Médée en Barcelona
Noviembre 27, 2023. Parece ser que esta tragédie lyrique de Marc-Antoine Charpentier (1643-1704) se va abriendo lentamente paso. Ahora, luego de unas representaciones escénicas en Berlín, ha pasado aquí en una única función en forma de concierto con buena asistencia, teniendo en cuenta que este tipo de títulos no generan de entrada confianza en la mayor parte del público del Gran Teatre del Liceu.
Sin duda la respuesta ha sido a la presencia de Simon Rattle y Magdalena Kožená en el rol principal con la Freiburger Barockorchester y, justamente, el coro de la ópera estatal de Berlín, que tuvieron un desempeño de antología.
Pero si de entrada a Rattle no se le identifica como un director de repertorio barroco, el maestro hizo una magnífica versión, demostrando conocer y querer la partitura: incluso por momentos “cantó”—solo con los labios— el texto de Thomas Corneille (1625-1709), que es extraordinario también. Y al final manifestó el gran aprecio en que tiene a músicos y coristas.
El caso de la mezzosoprano Kožená es diametralmente opuesto. Siempre, desde que apareció en la escena internacional, ha tenido gran afinidad con este tipo de repertorio, y su labor fue excelente (alguna nota velada aquí, otra débil allá no quitan mérito en absoluto) por la claridad con que enunció el texto y la emoción con que lo dijo (tal vez en algún momento el énfasis fue algo subrayado, pero no quedó mal). Por lo que haya sido, no se notó que la versión no era escénica.
Ella y todos sus compañeros se movieron e interactuaron con gran sentido dramático. Reinoud van Mechelen también sigue en excelente forma y su Jason reflejó bien el conflicto de héroe, padre, esposo y amante. Luca Tittoto fue el de francés más “abierto”, pero su Créon resultó totalmente creíble y muy bien cantado. Carolyn Sampson, hasta ahora aquí siempre apreciada en canto de cámara, trazó una Créuse digna de su rival y la escena de su muerte, como la del enloquecimiento de Médée, fueron probablemente los dos momentos más sobresalientes de la velada.
Gyula Orendt fue el pretendiente rechazado por Créuse, Oronte, y lo hizo bien, aunque él sí que exageró en algunos momentos gestual y vocalmente, pero la voz es sana y bien emitida. Los personajes menores estuvieron muy bien servidos por Jehanne Amzal (Cléone y sobre todo l’Amour), Marketa Cukrová (Nérine), Gonzalo Quinchaual (Arcas) y Dionysios Avgerinos (la Vengeance).
Muchos aplausos al final, aunque alguna gente demostró prisa por marcharse (y otros lo hicieron tras el final de la primera parte, mucho más larga que la segunda).