Massimo Giordano en Marbella

El pianista Nelson Calzi acompañó a la soprano Ester Kandinova y al tenor Massimo Giordano © Nacho de la Cruz

Agosto 24, 2023. El tenor italiano Massimo Giordano presentó en Marbella su último trabajo Parlami d’ amore, en el anfiteatro del Hotel Anantara Villa Padierna, junto al pianista Nelson Calzi. Como artista invitada estuvo la soprano rusa Ester Kandinova, una joven cantante de mucho futuro.

El majestuoso escenario, rodeado de fuentes y en medio de un inmenso jardín, se llenó para disfrutar de una noche mágica que nos transportó a los tiempos pasados de las Schubertiades; sirva de ejemplo la canción ‘A vucchella’ de Tosti, con la que el tenor italiano inició el concierto. Como segundo tema de la noche, Giordano afrontó el aria ‘La mia letizia infondere’, de la ópera I lombardi, mostrando una voz ideal para afrontar esta parte del repertorio verdiano.

La joven soprano Ester Kandinova, elegantemente vestida de rojo, se presentó ante el internacional público marbellí con una pieza de Rimski-Kórsakov, cantada con mucho gusto. A continuación, Giordano afrontó el aria de Lenski de la ópera Eugenio Oneguin, uno de los momentos más brillantes del artista napolitano, toda una exhibición de canto legato.

Kandinova volvió a un escenario impecablemente iluminado en fondo morado, para deleitarnos con la archiconocida ‘O mio babbino caro’ de Gianni Schicchi de Puccini, que hizo las delicias de un público rendido ante la belleza de su voz. Con un fondo rojo que resaltaba la belleza de la fuente sobre la que reposaba el escenario, el posterior dúo ‘Parigi o cara’, muy templado a nivel armónico desde el piano por el maestro Nelson Calzi, fue un momento muy especial que nos traslado al París que Verdi recreó para La traviata. Para enmarcar, las grandes dotes actorales de Giordano y su expresividad a la hora de cantar.

La canción italiana volvió al programa con ‘Mattinata’ de Leoncavallo, en la que el tenor italiano se mostró muy seguro en los agudos. A continuación, todo un deleite para los oídos bajo el tema ‘Parlami d’amore Mariú’, de Bixio y Neri, cantado con un gusto exquisito a la manera más napolitana. Para culminar, la canzonella de Curtis ‘Non ti scordar di me’, interpretada a dúo y con baile incluido, aportó uno de los momentos más bellos y estéticos de la noche.

La soprano rusa ofreció uno de los momentos estelares de la gala, cuando se metió en el papel de Musetta para atacar el aria ‘Quando m’en vo’ de La bohème de Puccini, pletórica en las notas altas y excelentemente acompañada al piano por Nelson Calzi. El tenor de Pompeya mostró una gran entrega al interpretar con mucha pasión ‘Core ‘ngrato’, de Cardillo y Cordiferro, respetando el estilo napolitano. Durante el posterior brindis de La traviata, acompañado con palmas por los espectadores, pudimos apreciar la maestría al pianoforte de Calzi, pianista principal de la Scala de Milán.

Brindis de La traviata © Nacho de la Cruz

La simpatía de Giordano sobre el escenario se pudo apreciar en la napolitana ‘O sole mio’, alargando las notas en varios pasajes ante el delirio de un público muy entregado a estas alturas de la noche. A la hora de cantar el aria de Rusalka de Antonín Dvořák, uno de los momentos más interesantes a nivel operístico de la velada, Ester Kandinova exhibió una increíble seguridad en el registro agudo, así como una línea de canto impecable. 

A petición de los asistentes más entendidos, Giordano regaló una interesante interpretación del aria ‘E lucevan le stelle’ plena de pasión y pura emoción ante un cielo estrellado con el que su Cavaradossi hizo llorar a más de un asistente. El magnífico juego de luces y la gran ambientación ofrecida por los organizadores del evento colaboraron de una manera determinante en el éxito de una velada mágica e inolvidable, con un Massimo Giordano en plan torero, versionando en un gran castellano el tema compuesto por Agustín Lara ‘Granada’, en el que volvió a hacer gala de un gran fiato.

Aunque echamos de menos alguna pieza de Massenet inicialmente anunciada en el programa, Kandinova y Giordano se despidieron brillantemente brindando con vino espumoso Lamborghini, mientras entonaban por segunda vez la célebre ‘Libiamo, ne’ lieti calici’ sobre un fondo rojo romántico, ante las delicias de un público puesto en pie que acababa de vivir una velada muy especial y entrañable en uno de los mejores escenarios posibles.

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