?? Las estrellas del Met en Wuppertal

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Sondra Radvanovsky © Michael Cooper

Piotr Beczała © Piotr Johannes Ifkovits

Las estrellas del Met, Piotr Beczała y Sondra Radvanovsky, presentaron un variado programa virtual acompañados por el pianista Vincenzo Scalera desde el histórico Ayuntamiento de Wuppertal en Alemania. Cantaron arias y duetos de algunas de las muchas óperas clásicas que han interpretado en el escenario del Met, así como selecciones de obras menos frecuentes que les gustaría que el público conociera mejor.

Como viene siendo habitual en estos conciertos, Christine Goerke presentó al director general de la Metropolitan Opera, Peter Gelb, quien explicó algunas de las maquinaciones para trabajar dentro de las restricciones aplicadas por varios gobiernos para combatir el COVID-19.

Portando un vestido negro sin tirantes, Sondra Radvanovsky abrió el programa con ‘Pace, pace, mio Dio’ del último acto de La forza del destino de Verdi. Radvanovsky es conocida por su habilidad para cantar pianissimo y aumentar el sonido suavemente hasta el fortissimo. Aquí entró en mezzoforte que se convirtió en un pianissimo cuando su personaje buscaba la paz. Su timbre fue dulce y ella parecía estar en paz con su excelente entrega mientras terminó con una espeluznante maldición en fortissimo. 

El aria de apertura de Piotr Beczała fue ‘Quando le sere al placido’ de Luisa Miller de Verdi, una elección notablemente más pacífica que la de la soprano. La cantó con timbre pulido y aparentemente sin esfuerzo. Se unieron para cantar el dúo ‘Teco io sto … Non sai tu che se l’anima mia … Oh qual soave brivido’ de Un ballo in maschera de Verdi. Las voces fueron brillantes y la emoción, intensa. El pianista del Teatro alla Scala, Vincenzo Scalera, demostró su virtuosismo con una magnífica articulación en la carrera de la coda. Mientras Radvanovsky y Beczała cantaban, el trabajo de los técnicos se hizo evidente al cambiar la imagen de la pantalla para mostrar más focos y un fondo más oscuro. Los cantantes mantuvieron distancia social y no cantaron “face-to-face”, tal vez debido a alguna norma sanitaria. 

A continuación, Radvanovsky y Beczała cantaron dos arias y un dúo de Andrea Chénier de Giordano. Primero, él cantó la melódica ‘Come un bel dì di maggio’, con timbre puro y dorado. En el día descrito, el cielo debía ser tan azul como los ojos del tenor. El aria de la soprano fue trágica. En ‘La mamma morta’, la madre de Maddalena, asesinada por la mafia, yace en un portal. Radvanovsky cantó con una lágrima en la voz. Continuaron juntos con ‘Vicino a te s’acqueta … La nostra morte’, cuando Chénier y Maddalena se encaminan a la guillotina esperando ser felices nuevamente en el más allá.

Los artistas tuvieron un poco de respiro mientras el público veía el video Met HD de la interpretación de Beczała de ‘L’anima stanca’ de Adriana Lecouvreur de Cilea y la interpretación de Radvanovsky de ‘Morró, ma prima in grazia’ de Un ballo in maschera de Verdi.

Luego, Radvanovsky regresó para cantar la conmovedora ‘Sola, perduta, abbandonata’ de Manon Lescaut de Puccini y Beczała ofreció enseguida el aria ‘Mamma, quel vino è generoso’ de Cavalleria rusticana de Mascagni; Turiddu la canta antes de morir en una pelea a cuchillo con el marido de Lola, su actual amor. En el aria, Turiddu pide a su madre que sea buena con Santuzza porque le ha prometido casarse con ella. El canto de Beczała, cargado de emoción, podía incluso haber hecho que la gente buena sintiera pena por un tipo malo.

Radvanovsky regresó como la intérprete de gran arte que es con una brillante presentación de ‘Io son l’umile ancella del genio creator’ de Adriana Lecouvreur de Cilea. Beczała aprovechó la ocasión para presentar al público que la veía alrededor del mundo ‘Szumią jodły na gór szczycie’ (‘El susurro de los abetos en la cima de las montaña’) de la ópera Halka de Moniuszko. 

Radvanovsky y Beczała concluyeron el concierto con extractos de Rusalka de Dvořák. El personaje del título, una ninfa del agua, canta a la luna inconstante ‘O mesicku nevi hlubokem’. El príncipe al que ama se dirige a ella como “divina, gentil y dulce” y su dúo final que invita a la muerte comienza con ‘¿Me reconoces, amor mío?’. Cuando el cuento termina, sus personajes cantan hacia la eternidad con notas exquisitas que, esta vez, se escucharon en todo el mundo.

Las voces de Radvanovsky y Beczała se fundieron maravillosamente y presentaron un programa excelente para ver en casa. Su concierto se retransmitió en la página web de Met Stars Live. https://metstarslive.brightcove-services.com

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