Chiara Isotton: “Cantar a Puccini es como respirar”

Chiara Isotton: «Verismo y Verdi, sobre todo»

La soprano Chiara Isotton es uno de los nuevos valores de la lírica italiana. A pesar de su juventud, sus cualidades vocales y radiante personalidad escénica la han llevado ya a importantes escenarios como el Teatro alla Scala de Milán, la Deutsche Oper Berlín, el Teatro La Fenice de Venecia, el Nuevo Teatro Nacional de Tokio, y el Metropolitan Opera de Nueva York. 

Después de su éxito como Minnie en La fanciulla del West en Lyon, Francia, Chiara aceptó amablemente realizar esta entrevista donde nos habló sobre sus inicios, su gusto por el canto y sus planes futuros.

Chiara, con tu experiencia en los escenarios, ¿qué significa para ti ser cantante de ópera y cuáles consideras que son los retos más difíciles a superar en esta profesión?
Ser cantante de ópera es un gran privilegio porque me permite llevar a escena a las heroínas más amadas y animadas por la música más bella que jamás haya sido compuesta. En cuanto a los retos más difíciles, estos tienen que ver con la gestión de esta vida, que es la constante preparación y la búsqueda continua de mejorar y crecer.

¿Cómo se dio tu acercamiento al canto y por qué elegiste dedicarte a hacer esta carrera?
Tuve la gran fortuna de crecer en una familia donde siempre se escuchaba música; por ello fue natural para mí el acercamiento al mundo del canto. La elección definitiva la tomé al término de mis estudios, cuando decidí dedicar mi vida a esta profesión.

¿Cómo describirías tu instrumento vocal y que sería lo primero que te gustaría que te escuchara cantar alguien que no te conoce o no ha escuchado tu voz?
¡Es una pregunta difícil! Creo tener un instrumento estrictamente “italiano” y busco trabajar siempre para encontrar la suavidad y uniformidad entre todos los registros vocales. 

Ahora, si debiera aconsejarle a alguien en qué debe escucharme primero, quizás sería el papel de Tosca, que es el rol que más he cantado, aunque también la reciente Fanciulla del West que me dio muchísimas satisfacciones. 

Tosca, Giacomo Puccini: ‘Vissi d’arte’, Teatro La Fenice, 2019

Minnie, en La fanciulla del West de Giacomo Puccini © Jean Louis Fernandez

Hablando precisamente del papel principal en La fanciulla, que debutaste con éxito en Lyon, ¿por qué sientes que el papel de Minnie es tan especial para ti?
Minnie era un papel que soñaba cantar desde hacía mucho tiempo, y realizarlo en Lyon fue fantástico, ya que es un personaje para el que no he tenido ninguna dificultad en personificar, y por momentos tenía la sensación de que Minnie razonaba y hablaba como lo hago yo en lo personal. Espero volver a cantarlo muchas veces, porque es un papel de verdad maravilloso. 

Retomando el tema de tu formación como cantante, posees una relación muy estrecha con el Teatro alla Scala. ¿Cómo te ha ayudado en tu carrera la formación que tuviste allí en su Academia, y cuál ha sido tu sensación cuando debutaste sobre ese escenario en un papel protagónico?
Me siento dignamente una “hija” del Teatro alla Scala, ya que allí crecí muchísimo gracias a las experiencias que viví en ese escenario; y el haber sido alumna de su Accademia indudablemente ha dejado en mí una impronta especial y los instrumentos necesarios para afrontar este mundo. 

Mi primer papel protagónico fue Fedora, y creo que nunca olvidaré las sensaciones que tuve esa tarde. La maravillosa acogida del público, el apoyo de mis colegas, como de todo el personal del teatro, fue conmovedora. Es que la energía que emana el Teatro alla Scala es única en el mundo, y a la vez es como si estuvieran presentes siempre todas las figuras que han conformado la historia de la ópera. Así que te diré que en la Scala ¡se siente la historia de la ópera! 

Ya has podido pisar otros escenarios importantes. ¿Cuál es la emoción más grande que has tenido y el teatro que más te ha emocionado, a parte de la Scala?
No quisiera sonar banal, pero conservo un bellísimo recuerdo y emociones ligadas a cada teatro donde me he presentado. Cada debut, cada función es especial y las emociones han quedado marcas en mi corazón. Pero un teatro que me ha regalado una emoción enorme fue el Metropolitan de Nueva York en 2023, ya que cantar ahí Fedora de Umberto Giordano una experiencia inolvidable.

¿Cuáles son tus compositores favoritos y por qué? ¿Hay algún compositor que sientas muy cercano a ti?
No me gusta hacer “clasificaciones” porque considero que toda la música es bonita y especial, pero personalmente me siento muy ligada a Giacomo Puccini porque, como pocos, logra darle una voz a los sentimientos y a las emociones. Interpretar sus personajes es estupendo, pero sobre todo es algo “real”. Cantar a Puccini es como respirar, siguiendo los latidos del corazón. 

