Sacred Arias—Ave Maria—Joseph Calleja

Joseph Calleja (tenor)
Malta Philharmonic Orchestra; Sergey Smbatyan
DECCA CD

El nuevo disco del tenor maltés Joseph Calleja está dedicado a piezas vocales sacras o de carácter espiritual. Varios cantantes graban, en cierta etapa de su carrera, discos con piezas de esta índole y, aunque muy hermosos, no suelen ser los más comerciales o los más esperados por el público melómano. Lo que hace muy interesante y atractivo este disco de Calleja es la selección que hace del material que aparece en el disco. Desde el villancico italiano ‘Tu scendi dalle stelle’ (1754) de Alfonso Maria de Liguori, pasando por cuatro versiones del ‘Ave Maria’ en diversos estilos y arreglos musicales, incluyendo tres piezas de música sacra de compositores como Gioachino Rossini, Giuseppe Verdi y Wolfgang Amadeus Mozart, hasta llegar a algunas escenas operísticas que tienen que ver con alguna deidad o el culto a ella (Georges Bizet y Richard Wagner), y también incluye algunos villancicos. Es un viaje musical muy bien balanceado que en todo momento atrapa al oyente.

Inicia con un arreglo para voz y orquesta del Intermezzo sinfónico de Cavalleria rusticana hecho por el propio compositor, Pietro Mascagni, con la letra del ‘Ave Maria’ arreglada por Pietro Mazzoni. Al principio resulta extraño escuchar esta música que relacionamos inmediatamente con un ‘intermezzo’ orquestal en un contexto de pieza sacra con las palabras del ‘Ave Maria’, pero Calleja lo interpreta con mucha pasión y una voz que ha crecido en su registro central y que brilla en el registro agudo.

Mascagni: ‘Ave Maria’ (del Intermezzo de Cavalleria rusticana) 

Estas cualidades vocales del tenor maltés, aunada a su línea de canto, se notan aún más en su sentida interpretación del ‘Ingemisco’ del Requiem de Verdi, con los matices que logra el tenor maltés en esta pieza.

Verdi: ‘Ingemisco’, Messa da Requiem 

Aparece el segundo ‘Ave Maria’, esta vez en un arreglo para la música de la ‘Meditation’ de Thaïs de Massenet. El violinista Daniel Hope acompaña a Calleja; fue una gran sorpresa escuchar esta versión vocal que no pierde el carácter etéreo de meditación del original instrumental. Siguiendo con los compositores franceses, Calleja canta a continuación un ‘Agnus Dei’ en un arreglo basado en el Intermezzo de L’Arlésienne Op. 23 WD 28 de Georges Bizet. Así como el ‘Ingemisco’ verdiano, esta pieza es de estilo operístico, y se podría confundir con un aria lírica. Calleja muestra aquí que su timbre se ha vuelto más redondo y que ha perdido ese vibrato capretino que tanto le criticaban al principio de su carrera. Se escucha un instrumento ya maduro y con una expresividad a flor de piel.

El tercer ‘Ave Maria’ que aparece en el disco fue una muy grata sorpresa, dada su calidad musical. Fue escrito por Andrea Bocelli (sí, el tenor invidente) para tenor, violín y orquesta. Es una pieza compuesta también en estilo operístico, y emula al verismo. Calleja responde a la intensidad y densidad orquestal con creces. Le sigue una pieza de autor anónimo ‘Pietà, Signore’. Musicalmente, recuerda más a un estilo clásico, de fines del siglo XVIII, y Calleja aligera un poco su voz para adecuarse a las dinámicas más sutiles que requiere esta pieza.

La parte central del disco está conformada por varias piezas sacras y operísticas de gran belleza. Empieza con ‘Cujus animam gementem’ del Stabat Mater de Rossini. Calleja sorprende al cantar esta complicada ‘aria’, ya que poco lo asociamos con este compositor. Su voz se escucha cómoda con el registro agudo y con las dinámicas que Rossini le pide al intérprete. Posee ese brillo en su timbre que luce al máximo en piezas como esta; otra gran sorpresa de este disco, sin lugar a duda.

Rossini: ‘Cujus animam gementem’, Stabat Mater

También del Cisne de Pesaro, Calleja incluye el ‘Gloria: Domine Deus’ de su Petite messe solennelle. Aquí escuchamos un timbre completamente lírico y que está a gusto con esta música. Le queda muy bien el Rossini sacro a Calleja. 

Pasamos a terrenos completamente operísticos en donde Calleja, acompañado del barítono Etienne Dupuis, interpretan el dueto de Nadir y Zurga ‘Au fond du temple saint’ de Les pêcheurs de perles de Bizet. Sus voces se acoplan bellamente y es de extrañar que Calleja no haya cantado mucho el rol de Nadir, que le queda como anillo al dedo. 

Bizet: ‘Au fond du temple saint’, Les pêcheurs de perles 

Otra de grata sorpresa de este disco es el escuchar a Calleja interpretar el aria ‘Allmächt’ger Vater, blick herab!’ del acto V de Rienzi de Wagner. Sí, el tenor maltese no es un heldentenor pero cuenta con la elegancia vocal y el fraseo para cantar esta plegaria del personaje principal. Jamás trata de engrosar su timbre y utiliza su sedoso timbre aunado a una línea de canto depurada para resaltar la melodía del aria, la cual recuerda la obertura de dicha ópera.

Wagner: ‘Allmächt’ger Vater, blick herab’, Rienzi

En años recientes se ha dado el fenómeno de que cantantes masculinos han decidido interpretar las Wesendonck Lieder de Wagner que, generalmente, son cantadas por mujeres. En este disco, Calleja canta la primera canción del ciclo: ‘Der Engel’ (El ángel) con lirismo, y su alemán es claro. Así como con el dueto de Les pêcheurs de perles y la plegaria de Rienzi, el común denominador de estas piezas es la devoción, el fervor religioso, la adoración a la deidad, a los ángeles y todo lo que tenga que ver con lo sacro y lo espiritual.

Incluye dos villancicos muy conocidos: ‘Silent Night’, de Franz Xavier Gruber, y ‘O Holy Night’ de Adolphe Adam. Calleja los canta en estilo sin abusar de la impostación operística, además de que los arreglos están muy bien orquestados y su inglés es impecable. Le sigue el mencioando villancico italiano ‘Tu che scendi dalle stelle’ de Alfonso Maria Liguori (1696-1787), que es la pieza más antigua en el disco.

Cierra el disco con el ‘Ave Maria’ más famoso de los cuatro: el de Franz Schubert. El arreglo orquestal está muy bien equilibrado y Calleja la canta con buen gusto, con bello fraseo y mucha emotividad.

Gran acompañamiento por parte de la Malta Philharmonic Orchestra y la brillante dirección orquestal de Sergey Smbatyan. Un disco que sorprende por la muy atinada selección de piezas, su diversidad estilística y su riqueza en cuanto a la temática de todo lo que puede comprender una pieza sacra.

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