Baritenor, de Michael Spyres
BARITENOR
Michael Spyres
Orchestre Philarmonique Strasbourg
Marko Letonja
ERATO
Uno de los discos más esperados en este 2021 ha sido, sin duda alguna, Baritenor del estadounidense Michael Spyres. Conocido por su virtuosismo vocal, su registro agudo impresionante, su innegable musicalidad y su versatilidad estilística, Spyres comenzó su carrera como barítono. Después de algún tiempo, se cambió a la tesitura de tenor pero siguió conservando su registro grave redondo y bien proyectado, de color oscuro, ampliando su registro de tal manera que puede entonar desde notas graves de bajo hasta el Mi sobreagudo.
Este disco es un proyecto muy personal para Spyres, ya que presenta arias que ilustran la historia de la tesitura del baritenor, que apareció en el siglo XVII y que permaneció hasta principios del siglo XX. Este tipo de voz surgió desde el Renacimiento tardío y comienzos del barroco. De hecho, las primeras óperas de la historia —Euridice de Jacopo Peri e Il rapimento di Cefalo de Giulio Caccini, ambas de 1600, e inclusive L’Orfeo de Claudio Monteverdi, de 1607 y La Dafne de Marco da Galeano, de 1608— fueron estrenadas por el tenor Francesco Rasi (1574-1621).
La selección de arias del disco es un viaje musical por la evolución vocal que tuvo la tesitura del baritenor, desde Mozart hasta Korngold, pasando por Méhul, Spontini, Rossini, Adam, Donizetti, Verdi, Thomas, Offenbach, Wagner, Leoncavallo, Léhar, Ravel y Orff.
Comienza el disco de Michael Spyres con una vibrante y virtuosística interpretación de ‘Fuor del mar’ de Idomeneo de Mozart, en la que muestra un perfecto control de su instrumento al saltar de su registro grave al agudo con la misma calidad y brillantez sonora. El rol fue creado por el veterano tenor Anton Raaff (1714-1797) cuando tenía 67 años de edad. De hecho, éste fue su último rol escenificado.
Enseguida, Spyres introduce el aria del Conte Almaviva ‘Hai giá vinta la causa… Vedrò mentr’io sospiro’ de Le nozze di Figaro, escrita originalmente para el barítono Stefano Mandini (1760-1810), pero interpretando la versión alternativa del aria hecha por Mozart en la revisión para Viena en 1789 para un cantante con un registro más agudo, pues intercaló en ella 14 Sol4, los cuales Spyres canta con gran facilidad. La expresividad y la atención que presta a las palabras son impecables.
Para cerrar con las arias de Mozart, Spyres canta una elegante serenata de Don Giovanni, ‘Deh, vieni alla finestra’. El rol de Don Giovanni, en el estreno absoluto de esta ópera en Praga en 1787, fue creado por el barítono Luigi Bassi (1766-1825), quien contaba con apenas 21 años de edad. Un año antes había cantado el Conte Almaviva en el estreno de Le nozze di Figaro en Praga (1786).
‘Hai già vinta la causa… Vedrò mentr’io sospiro’, de Le nozze di Figaro de Mozart (versión de 1789):
El gran empresario, cantante y compositor Manuel del Pópulo García llegó a ser uno de los pocos cantantes que interpretaron tanto el Conte Almaviva en Le nozze di Fígaro de Mozart como el Conte Almaviva de Il barbiere di Siviglia de Rossini (estrenó este último rol en Roma en 1816). Fue también uno de los grandes Otellos de la ópera homónima de Rossini y el primer Don Giovanni en el estreno estadounidense de la ópera de Mozart, en Nueva York, bajo los auspicios del propio libretista, Lorenzo da Ponte. Varios tenores de la época tuvieron también la oportunidad de cantar este rol baritonal mozartiano: Giovanni Matteo “Mario” de Candia, Andrea Nozzari, Adolphe Nourrit y Giovanni Battista Rubini.
El papel de Fígaro en Il barbiere, creado por el barítono Luigi Zamboni, también fue cantado tanto por barítonos como por tenores. En su disco, Spyres aborda dos arias muy distintas de Rossini: ‘Largo al factótum’ de Il barbiere di Siviglia, para barítono, y ‘Ah! per voi già sento… Premio maggior di questo’ de Otello, para tenor. El Fígaro de Spyres es simpático, y aprovecha su destreza para imitar voces para divertirse durante el aria. Escuchamos su voz muy cómoda con la tesitura del barbero y sus graves son aterciopelados y sonoros. Digamos que Fígaro es para un barítono atenorado y que el papel de Otello para un tenor abaritonado. El virtuosisimo y maestría vocal de Spyres son evidentes en la difícil aria del moro rossiniano, haciendo gala de su registro grave.
