Orlando en Zapopan

Escena de la producción de Juliana Vanscoit y Fabiano Pietrosanti de Orlando de Händel en el Conjunto Santander de Zapopan

Diciembre 10, 2023. A finales de 1732, Georg Friedrich Händel compuso la ópera Orlando, exactamente dos siglos después de que Ludovico Ariosto publicara íntegramente su poema épico Orlando furioso en Ferrara, de cuya larga epopeya fue extraído el episodio del amor no correspondido del paladín Orlando por la princesa Angelica, que le lleva a la locura en la ópera que nos ocupa, aunque también sirvió de inspiración para Ariodante y Alcina del mismo compositor. 

El libreto utilizado por Händel fue adaptado de L’Orlando de Carlo Sigismundo Capece. La ópera se estrenó hasta enero del siguiente año en el escenario del King’s Theatre con el célebre castrato Francesco Bernardi Senesino (primo uomo en la Royal Academy of Music) en el rol titular; la soprano Anna Maria Strada del Pò La Stradina interpretó a la desdeñosa Angelica; el príncipe Medoro fue cantado por la contralto Francesca Bertolli; la pastora Dorinda por la soprano Celeste Gismondi; y el Mago Zoroastro por el gran bajo Antonio Montagnana.

El compositor italiano Antonio Vivaldi se basó en la misma historia para su ópera Orlando furioso, estrenada en 1727 en el Teatro Sant’Angelo de Venecia, y en la que se narran las hazañas de Orlando que debe enfrentarse a la hechicera Armida. Hace un mes este título fue llevado a escena por Claus Guth en el Teatro Real de Madrid con el contratenor francés Christophe Dumaux en un contexto contemporáneo en que Orlando es un soldado trastornado después de su regreso de la Guerra de Vietnam. 

Cassandra Zoé Velasco encabezó el reparto de Orlando, de Händel. Junto a ella, Omar Gabiño (Caronte)

En cuanto a las grabaciones discográficas, nos son familiares aquellas dirigidas por William Christie (1996) y René Jacobs (2013), distintas tímbricamente, pero ambas afortunadas en su concepción heroica y comprensión de estilo. El contratenor americano Bejun Mehta es un glorioso protagonista en la versión más reciente.

Tuvimos la oportunidad de asistir a la segunda función del estreno en nuestro país de esta obra maestra barroca, cuya producción fue el resultado de un año de trabajo por parte de Juliana Vanscoit y Fabiano Pietrosanti, creadores de la producción escénica, y el maestro Sergio Ramírez Cárdenas, que dirigió musicalmente a la Orquesta de Cámara Higinio Ruvalcaba (OHIR).

La Sala 2 del Conjunto Santander en Zapopan, Jalisco, ofreció el escenario ideal para el montaje en que la propuesta de los directores escénicos, que fue realizada de manera soberbia pues la iluminación, las proyecciones y el movimiento escénico ilustraron a la perfección la psicología humana de los personajes, lejos de la época histórica pero coherente en su mirada paralela.

El diagnóstico de locura señalado desde el principio en voz del mago Zoroastro (aquí transformado en el director de un hospital psiquiátrico) trazó el tormentoso periplo introspectivo del protagonista en su universo demencial: solo una cama e instrumentos médicos, así como sillas y bancos ocuparon su lugar en el escenario, enmarcando las obsesivas pasiones que dominan el drama händeliano.

Anabel de la Mora (Angelica)

El concepto escénico de este montaje contó con la cuestionable presencia del artista Omar Gabiño que fungió como enfermero, Caronte, paladín, etcétera. Sin embargo, estuvo resuelto eficazmente gracias al apoyo visual de las imágenes proyectadas en la pantalla al fondo del escenario. El vestuario nos pareció idóneo y lucidor, así como la caracterización de cada personaje bien maquillado y dirigido con autoridad. Muy interesante será admirar en el futuro algún otro título barroco fiel a su contexto histórico o que nos ilustre cómo pudo haber sido una representación en aquella espléndida época en que los castrati dominaron los teatros italianos e ingleses.

El supertitulaje aportó la información necesaria, pero no estuvo exento de imprecisiones durante la función. En nuestra opinión, no es necesario repetir las frases en la pantalla, aunque el cantante vuelva a interpretarlas. De esta forma, el espectador podría atender mejor lo que ocurre en escena sin distracciones. 

Vocalmente, el resultado fue positivo en general. La mezzosoprano Cassandra Zoé Velasco encarnó al paladín Orlando con una voz de hermosos acentos, notable dominio de la coloratura y comprensión del carácter encomendado. Su espléndida escena de la locura con que concluye el segundo acto ‘Ah Stigie larve, ah scelerati spettri!’, fue uno de los momentos más álgidos de la representación, libre y radiante, mostrando un Orlando de diversos matices afectivos. 

Mayela Lou (Medoro), Natalia de la Torre (Dorinda) y Anabel de la Mora (Angelica)

La soprano Anabel de la Mora obsequió su maravilloso arte en el rol de la princesa Angelica. Su voz fue radiante y segura en las constantes ornamentaciones de la partitura, y sus notas más altas exhibieron emocionante musicalidad en todas las arias. El príncipe Medoro fue encomendado a la mezzosoprano Mayela Lou, cuya hermosa aria ‘Verdi Allori’ fue interpretada con atractiva solemnidad. Su canto mostró cuidada sonoridad —un tanto apagada por la orquesta en algunos instantes—, así como frescura y vitalidad. La pastora Dorinda (aquí transformada en enfermera) fue interpretada por la joven soprano Natalia de la Torre, poseedora de una voz interesante y cuya coloratura también resultó resplandeciente, su actuación fue emotiva. El terceto ‘Consolati o bella’ (al lado de Medoro y Angelica) fue otro momento mágico durante la función. 

Un gran acierto resultó la presencia del joven bajo-barítono Rodrigo Urrutia, a quien ya le habíamos escuchado anteriormente, cuando interpretó el rol de Caronte en L’Orfeo de Monteverdi-Maderna dirigido por el estupendo director Guido María Guida en Bellas Artes en 2017. Su asunción en el personaje del mago Zoroastro fue excelente. Los matices oscuros de su voz fueron adecuados para el difícil personaje (recordemos que Händel creó el rol para el célebre Antonio Montagnana) y tanto su coloratura en ‘Sorge infausta una procella’ como la invocación de ‘Lascia amore’ fueron particularmente llamativas por su precisión y musicalidad. Esperamos tener la oportunidad de escucharlo más seguido por estos lares.

Zoroastro (Rodrigo Urrutia) atiende a Orlando (Cassandra Zoé Velasco)

El maestro Ramírez Cárdenas dirigió a la Orquesta de Cámara Higinio Ruvalcaba (OHIR) con sabiduría y riqueza expresiva, con un trazo firme y vigoroso, orientado respetuosamente hacia la claridad instrumental en la mayor parte de la ópera, pero también atento a los pasajes graves cuya oscura belleza subrayaba la locura de Orlando. El director se mantuvo atento al equipo vocal durante la ejecución de la fascinante música de Händel, cuidando con precisión y buen gusto la participación del bajo continuo en las partes recitadas y consiguiendo una atmósfera de incisivo dramatismo barroco, indispensable en una de las óperas más fascinantes del repertorio.

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