una sábana— al fondo, sirve de ciclorama para separar el proscenio del backstage. Nada de esto garantiza el objetivo de la compañía de “proporcionar a los aspirantes a artistas mexicanos oportunidades para participar en la ópera”. ¿El resultado? El 25 de febrero, una parte de la audiencia no regresó después del intermedio para ver el segundo acto.

Fue comprensible. Pero esa porción del público se perdió de una experiencia reveladora. Este crítico, que no comparte la pasión moderna por revivir la música barroca y anterior, se puso de pie con otros que aplaudieron vigorosamente lo que habían logrado la señora Burt y sus artistas. El timbre de sus voces —principalmente el de la soprano, la mezzosoprano y el contratenor principales— proporcionó un sonido distintivo pero agradable, del efecto que produjo el impacto de los golpes de glotis del bajo Pablo Fragoso cuando entró al escenario como Séneca. Luego, a lo largo de la función, los cantantes de Ópera Guanajuato mostraron energía y entusiasmo al contar, no totalmente en recitativos, una historia valiente sobre el triunfo del mal. Su puesta en escena, “mini-minimalista”, pudo haber sido un gesto irónico en la trama. Por ejemplo, flotaron tristemente su propia sábana para cubrir el cadáver de Séneca y luego, al final de la ópera, usaron la misma sábana para ocultar la cópula de Nerón y Popea.

Un gran elenco de deidades romanas, ciudadanos, sirvientes y soldados nos trajeron La coronación de Popea. En la función del 25 de febrero, el cantante más destacado fue Edwin Pérez, quien nos impresionó como un Ottone serio y atractivo. Recibió el apoyo comprometido de Silvia Duhart (Poppea), Gamaliel Reynoso (Nerone), Zaira Pérez (Ottavia) y el mencionado bajo Fragoso (Seneca).

La así llamada “Orquesta Barroca Pro Música”, un ensamble de 13 instrumentos barrocos, acompañó a los cantantes con instrumentos antiguos, incluyendo violines, viola da gamba, violonchelo, violone, flauta y guitarras barrocas. Su trabajo fue guiado por el extraordinariamente talentoso Miguel Espinoza Chávez en el clavecín.

Puedo estar equivocado, pero si se mantiene a este grupo unido, quién quita e incluso podríamos experimentar una demanda para ver más Coronaciones de Popea en el futuro.

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