Maddalena di Coigny, en Andrea Chénier de Umberto Giordano, en el Teatro alla Scala, 2023 © Brescia e Amisano

Has trabajado con importantes directores de orquesta, de escena y otros cantantes. ¿Cuáles dirías que han sido los más significativos en tu vida artística?
Aquí tampoco soy amante de clasificar porque resultaría inevitablemente injusta (o cito a todos o a ninguno). La fortuna de trabajar al lado de los grandes es que siempre se puede aprender mucho, y cada vez acaba una enriquecida y con crecimiento.

¿Qué tanto cuenta hoy la credibilidad y la belleza sobre el escenario, y qué cosas diferentes se le exige hacer a un intérprete moderno de ópera?
Es una pregunta nada simple. Creo que cuenta mucho, o muchísimo de verdad. Tengo la firme convicción de que, para un gran intérprete, la personalidad, la voz y la interpretación son las únicas “armas” de belleza que son necesarias. De la misma manera, estoy consciente de que, como intérpretes, tenemos el deber y la responsabilidad de entregarnos del mejor modo posible al público —también incluye lo estético—, dentro de nuestras posibilidades y nuestra naturaleza.

¿Cómo se produce en ti la identificación vocal y escénica con una persona, y cómo dirías que se gestionan las emociones y el llanto en el escenario?
Aún no he aprendido a administrar estas emociones, motivo por el cual termino frecuentemente y con gusto emocionalmente “rota” al final de cada función. Sin embargo, busco identificarme con el personaje con un profundo trabajo de estudio y conocimiento. 

Para mí es una fundamentalmente una preparación de 360 grados: musical, vocal y actoralmente. Las tres cosas no pueden existir por sí solas, y creo que un profundo trabajo que anteceda a una producción es la llave para llegar preparado también a ese nivel emotivo. A mi parecer, mientras más se mete nuestra alma en lo que hacemos, mejor saldrá, pero ese es el precio que pagamos, especialmente en ciertos títulos.

Medea, de Luigi Cherubini, en Toronto © Michael Cooper

¿Qué repertorio estás afrontando en este momento? Y, ¿podrías hablarnos sobre lo que te gustaría poder cantar, un papel que tengas muchas ganas de abordar ya?
El pasado mes de mayo canté Medea de Luigi Cherubini en Toronto, y estuve muy contenta porque fue un gran reto, y hace una semana terminé de cantar el papel de Amelia en Un ballo in maschera en Marsella. Después iré a Bolonia para cantar los papeles de Suor Angelica y el de Giorgetta en Il tabarro, y te puedo anticipar mi regreso al Teatro alla Scala la próxima temporada en el papel principal de Tosca y a la Fenice de Venecia con el mismo papel.

En cuanto al repertorio, creo que permaneceré mucho tiempo con lo que estoy haciendo ahora: verismo y Verdi, sobre todo. Y con relación a los deseos futuros, mejor no los revelo, porque pueden terminar por no realizarse.

¿Podrías hablarnos un poco sobre cómo es Chiara en la vida cotidiana? ¿Como cantante llevas un estilo de vida especial?
Busco llevar un estilo de vida lo más sano posible. No es siempre fácil, estando siempre de viaje, aunque trato. Creo que la clave para afrontar este trabajo se encuentra justo en encontrar un equilibrio total. Me dedico a entrenarme todos los días, y he encontrado en el yoga un aliado perfecto sobre todo para poder gestionar la respiración.

¿Tienes alguna anécdota curiosa que contar, o algún episodio particular o simpático que te haya ocurrido en un teatro?
¡Podría escribir un libro al respecto! En cada producción siempre sucede algo divertido. Una ocasión en Tosca, en lugar del salvoconducto para Cavaradossi de Scarpia, me encontré con un dibujo cómico, y no sé cómo me contuve para no reírme en escena.

¿Cómo crees que será el futuro del mundo de la lírica y qué piensas que deberían hacer los teatros para atraer a más personas a las funciones, sobre todo a los jóvenes, para que sean el público del mañana?
Me hago seguido esta pregunta, y creo que el mundo de la lírica está cambiando mucho con respecto al pasado. La única cosa que permanecerá eterna e inmortal será la música y nosotros, los intérpretes de hoy, tenemos la responsabilidad de ejecutarla. Con relación a la cuestión de los jóvenes, creo que es algo cultural que debe surgir a partir de las familias y las escuelas, y tengo mucha confianza en las nuevas generaciones. Estoy segura que se enamorarán de la ópera porque, por fortuna, los sentimientos y las emociones intrínsecas de cada ópera son inmortales. 

Tengo la certeza de que un joven no encuentra muchas dificultades para identificarse con los personajes de La bohème, por ejemplo. Casi todos los teatros tienen bellísimos programas para las nuevas generaciones y espero que crezcan y estén siempre más motivados.

 

Compartir: