Giovanni Andrea Sechi: “El público está más informado de lo que creemos”
En esta entrevista charlamos con el joven musicólogo italiano Giovanni Andrea Sechi (Cerdeña, 1988) quien ha realizado una importante y prolífica labor de recuperación y reconstrucción de óperas perdidas o poco conocidas, que lo han llevado a trabajar en puestas en escena de esas obras, y en exitosos y conocidos proyectos discográficos con artistas como: Francesca Ascioti, Cecilia Bartoli, Joyce Di Donato, Sol Gabetta, Vivica Genaux, Magdalena Kozena, Simone Kermes, Fabio Luisi, Sandrine Piau o Nuria Rial, entre otros, con sellos discográficos como Decca, Sony o Deutsche Harmonia Mundi.
Giovanni Andrea —especialista en la música del siglo XVIII, dicta conferencias a nivel internacional sobre musicología, y ha editado sinnúmero de partituras, además de haber publicado artículos en la materia y ha contribuido a enciclopedias— nos habla sobre la labor del musicólogo, su método y el entusiasmo por su trabajo, así como la aportación que realiza al mundo musical y operístico de la actualidad.
Cuéntanos, ¿cómo nació tu interés por la música y la ópera lírica y después para profundizar en ella y estudiarla a detalle?
Nació gracias a mis padres, ya que ambos eran profesores y me transmitieron la capacidad de escuchar e investigar, así como la necesidad de profundizar en lo que me ocupara. Llegué a la ópera lírica después de un recorrido ecléctico, ya que desde niño devoraba CDs de muchos géneros musicales como: música clásica, música barroca, rock, punk… ¡de todo!
De adolescente tocaba el piano y componía, y de hecho, me presenté como solista en festivales, como el Arezzo Wave, que es el concurso más importante en Italia para bandas emergentes. Sentía entonces que mi futuro estaba en el ámbito del rock o en ser cantautor. Después de haber hecho estudios en letras y en archivística cambié de idea, y volví a la música barroca con una visión diferente. En mi trabajo actual me reencontré con una pasión que nunca se había apagado.
¿De qué se ocupa un musicólogo y cuál es el ámbito o especialidad que prefieres para realizar tu trabajo?
Los ámbitos en los que puede trabajar un musicólogo son muchos, desde la publicación hasta la crítica musical, la investigación histórica, la divulgación o la enseñanza académica. Yo principalmente me ocupo de la edición de partituras de óperas poco conocidas y de la creación de conceptos para proyectos discográficos, como también para conciertos. Este último aspecto es quizás el mas fantasioso o bizarro de mi trabajo.
¿Cómo y cuándo comenzó tu carrera?
En el 2009, mientras estudiaba literatura en la Universidad de Bolonia, pasaba mis días en archivos de toda Italia, pero mis investigaciones aún no tenían un destino preciso. Tenía la curiosidad por saber más sobre los cantantes y músicos que me apasionaban, porque lo consideraba un pasatiempo. En ese año conocí por casualidad a Vivica Genaux, y fue ella quien me tomó bajo su tutela y me ayudó a ingresar al campo profesional. Mis primeros trabajos nacieron gracias a ella y a Christoph Müller, quien era el agente de la Kammerorchester Basel.
¿Como nacen o se originan tus proyectos? ¿Son comisionados por orquestas, teatros, casas discográficas o por petición de los artistas?
Un proyecto puede surgir de una idea del musicólogo, de un cantante, de una orquesta o de un concepto elaborado por un festival o por un teatro que lo solicita y lo compra. Se requiere ser versátil y saber conjugar la propia investigación con las exigencias de quien solicita el proyecto. Por esta razón, buscó estar abierto a las ideas y las exigencias de quien lo requiere. Cuando tengo una relación de colaboración estable, como, por ejemplo, la que tengo con Francesca Ascioti y su orquesta Enea Barock Orchestra; como también con la Kammerorchester Basel, es mucho más fácil crear proyectos interesantes y que tengan una base sólida en la investigación musicológica.
‘Se, qual tu sei, qui son si belle’ de Enea in Caonia de Hasse con la contralto Francesca Ascioti:
Personalmente, ¿qué es lo que te motiva y te entusiasma para realizar tu trabajo?
