Sonya Yoncheva en Barcelona

Sonya Yoncheva debuta en el Liceu de Barcelona bajo la batuta de Nayden Todorov © Antoni Bofill

Abril 30, 2022. La famosa soprano búlgara ya se había presentado en el Palau de la Música en un concierto que iba del barroco a la zarzuela, y más adelante cantará una serie de las varias que se proponen de Norma. Pero ahora pisó por primera vez el Teatro del Liceu. 

El triunfo fue menor que el esperado, por varias razones. Un programa fue de Verdi y Puccini, en el que hubo más del segundo que del primero, y mezclados en la primera parte con arias que no encajaban demasiado bien. Los fragmentos orquestales, dirigidos por el también búlgaro Nayden Todorov, fueron aplaudidos, en especial los de Puccini de la segunda parte, pero fueron demasiado teatrales como para oírse aislados, o el de Madama Butterfly para ser seguido en final de programa por ‘Un bel dì vedremo’. 

En lo orquestal, y pese al sonido encajonado de la orquesta por la presencia de la caja acústica, lo mejor como interpretación fue la obertura de Nabucco que abrió el concierto. Vino luego tal vez la mejor prestación de la soprano: la gran aria de Élisabeth de Valois de Don Carlos en francés, donde sin embargo se apreciaron los que creo problemas “estructurales” de la voz de la diva. Un grave engolado y exagerado por artificial con vocales sucias al final de las frases y a lo sumo medias voces en vez de notas filadas. 

Y en efecto se movió entre el forte y el mezzoforte en arias como ‘In quelle trine morbide’ de Manon Lescaut (que repitió como bis, desprovista en ambos casos de seducción), ‘Pace, pace mio Dio’ de Leonora en La forza del destino (la más aplaudida en la primera parte), y ya en la segunda, tras la “sorpresa” de ‘Se come voi piccina io fossi’, la romanza de Anna en Le Villi (desconocida por buena parte del respetable), llegaron las populares y aplaudidas ‘Vissi d’arte’ de Tosca y la ya citada de Madama Butterfly. 

Como primer bis hizo una habanera de Carmen francamente vulgar y con desviaciones en la línea de canto, lo que provocó una reacción minoritaria pero muy clara de protesta, seguida por una mediocre versión de ‘O mio babbino caro’ y la nueva mencionada de Manon Lescaut. Ahí hubo mucho aplauso.

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