Lise Davidsen / Leif Ove Andsnes – Edvard Grieg
Edvard Grieg
Lise Davidsen (soprano),
Leif Ove Andsnes (piano)
DECCA CD
La soprano noruega Lise Davidsen es una de las artistas más aclamadas y queridas por la crítica y el público, en general, gracias a su portentosa voz, su exquisita técnica y por recordar a aquellos intérpretes de la llamada “época dorada” de la ópera. Conocida por sus incursiones en óperas de Ludwig van Beethoven, Richard Strauss y Richard Wagner, Davidsen ha decidido grabar ahora un disco muy cercano a su corazón. Junto al excelso pianista noruego Leif Ove Andsnes, ha elegido para su tercer disco como solista un programa de canciones de Edvard Grieg. Incluye tres ciclos de canciones: Haugtussa (La doncella de la montaña) Op. 67, 5 Digte (Poemas) Op. 69 y 6 Lieder (Canciones) Op. 48, además de piezas individuales tales como “En Svane” (Un cisne), “Med en Vandlilje” (Con un nenúfar), “Til Én” (Para ella) I & II, “Jeg elsker dig!” (Te amo), “Og jeg vil ha mig Hjertenskjaer” (Y quiero mi rompecorazones), y “Ved Rundarne” (En las rondas).
“En Svane” de Edvard Grieg, con Lise Davidsen y Leif Ove Andsnes
Andsnes es uno de los grandes pianistas noruegos de la actualidad y no es muy frecuente que acompañe a cantantes en recitales. Pero dado el repertorio tan cercano a ellos, se nota la compenetración que ambos artistas tienen con estas canciones: traen esta música en la sangre.
Haugtussa es el único ciclo de canciones narrativas de Grieg. Combina la atmósfera de los paisajes noruegos con un cierto misticismo, retratos íntimos, imágenes naturales y dos canciones de amor. Habla de la pastora Veslemøy, de cómo en el espacio de un año (de invierno a invierno) encuentra y pierde el amor. Veslemøy tiene un contacto directo y muy cercano con la Naturaleza y se comunica con ella. Los textos de este ciclo son de Arne Garborg, quien escribió su novela en verso Haugtussa in Landsmål en 1895, con un lenguaje que fusiona dialectos locales como un rechazo natural al noruego, que tenía influencia danesa. Ese lenguaje se conoce ahora como Nynorsk. El ciclo de canciones basadas en su texto comienza con un narrador que, poco a poco, se irá convirtiendo en la voz de Veslemøy, la doncella de la montaña protagonista de la historia.
Comienza el disco con la primera de siete canciones del ciclo Haugtussa: “Det Syng” (Canta). Desde los primeros sonidos emitidos por el piano y la claridad cristalina de la digitación de Andsnes, nos adentramos a una atmósfera mágica. Davidsen canta con una voz rica y sonora, sin sobrepasarse en volumen y con adecuando caudal de voz para dar la expresividad que requiere la canción. Sigue “Veslemøy” (La pequeña muchacha), donde se nos describe cómo es esta pastora físicamente. Es una canción de carácter melancólico, en donde el piano va ilustrando con acordes cada uno de los elementos que va describiendo la voz. Es una descripción un tanto misteriosa de la pastora. En la tercera canción “Blåbær-li” (Ladera de arándanos), cambia a un tono más alegre; aquí escuchamos ya la voz del personaje de la pastora. Davidsen transforma aquí su voz y se muestra juguetona, mostrando el lado pícaro de la muchacha, quien nos cuenta de lo que haría si, de pronto, se le aparecieran, en la cuesta donde reposa con su ganado, un oso, un lobo y el chico que le gusta. Andsnes “canta” con Davidsen a través del piano y parece como si tuvieran un diálogo entre voz e instrumento.
En la cuarta canción, “Møte” (Encuentro), volvemos a escuchar a un narrador que nos cuenta el encuentro entre la pastora y su enamorado. El lirismo de esta pieza resalta el registro medio de Davidsen. Es capaz de hacer los matices más bellos y elegantes, además de contar con la expresividad de Andsnes, quien colorea cada frase con estilo. Los crescendi que logra Davidsen y como se expande su instrumento en ellos es un deleite sonoro.
“Møte”, de Haugtussa, Op. 67, con Lise Davidsen y Leif Ove Andsnes
“Elsk” (Amor), es la quinta canción, en la que la pastora habla de su amado con coquetería. Hay momentos en que parece que el piano termina las frases de la voz o que nos ilustra sentimientos o contradicciones de lo que se dice. Hay veces en que, incluso, “comenta” sobre lo que la pastora narra. “Killingdans” (Danza de Niños) refleja musicalmente una danza con movimientos rápidos y hace que Davidsen tenga que decir el texto de manera rápida y clara. Se escucha la influencia de las danzas tradicionales noruegas en esta canción. Andsnes toca con gran agilidad y un sonido prístino y claro.