Gioachino Rossini dio oportunidad de lucimiento a los baritenores, especialmente en sus óperas serias para el Teatro San Carlo de Nápoles. El papel de Otello es uno de los más representativos de esta tesitura, requiriendo del cantante que tenga un registro que va desde un Sol2 hasta un Re5. Andrea Nozzari estrenó el rol protagónico del Otello rossiniano (1816). También estrenó los roles de Leicester en Elisabetta, regina d’Inghilterra (1815), Rinaldo en Armida (1817), Osiride en Mosè in Egitto (1818), Agorante en Ricciardo e Zoraide (1818), Pirro en Ermione (1819), Rodrigo en La donna del lago (1819), Paolo en Maometto II (1820) y Antenore en Zelmira (1822).
‘Ah! per voi già sento… Premio maggior di questo’ de Otello:
Rossini pedía de sus protagonistas masculinos, en algunas de sus óperas, un registro de casi tres octavas. Pero con el paso del tiempo, las orquestas fueron agrandándose tanto que estos llamados baritenores tuvieron que “tomar partido” y pasarse a la cuerda de tenor o de barítono.
Uno de los primeros baritenores del que se tiene noticia en Francia a comienzos del siglo XIX nació en París y se llamaba Jean-Blaise Martin. Fue por su voz que se forjó el término “baryton-Martin” para describir a ese tipo de voz tan peculiar, entre tenor y barítono. Recordemos que, en aquel entonces, no existía una división tajante entre tesituras como hoy en día, y fluctuar entre las tesituras de tenor y barítono no era algo tan raro.
El compositor Étienne Méhul, primer romántico de la ópera francesa, compuso uno de los roles más importantes para baritenor: Edgard en Ariodant. Quien estrenó este rol fue Jean-Pierre Solié, un tenor que luego cantó como barítono y que acabó su carrera como bajo. En la era napoleónica, Gaspare Spontini compuso para el baritenor Étienne Lainez el rol del general romano Licinius en La vestale.
Del repertorio del romanticismo francés temprano, Spyres canta el aria de Edgard: ‘Ô Dieux! Écoute ma prière’ de Ariodant de Étienne Méhul (siendo ésta la primera vez que se graba en disco esa aria). Aquí podemos escuchar el timbre aterciopelado de Spyres y el carácter más dramático de su registro central. La orquestación empieza a engrosarse, requiriendo más volumen y cuerpo de la voz del baritenor. Lo mismo sucede al escucharlo en el papel de Licinius de La vestale. Canta el aria ‘Qu ai-je vu! Quels apprêts!’ con intensidad y dicción francesa perfecta.
‘Qu ai-je vu! Quels apprêts!’, aria de Licinius de La vestale de Spontini:
En la Opéra Comique de París también había roles para el baritenor: uno de ellos es el papel de Chapelou/Saint-Phar en Le postillón de Lonjumeau de Adolphe Adam. Fue el cantante Jean-Baptiste Chollet quien lo estrenó, habiendo cambiado su tesitura de barítono a tenor. Otro caso de “fluctuación de tesitura” aconteció con el tenor Mécène Marié d’Isle, quien debutó el papel de Tonio en La fille du régiment de Gaetano Donizetti. Cuatro años después de estrenar ese rol, se convertió en barítono.
Spyres ofrece dos interpretaciones llenas de picardía y pirotecnia vocal en el aria de Chapelou ‘Mes amis, écoutez l’histoire’ de Le postillón de Lonjumeau y la famosa aria de Tonio ‘Ah, mes amis que jour de fête’ de La fille du régiment. Spyres se divierte y llega sin problemas al Re sobreagudo de Le postillón y a los nueve Do sobreagudos de La fille. Su registro sobreagudo está bien cubierto y tiene squillo.
El compositor Ambroise Thomas escribió el papel principal de su ópera Hamlet originalmente para tenor, pero, al no encontrar uno que pudiera cantarlo correctamente, transcribió el rol para que lo cantara el formidable barítono Jean-Baptiste Faure, quien estrenó el rol de Hamlet. A Offenbach le pasó lo contrario con el rol principal de Les contes d’Hoffmann, que originalmente estaba escrito para barítono. Hay partituras del acto I y II donde se puede ver que Hoffmann estaba escrito para esa tesitura. Después el compositor lo escribió para el tenor Jean-Alexandre Talazac, quien lo estrenó.
Una de las joyas musicales de este disco (que tiene varias) es la versión para tenor del brindis de Hamlet ‘Ô vin, dissipe la tristesse’ de la ópera homónima de Ambroise Thomas. Esta escena necesita de un trabajo de interpretación del estado de ánimo del personaje, que disfraza su dolor y su melancolía en este brindis agridulce. Acompañan a Spyres aquí el tenor Nicholas Kuhn como Marcellus y el barítono Fabian Gaschy como Horatio.
