The Rake’s Progress en Buenos Aires

Escena del «teatro anatómico» de The Rake’s Progress de Ígor Stravinski en el Teatro Colón de Buenos Aires © Arnaldo Colombaroli

Julio 18, 2023. Subió a escena por cuarta vez en la historia del Teatro Colón The Rake’s Progress (La carrera del libertino) de Ígor Stravinski. Pasaron ya 72 años de su estreno mundial en La Fenice de Venecia, 64 de su primera presentación en el Colón y 22 de la última, cuyas anteriores puestas fueron en 1959 (en italiano) y 1977 y 2001 en su original inglés.

Su retorno tuvo una puesta en escena adecuada y alta calidad musical general. La puesta de Alfredo Arias se desarrolló en un único marco escénico que evoca los “teatros anatómicos” de las facultades de medicina de hace unos siglos: aquí Tom Rakewell es el objeto de estudio. La idea a priori era razonable, pero con el correr de la noche el escenario fijo resultó tedioso e incapaz de ubicar en tiempo y espacio los ocho lugares diferentes en los que se desenvuelve la acción.

No obstante, Arias fue muy prolijo en la marcación actoral llevada a cabo de la mejor manera por solistas, coro y figurantes. Solo cabe preguntarse si era necesario colocar sobre la escena tanta cantidad de figurantes. Magnífica, la escenografía pensada por Julia Freid en acuerdo con Arias, y fue de resaltar el gran trabajo de los artesanos del Teatro Colón que llevaron a la escena este teatro anatómico con sus gradas en madera lustrada, ventanas, puertas, la gran claraboya y la mesa de mármol; todo de una factura impecable.

Ecléctico y refinado, el vestuario de Julio Suárez, que conjuga elementos de época con trajes actuales. Correcta, la iluminación de Matías Sendón, con varios cambios de climas pero que no ayudaron a superar el tedio de una puesta monocorde.

Charles Dutoit condujo con mano segura a la orquesta estable, logrando extraer lo mejor de cada uno de sus miembros. Supo cuidar el balance entre el foso y la escena y obtener las texturas tímbricas adecuadas en cada momento de la partitura. Para el brillante resultado musical, se obtuvo el concurso de cantantes que fueron casi perfectos para sus roles y con la experta mano del maestro Dutoit, se notaban seguros y compenetrados.

Ben Bliss como Tom Rakewell © Máximo Parpagnoli

En el protagónico, el tenor Ben Bliss mostró un bello color vocal, amplitud de registro y eficacia interpretativa. Christopher Purves conjugó como Nick Shadow eficacia escénica y perfección vocal. Andrea Carroll fue Anne Trulove, y resultaron ideales para el rol su belleza de timbre y perfecta emisión. Una noche de verdadero triunfo para los tres protagonistas principales.

Patricia Bardon solo fue una correcta Baba the Turk, de la cual se esperaba mucho más, a juzgar por su historial y su carrera. Los locales aportaron profesionalismo y calidad al elenco. Así, Hernán Iturralde fue impecable en su personificación de Trulove. Alejandra Malvino brindó toda su experiencia al componer a Mother Goose. Darío Schmunck (Sellem) aportó su calidad vocal y su seguridad mientras que Alejandro Spies, en el breve rol de un guardián de manicomio, demostró, nuevamente, sus buenas condiciones vocales. El coro estable, preparado por Miguel Ángel Martínez, tuvo una noche impecable.

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