En “Vond Dag” (Día Triste) pasamos de la alegría de las canciones anteriores a la melancolía. La pastora ha sido abandonada por su enamorado. Davidsen proyecta muy bien la desolación del momento. Con “ Ved Gjætle-Bekken” (En el puente Gjætle) se cierra el ciclo Haugtussa; en lo que parece será un final triste de la pastora por el abandono de su amado, le habla al puente y va enumerando todo lo que ha visto esta estructura como si fuese testigo, tanto de todo lo bueno que pasa en la naturaleza como de lo malo. Es en este puente donde la pastora quiere “cerrar sus ojos”, haciendo alusión a querer morir ahí. El piano nos ilustra el constante fluir del agua bajo el puente y la voz parece entrelazarse con este movimiento.
Davidsen canta dos canciones con textos de Henrik Ibsen que son parte del ciclo de 6 Lieder Op. 25: “En Svane” (Un cisne), una canción muy solemne sobre la muerte de un cisne, y “Med en Vandlilje” (Con un nenúfar), en la que hay de nuevo un ritmo acelerado donde el piano imita el sonido del corazón acelerado de quien cuenta sobre el nenúfar, un puente, los lirios y los seres mágicos que juegan a su alrededor.
Siguen dos de los Poemas Elegiacos Op. 59: “Til Én” (I) y “Til Én” (II) que significan “Para ella”, con textos de John Paulsen. Con imágenes de la naturaleza, se canta al ser amado, relacionándolo con ese entorno casi mágico y de antaño. Hay momentos en que, incluso, el tiempo se detiene y uno, como oyente, va respirando con Davidsen y Andsnes.
En cada una de las canciones que ambos artistas interpretan en este disco escuchamos la madurez interpretativa y el entendimiento perfecto del lenguaje musical de Grieg. La maestría de Davidsen le permite moldear su voz para dar una sensación de intimidad, introspección y meditación en varios de estos lieder. Escuchamos estas características cuando canta “Jeg elsker dig!” (Yo te amo) de las Melodier av hjertet (Melodías del Corazón) Op. 5 con texto del escritor Hans Christian Andersen, en “Og jeg vil ha mig hjertenskjaer” (Quisiera un enamorado fiel) de los Digte (Poemas) Op. 60 con texto de Vilhelm Krag – muy alegre y campirana en su ritmo y temática – y en “Ved Rundarne” (En las colinas) que forma parte del ciclo de las 12 Melodías Op. 33 con letra de Aasmund Olavsson Vinje.
Los 5 Digte Op. 69 fueron escritos por Grieg en 1900 y muestran un estilo musical en donde se le permite a la cantante y al pianista extenderse y expandir más la expresividad. Los 5 poemas, con textos de Otto Benzon, son “Der gynger en Båd på Bølge” (Un bote se mece en el mar), “Til min Dreng” (A mi hijo), “Ved Moders Grav” (En la tumba de mamá), “Snegl, Snegl” (Caracol, caracol) y “Drømme” (Sueños). En varios de ellos podemos escuchar el poderío vocal de Davidsen, siempre en estilo, claro, y el virtuosismo y expresividad pianística de Andsnes.
Como dicen los doctos intérpretes del Lieder alemán, cada canción es una historia y debe crearse una atmósfera y saber llevar la trama de la pieza de principio a fin. Eso sucede en estas canciones noruegas y Davidsen se muestra camaleónica al interpretar las situaciones planteadas en cada una de ellas. Hay veces en que pasa de una canción tradicional a una de sufrimiento amoroso, a describir la muerte de una madre para luego hablar de su hijo y, curiosamente, de un caracol.
Canta un ciclo en alemán: el de 6 Lieder Op. 48 con textos de Heinrich Heine: “Gruß” (Saludo), Emanuel Geibel: “Dereinst, Gedanke mein” (Algún día, pensamiento mío), Johann Uhland: “Lauf der Welt” (El curso del mundo), Walther von der Vogelweide: “Die Verschwiegende Nachtigall”(El ruiseñor silencioso), Johann Wolfgang Goethe: “Zur Rosenzeit”(La hora de la rosa) y Friedrich von Badenstedt: “Ein Traum” (Un sueño). Son canciones muy dramáticas y está de más decir que Davidsen es igual de brillante cantando en alemán que en su lengua materna.
Finalmente, concluye el disco con “Poesien” (un himno al arte de la poesía) de los Romancer og Songe (Romanzas y canciones) Op. 18, con texto de Hans Christian Andersen, y “Våren” (La última primavera) de las 12 Melodier Op. 33, con texto de Aasmund Olavsson Vinje.