
Laura Verrecchia—“Rossini es mi padre; Bellini y Verdi, mis amantes”

La mezzosoprano italiana Laura Verrecchia © Michele Monasta
La mezzosoprano italiana estuvo en São Paulo para participar, junto al barítono Simone Piazzola, en la Gala de Ópera Italiana organizada por el Consulado General de Italia en São Paulo, el Istituto Italiano di Cultura San Paolo y Sustenidos, y producida por la Cia Ópera São Paulo.
La ópera corre por las venas de Laura Verrecchia. “Soy pariente del tenor Mario Lanza [nombre artístico de Alfredo Arnoldo Cocozza]”, revela. En la comuna de Filignano, en Molise, al sur de Italia, tierra de origen de su familia, se realiza anualmente, desde 1990, un festival en homenaje al tenor. “Cuando era niña, me llevaban al festival”, cuenta la mezzosoprano, “y veía las películas de Mario Lanza que proyectaban y los conciertos y óperas que montaban”. Esto despertó en ella “un fuego”. A los ocho años comenzó a estudiar piano, luego danza, teatro de prosa y, a los 12 años, cantó en un coro de voces blancas. A los 16 años inició sus estudios de canto lírico en Molise.
Entre los muchos profesores que tuvo, Verrecchia destacó como principales a Antonella Sdoia, corista del Teatro di San Carlo de Nápoles, al bajo-barítono Luciano di Pasquale y a las sopranos Katia Ricciarelli, Daniela Dessì y Donatella Debolini. Fue bajo la guía de Debolini, con quien estudia hasta hoy, que Verrecchia se graduó, en 2015, en el Conservatorio Luigi Cherubini de Florencia.

Rosina en Il barbiere di Siviglia en el Teatro de Maggio de Florencia 2024 © Filippo Antichi
Su primer papel importante fue Rosina, en Il barbiere di Siviglia de Gioachino Rossini, en 2015, en Livorno. “Fue el papel que más canté durante estos diez años de carrera”, revela Verrecchia: “Hice ochenta representaciones”. También interpretó varias veces a Isabella en L’italiana in Algeri —papel con el que debutó en junio pasado en la Ópera de Roma— y a Angelina en La Cenerentola. “Hice mucho Rossini, pero mi voz comenzó a evolucionar hacia un repertorio más spinto. Entonces, hace dos años, debuté como Eboli en Don Carlo”.
Laura Verrecchia también actuó en óperas de Gaetano Donizetti (Seymour en Anna Bolena y Orsini en Lucrezia Borgia) y Vincenzo Bellini, autor de su papel favorito: Romeo en I Capuleti e i Montecchi. “¡Qué papel! ¡Bellísimo!”
“Rossini es mi padre; Bellini y Verdi son mis amantes”, afirma Verrecchia, dividiendo en dos categorías a sus compositores preferidos. Evidentemente, la broma de la mezzosoprano está relacionada con el estilo de cada compositor, con la forma de interpretarlos, con lo bien que Rossini ayuda a refinar el canto al inicio de una carrera y con la mayor intensidad dramática de Bellini y Verdi.
“Son dos modos diferentes de cantar. Rossini es más concentrado y muy difícil, porque si no dosificas bien la voz, no puedes seguir adelante, no puedes cantar. Todo debe estar muy controlado. Por eso, como Mozart, Rossini es bueno para los jóvenes, para quienes están empezando, porque hace que dirijan la voz, que la coloquen en el lugar correcto, sin forzarla demasiado. Los otros compositores nos dan una libertad, que es la de abrir la voz, de dejar brotar también la emoción, pero eso es peligroso si [el cantante] es joven, porque primero debe saber dirigir la voz. Son dos voces diferentes, dos impostaciones diferentes de voz.”
Entre los papeles que desea interpretar está el de Santuzza, en Cavalleria rusticana, de Pietro Mascagni. “Fue el primer papel que estudié cuando era joven. Un error, porque era muy joven. Ahora estoy entrando en la edad adecuada para cantar papeles más importantes desde el punto de vista vocal, más desafiantes, más difíciles tanto desde el punto de vista emotivo como orquestal. Estos papeles fuerzan un poco la voz, por lo que, si aún no dominas la voz con Rossini, Donizetti, Bellini y Mozart, no puedes hacerlos.”

Isabella en L’italiana in Algeri en el Teatro Ópera de Roma 2025 © Marco Impallomeni