‘C’est en croyant revoir… Oh, vin! Dissipe la tristesse’, de Hamlet de Thomas:
El recital discográfico continúa con la canción de Hoffmann ‘Va, pour Kleinzach!’ de Les contes d’Hoffmann de Offenbach, donde Spyres da rienda suelta a su voz, interpretando con excelente balance el lado enamorado y el lado un poco loco del poeta. El tenor Mario Montalbano canta el papel de Nathanaël en esta escena.
De Giuseppe Verdi Spyres canta el aria del Conte di Luna ‘Il balen del suo sorriso’, con un fraseo exquisito y gran emotividad. Es bien sabido que éste es uno de los papeles para barítono más agudos que Verdi escribió, para Giovanni Guicciardi.
Por increíble que parezca, también Richard Wagner participó en la creación de un acervo de roles para la voz de baritenor en algunas de sus óperas. Se podría decir que el “heldentenor” es una suerte de baritenor wagneriano y un ejemplo perfecto de esto es el rol de Siegmund de Die Walküre, que pide al intérprete un color de voz más oscuro y un registro grave más sólido que el de un tenor puro. El rol lo creó el tenor alemán Heinrich Vogl. También creó el rol de Loge en Das Rheingold, y fue uno de los grandes intérpretes de Siegfried, Lohengrin, Tannhäuser, Tristan y Walter von Stolzing.
En el disco siguen otras dos joyas: por un lado, la versión en francés del aria de Lohengrin ‘In fernem Land’ de Wagner, llamada aquí ‘Aux bordes lointains’. Spyres logra captar esa presencia etérea de Lohengrin que describe la música de Wagner y su enunciación del texto en francés es verdaderamente poético. Lleva la emoción in crescendo hasta llegar al sublime momento donde dice ‘Et Lohengrin, son chevalier, c’est moi!’, mostrando la grandeza del personaje.
Por otro lado, entona el prólogo de Pagliacci de Ruggero Leoncavallo, ‘Si può?, creado por el barítono Victor Maurel, quien también había estrenado previamente los roles de las últimas dos óperas de Giuseppe Verdi: Iago en Otello y el protagonista de Falstaff. Aquí, como Tonio, Spyres hace uso de su aterciopelado y baritonal registro central y de un manejo del texto como si estuviese cantando un monólogo shakespeariano.
El último baritenor de la época que abarca el disco fue Jean Périer, quien ya entrado el siglo XX estrenó el rol de Pelléas en Pelléas et Mélisande de Debussy (1902) y Ramiro en L’Heure espagnole de Ravel (1911), personajes que son interpretados indistintamente por tenores y barítonos hoy en día.
Uno de los papeles de baritenor de gran lucimiento en la opereta es el rol del Conde Danilo en Die lustige Witwe de Franz Léhar. Spyres canta su entrada, ‘O Vaterland du machst bei Tag… Da geh ich zu Maxim’, con desparpajo y gran manejo del humor del aria. De L’heure espagnole de Maurice Ravel, canta el aria de Ramiro, ‘Voilà ce que j’appelle une femme charmant’, donde lo más importante es su expresividad al interpretar el texto de manera casi recitada.
Carl Orff usó la voz del baritenor en su cantata Carmina Burana y Erich Korngold escribió el papel de Paul en Die Tote Stadt para este particular tipo de voz. Así pues, el baritenor está en esa delgada línea entre el tenor y el barítono, no solo en la extensión del registro sino también en cuanto al color del timbre.
En el disco, Spyres entona ‘Dies nox et Omnia’ de Carmina Burana, luciendo un falsete impecable y luminoso, y en ningún momento o lugar de su registro Spyres pierde el brillo de su voz. Culmina el disco con la conocida “canción de Marietta” de Die Tote Stadt de Korngold, ‘Glück, das mir verblieb’. El papel de Paul, de hecho, fue estrenado por Richard Schubert, que comenzó su carrera como barítono y después cambió de tesitura, a tenor. Fue, asimismo, uno de los grandes intérpretes del rol baritenoril de Eisenstein en Die Fledermaus de Johann Strauss Jr.
‘Glück, das mir verblieb’, de Die Tote Stadt de Korngold:
Muy importante mencionar a la Orchestre Philharmonique de Strasbourg y al director Marko Letonja, quienes acompañan a Spyres en este muy variado programa en homenaje a la evolución que tuvo la voz del baritenor a través de 150 años de historia de la ópera. La flexibilidad sonora y la adecuación a los diferentes estilos que tiene la orquesta es admirable. Letonja elige tempi vibrantes para Mozart, Rossini, Donizetti, Adam y Thomas, y resalta la belleza melódica y los matices orquestales en el repertorio más pesado.
Un disco muy recomendable por el rico y variado repertorio que ofrece Michael Spyres en homenaje a la tesitura del baritenor y a todos esos roles que hicieran famosos a sus antecesores.