Bitches, Witches & Boys, en Cuautitlán Izcalli

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Luego de presentarse en Chiapas, el espectáculo operístico Bitches, Witches & Boys ideado y dirigido por Ragnar Conde, producido por Escenia Ensamble y que protagoniza la mezzosoprano Carla López-Speziale llegó al Teatro San Benito Abad de Cuautitlán Izcalli, Estado de México, el pasado 6 de noviembre.

El entretenido show, de aproximadamente 70 minutos de duración, es un híbrido que se mueve entre el recital y la obra de teatro y transita de igual forma por el stand-up comedy, el monólogo confesional y la vitrina de repertorio profesional. Y su buen funcionamiento depende justo de una dirección escénica sutil que propicie la comedia al dirigirse al público, pero también de ciertos nudos dramáticos que explican la evolución y los retos que ha resuelto la intérprete quien, a su vez, tiene por delante todo el reto vocal y expresivo de enfrentar periodos históricos, obras, compositores y estilos diversos que en unos cuantos minutos sintetizan el trabajo y aprendizaje de una vida entera.

Carla López-Speziale y Ragnar Conde lo consiguen, y en ese logro se inscribe también el acompañamiento pianístico del maestro Josef Olechowski; la primera con la resolución técnica con la que maneja una voz de bello timbrado y sana emisión que hace un recorrido variopinto del canto y de personajes específicos del que se extrae el título del espectáculo, con ayuda de siete máscaras y elementos de vestuario y utilería mínimos, que en el fondo cuenta su propia experiencia artística que inicia desde que su sueño de ser soprano debe modificarse con el cambio de tesitura. Conde, a través de una dramaturgia y el diseño de máscaras que precisamente busca singularizar una historia a partir del abordaje de títulos y personajes representativos del repertorio operístico y de la cantante en escena.

Las piezas que integran el programa son ‘Lascia ch’io pianga’ y ‘Venti turbini’ de Rinaldo de George Friedrich Händel; ‘Non, non, non, vous n’avez jamais’ de Les huguenots de Giacomo Meyerbeer; ‘Cruda sorte! Amor tiranno’ de L’italiana in Algeri, de Gioachino Rossini; ‘Mon coeur s’ouvre à ta voix’ de Samson et Dalila, de Camille Saint-Saëns; ‘Re dell’abisso’ de Un ballo in maschera y ‘Stride la vampa’ de Il trovatore de Giuseppe Verdi; el Tango de la Menegilda La gran vía, de Federico Chueca y Joaquín Valverde; ‘Ah, quel dîner je viens de faire’ de La Périchole de Jacques Offenbach; ‘Les tringles des sistres tintaient’ de Carmen de Georges Bizet y ‘Amor’ de William Bolcom.

El programa y el espectáculo permiten aquilatar el recorrido vocal, artístico, expresivo y de vida de López Speziale, quien para estos momentos de su carrera parecería especialmente óptima para esos personajes ricos en sus capas dramáticas como Carmen, Ulrica o Dalila. Canta, baila, actúa, declama, toca las castañuelas, con seguridad y el buen ritmo que abren con su trabajo Olechowski y Ragnar Conde, quien apuntala su oferta lírica en el Teatro San Benito Abad, ejercicio en sí mismo loable. Mucho más al llevar a Dan Francisco Tepojaco, en Cuautitlán Izcalli, este muestrario de mujeres que a veces son brujas, seres mágicos, féminas fatales o chicos que no lloran y que tienen como vehículo estético la música y la voz.

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