Para mí es emocionante escuchar música que vuelve a la vida después de varios siglos. Cuando leo un manuscrito por primera vez, me preguntó a mí mismo sobre esa música y trato de escucharla con la mirada. A continuación, preparo la transcripción, y todos estos pasos, que pueden ser bastante largos, se realizan en completa soledad. Pero los momentos más emocionantes son los primeros ensayos con los cantantes y los músicos, para escuchar y compartir esas sensaciones después de escuchar la música por primera vez. Todo el proceso creativo, desde la investigación del archivo hasta la presentación, ¡me encanta!
¿Cómo eliges la música o una ópera que consideras que es digna o interesante para ofrecerla al público de hoy?
Hay mucha música por redescubrir. Cuando recuperamos música del pasado, primero debemos seleccionar la música adecuada para el momento y el intérprete más adecuado. La música puede ser apropiada para un cierto contexto, mientras que, en otro lugar, quizás, no será apreciada. Además, una pieza musical puede gustar o no según quién sea el intérprete. Por ello, el musicólogo tiene el deber de asesorar al artista y orientarlo hacia la música que mejor se adapte a sus capacidades. Hoy no tenemos voces como las de Farinelli, Faustina Bordoni, Maria Malibran, pero tenemos muchos cantantes excelentes que pueden interpretar esa música.
¿Consideras que un musicólogo debe conocer y entender los detalles técnicos de la música, de los instrumentos y de la voz?
¡Absolutamente! Se necesita conocer las características, como también los límites de los instrumentos y voces de los que uno se ocupa.
¿Qué es lo que mas te gusta cuando trabajas con cantantes?
Es hermoso cuando hay confianza en el trabajo del otro. Me gusta cuando existe la curiosidad y la complicidad. Te cuento una anécdota como ejemplo: una vez, con la soprano Nuria Rial, decidimos incluir un aria en un proyecto que armamos por teléfono (¡y cuya música también ensayamos por teléfono!). Yo había encontrado una hermosa aria de Andrea Stefano Fiorè, pero la lista de nuestro CD Baroque Twitter ya se había decidido y quedaba muy poco tiempo antes de hacer la grabación. Tenía miedo de que Nuria rechazara la pieza, pero en cambio la evaluó con sumo interés. Al final, esa pieza se convirtió en el «éxito» del disco; y desde entonces tengo una adoración por Nuria porque es una gran artista de una gran sensibilidad.
‘Usignolo che col volo’ de Andrea Stefano Fiorè, con la soprano Nuria Rial, el flautista Maurice Steger y la Kammerorchester Basel:
En tu trabajo, ¿te especializas solo en ópera y música vocal, o también te interesa la música instrumental?
Me gusta también ocuparme de la música instrumental. Un proyecto discográfico al que estoy muy apegado es el CD Bologna 1666, editado por Sony-Deutsche Harmonia Mundi, con Julia Schröder, en el violín solista, y la Kammerorchester Basel. Es un recorrido por la Bolonia musical del siglo XVII-XVIII: sinfonías y conciertos de grandes músicos como Giovanni Paolo Colonna, Giacomo Antonio Perti, Giuseppe Torelli y otros. Quería dirigir la atención hacia una ciudad con una tradición musical muy rica como lo es Bolonia. Inexplicablemente, hoy el repertorio boloñés se considera de “nicho”. Sin embargo, en ese momento era una ciudad muy activa en su nivel musical, a la par de Nápoles y Venecia; y la música es verdaderamente hermosa y agradable.
Entonces, ¿cuánto han influido tus estudios y tu estancia en Bolonia para la realización de tu trabajo?
Te diré que mucho, ya que Bolonia es una ciudad plena de estímulos. Vivo allí desde hace trece años, aunque mi corazón está siempre en Cerdeña, en el pequeño pueblito de 200 habitantes donde nací, que se llama Las Plassas.
En cuanto a tus investigaciones operísticas, ¿prefieres trabajar con óperas del siglo XVII o XVIII? Y ¿Cuáles son las diferencias que encuentras?
