?? Réquiem por las víctimas del Covid-19
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Septiembre 4, 2020. El coronavirus, como bien sabemos, ha cobrado la vida de más de un millón de personas alrededor del mundo. También es bien sabido que Italia fue durante marzo y abril de este año el epicentro de la pandemia en Europa, donde, por mucho, la región con más decesos fue Lombardía.
Por fortuna, casi cinco meses después el brote se detuvo y la epidemia se controló. Luego, se anunció lo que tanto se esperaba: la autorización de realizar conciertos en vivo, y uno de los primeros teatros en programar su reapertura fue el Teatro alla Scala, con la Messa da Requiem de Giuseppe Verdi, que además de un elenco de ensueño tuvo tintes históricos, pues fue justo con esta obra que, tras la Segunda Guerra Mundial, el entonces director musical del teatro, Arturo Toscanini, reabrió las puertas del recinto, dedicando la misa a todos los italianos fallecidos en el Holocausto. Por lo cual, este 2020, se decidió replicar aquel concierto.
El Réquiem se dedicó a los muertos del coronavirus en las tres ciudades mas afectadas de Italia: Milán, Bérgamo y Brescia, curiosamente todas en Lombardía. Al contar con el apoyo de la iglesia y del gobierno, se realizarían tres funciones: una en el Duomo de Milán, otra en el Duomo de Bérgamo y la última en el Duomo de Brescia, los días 4, 7 y 9 de septiembre, respectivamente.
Siendo la más importante la de Milán, por ser la sede de la Scala y por tener desafortunadamente la mayor cantidad de decesos, además de ser televisada a nivel nacional, contó con la presencia del arzobispo de Milán, el alcalde ‘Beppe’ Sala e incluso del Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, quien viajó desde Roma solo para asistir al homenaje.
En el podio, Riccardo Chailly, director musical del teatro, apareció en un escenario improvisado entre el altar y un espacio destinado al evento. Frente a él, la orquesta distanciada, donde cada instrumentista contaba con su propio atril y riguroso cubrebocas (salvo los alientos, evidentemente). Detrás de la orquesta, repartido bajo los vitrales de forma elíptica, estuvo el coro del teatro con las mismas características de higiene.
Tras un mensaje del arzobispo y del presidente comenzó el concierto. Salieron los cuatro solistas con cubrebocas y con una evidente sonrisa en el rostro tras retirárselo al llegar a su silla, pues por fin, después de casi 6 meses de silencio en la capital lombarda, se escucharía musica en vivo.
La soprano Krassimira Stoyanova y la mezzosoprano Elīna Garanča encabezaron el reparto femenino, mientras que el tenor predilecto de la Scala, Francesco Meli, y el bajo René Pape cubrieron los roles masculinos (para la función del 7 de septiembre fue Michele Pertusi quien interpretó la parte del bajo).
Por desgracia, la acústica del recinto fue pésima (se trata de un recinto antiquísimo, alto, sin acústica orgánica, pues su finalidad no ha sido nunca la musical); pero lo importante es señalar el evento histórico que representó. Por fortuna, todo se transmitió en línea y estuvo disponible durante una semana en la app de la Rai, con una excelente calidad tanto de imagen como de sonido.
Entre los momentos más entrañables de la velada encontramos el ‘Dies irae’, donde Chailly supo aprovechar muy bien el eco del recinto dando una sensación de desesperación mucho mayor a la que propone Verdi en la partitura, al igual que en el ‘Libera me’, donde, con el mismo efecto —aunado al aún exquisito fiato de la soprano búlgara—, llenaron el aura del Duomo de melancolía, pues no había que olvidar a quién estaba dedicado el evento. Y, para recordarlo, junto al presidente se encontraban invitados de honor, paramédicos, doctores, policías y otro cargos del personal sanitario que apoyó durante la emergencia y el caos que azoyó a la urbe milanesa.
El tan esperado ‘Ingemisco’ del tenor genovés fue interesante, pues a pesar de mostrar siempre un evidente papaloteo en el registro agudo, en el registro alto cubrió Meli, poderosamente, todo el Duomo. Mientras, la cálida y muy educada voz de la mezzosoprano letona acariciaba los fríos muros de mármol del recinto, al igual que lo hizo el bajo alemán, ofreciendo una interpretaron sobria y elegante, siempre entonada y de gran sustancia interpretativa.
[Nota del editor. Poco más de un mes después de la reapertura, el 25 de octubre el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, anunció el cierre —por al menos durante un mes— de todos los teatros y demás recintos culturales debido al resurgimiento en los casos de Covid-19. En la Scala, tres miembros de la orquesta y nueve miembros del coro resultaron positivos en su diagnóstico por Covid-19 el pasado fin de semana.]
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