The Monkey King en San Francisco

Escena del estreno mundial de The Monkey King de Huang Ruo y David Henry Hwang en la Ópera de San Francisco © Cory Weaver
Noviembre 18, 2025. Asistí a la segunda función del estreno mundial de The Monkey King (El Rey Mono), ópera en dos actos del joven compositor y pianista chino residente en los Estados Unidos, Huang Ruo (1976-), con libreto en lengua inglesa y en mandarín, del guionista y dramaturgo estadounidense David Henry Hwang (1957-).
Los autores se inspiraron en una de las cuatro obras clásicas de la literatura china: el Viaje al Oeste, escrita durante la dinastía Ming por el novelista chino Wu Cheng’en, quien vivió alrededor de los años 1500-1582, y que cuenta la historia de un mono que logra convertirse en rey, solo para descubrir que su camino para llegar allí no fue el indicado, y para mantener su reinado requiere abrir su corazón y su entendimiento, ya que entiende que tener el poder por sí solo no basta, sino que debe saber cómo usarlo.
La obra es, además, un homenaje a la comunidad y a la influencia de la cultura china que está presente y de manera palpable insertada en la multiculturalidad y la identidad de esta ciudad californiana. Mantras religiosos, simbólicos, místicos, incluso morales y reflexivos asociados a la cultura china envuelven al Rey Mono, que fue interpretado con una redonda y notable participación —tanto actoral, como vocal— por el tenor Kang Wang, quien regaló su muy musical y atractiva coloración tímbrica, como el epónimo héroe que —bailando, saltando y flotando por el cielo— causaba contrariedades y dificultades en escena, abordado con gracia y ligereza.

Kang Wang como The Monkey King en San Francisco © Cory Weaver
La visión estética del compositor Huang Ruo busca encontrar las conexiones que existen entre el espacio, el tiempo y el sonido, o citando sus propias palabras: “su relación con la arquitectura, el arte moderno o el dimensionalismo” de la cual se considera “un gran admirador”. Esto se vio plasmado en los brillantes y visualmente llamativos diseños escénicos de Basil Twist y Sara C. Walsh, quienes además se encargaron del manejo de las marionetas en escena (que sumergen al espectador en una jungla, en el fondo del mar y en los cielos) con los fantásticos vestuarios de Anita Yarich, todos ellos cargados de la alusiva iconografía e imágenes chinas, con un trabajo en escena que se complementó con las coreografías de Ann Yee, y la iluminación de Ayumu “Poe” Saegusa.
La dirección escénica de Diane Paulus dio sentido, unión y coherencia a todos los elementos en escena, cargada de simbolismo, para hacer fluida y entendible la historia, contada en ocho vívidas escenas. La reducida orquesta de cuerdas, metales, arpa y percusiones orientales estuvo bien conducida por la maestra Carolyn Huang, quien resaltó la palpitante escritura musical de la obra, cargada de pinceladas que evocan al musical americano y a la música oriental, pero que es minimalista en su estilo, y que calificaría como exquisita, armónica y de ricas tonalidades; un buen marco para las voces que contiene momentos memorables, como el arioso ‘The most powerful king on earth’.
En ese viaje del personaje protagónico, que se podría resumir con el mensaje de que el poder se puede ejercer con compasión, aparecen otras figuras y personajes con los que se encuentra el Rey Mono: el tenor Konu Kim como el Emperador de Jade; la soprano Mei Gui Zhang, notable por su elasticidad y radiancia vocal, en el papel de Guanyin; el bajo Peixin Chen como el supremo sabio Laujon; el tenor Joo Won Kang en el doble papel del Rey Dragón Ao Guang y el Señor Erlang; así como la mezzosoprano Hongni Wu como el General Cangrejo y la estrella Venus; y finalmente el barítono Jusung Gabriel Park, que dio vida a los papeles del maestro Subhuti y a Buda.