Mi campo de investigación preferido es el de principios del siglo XVIII italiano de óperas de: Giovanni Bononcini, Nicola Pórpora, Johann Adolf Hasse y Antonio Vivaldi. Las obras de esa época me satisfacen porque las piezas cerradas empiezan a hacerse cada vez más complejas. En aquellos años, la atención del público pasó del recitativo al aria, y el virtuosismo vocal prevalecía sobre la actuación y sobre la palabra. Al escuchar cada aria me parece que estoy explorando un pequeño mundo construido alrededor de ese afecto especial o esa situación dramatúrgica.
¿Cómo resuelves como musicólogo el momento en el que encuentras manuscritos con partes faltantes o incompletas?
Las partes incompletas deben reconstruirse siempre que sea posible. Es una gran responsabilidad porque se requiere un profundo conocimiento de las convenciones de las composiciones de la época y del estilo del compositor. Para algunas óperas, me ha sucedido que he tenido que componer los recitativos ex-novo, o desde cero (como lo hice para el Rinaldo de Georg Friedrich Händel y Leonardo Leo). Nunca he reconstruido números musicales enteros, como lo es, por ejemplo, una aria o un movimiento de una composición instrumental, pero muchos otros estudiosos lo hacen sin problema. En los últimos años he escuchado algunas excelentes reconstrucciones de obras de Antonio Vivaldi, como Motezuma, que fue completado por el violinista Alessandro Ciccolini, como también Orlando furioso de Antonio Vivaldi y Giovanni Alberto Ristori, cuyas partes instrumentales faltantes fueron compuestas por Federico Maria Sardelli.
Como mencionabas anteriormente te has especializado en el repertorio barroco italiano. Habiendo tantas obras líricas de gran valor musical que has podido conocer de primera mano, ¿por qué crees que los teatros aún dudan en programarlas regularmente en sus temporadas?
Creo que muchos teatros subestiman a su público. Algunos directores artísticos creen que el repertorio barroco es elitista y especializado, y que el público en general no lo sabe apreciar. Por el contrario, creo que el público de hoy está mucho más informado de lo que creemos. Hasta hace veinte años algunos compositores parecían inalcanzables, pero las cosas han cambiado mucho gracias al internet. Mira, por ejemplo, en Youtube o en Spotify cuántas visitas tienen algunas óperas de Pórpora o de Vinci.
Gran parte de tus investigaciones se ha materializado en grabaciones o puestas en escena en importantes festivales y teatros. ¿Cuáles consideras que son las más significativas y que te han dado las mejores satisfacciones?
A los que ya he mencionado, añadiría el CD Dolce Duello con Cecilia Bartoli y la violonchelista Sol Gabetta; el CD Rival Queens, que es una selección de arias para Faustina Bordoni y Francesca Cuzzoni, interpretadas por Simone Kermes y Vivica Genaux, no puede faltar; Twitter Barroco con la soprano Nuria Rial, el flautista Maurice Steger y la Kammerorchester Basel. Entre las obras que “redescubrí”, estoy muy apegado al pasticcio Orfeo de Nicola Pórpora, con puesta en escena en el Festival del Valle de Itria de 2019 en Martina Franca, con la orquesta Armonia Atenea y la dirección de Georg Petrou.
Rival Queens con la mezzosoprano Vivica Genaux y la soprano Simone Kermes, basada en la rivalidad de Faustina Bordoni y Francesca Cuzzoni:
¿Podrías hablarnos sobre tus proyectos futuros, en aquellos que actualmente estas dedicando tu tiempo?
Entre el 2022 y el 2024 colaboraré en varios proyectos para solistas con Xavier Sabata, Vivica Genaux, Anna Prohaska, Franco Fagioli, Giulia Semenzato, Francesca Ascioti. Actualmente estoy también reconstruyendo la partitura de Astarto (Londres 1720), una ópera de Giovanni Bononcini de la que se perdieron todos los recitativos. En el 2022 se realizará la primera representación escénica de este título, y en unas semanas se sabrá en qué teatro.
Para finalizar la entrevista ¿qué consejo le darías a un joven musicólogo que piense en introducirse en el mundo laboral?
Les recomendaría a todos los jóvenes que sean pacientes, que sigan especializándose y que rechacen la explotación y las condiciones laborales deplorables. Hoy en día el mercado laboral es cada vez más selectivo y despiadado, pero hay muchos “clientes” que creen en los jóvenes y saben valorarlos. Lo importante es no dejar nunca de buscar el «propio» lugar de uno en este mundo.