?? Il matrimonio segreto en Turín

[cmsmasters_row data_width=»fullwidth» data_padding_left=»5″ data_padding_right=»5″ data_top_style=»default» data_bot_style=»default» data_color=»default»][cmsmasters_column data_width=»1/1″][cmsmasters_text]

Carolina Lippo (Carolina) y Alasdair Kent (Paolino) en la producción de Pier Luigi Pizzi © Edoardo Piva

Enero 18, 2020. La producción realizada por Pier Luigi Pizzi para la realización de esta ópera de Domenico Cimarosa fue encomiable. Con el elegante color blanco que distingue el refinamiento de Pizzi, así como amarillo y rojo, creó tres entornos de comunicación que se convierten en cada uno de los escenarios. Cada personaje tiene su propia puerta desde la cual entra, como en nuestros días: ¡cada quien tiene su propia habitación! No es la primera vez que el maestro se aventura entre lo irónico y lo cómico. Impresiona la acción constante y que no hay un momento de respiro. Los trajes diseñados por el propio Pizzi son animados y expresamente diseñados para llamar la atención del público.

Caracteriza a cada personaje con una personalidad real: Carolina, interpretada por Carolina Lippo con un estilo y entusiasmo poco comunes, fue cariñosa y caprichosa: su interpretación fue brillante y mostró un buen uso de su instrumento. Su hermana Elisetta estuvo a cargo de Eleonora Bellocci, de buena vocalidad, con facilidad en los agudos y una buena interpretación también. El fabuloso personaje de Fidalma se confió a Monica Bacelli. 

Al llegar a la parte masculina del elenco, escuché por primera vez al atlético y fuerte Alasdair Kent quien, en el papel de Paolino, exhibió delicadeza y claridad. Markus Werba, bien conocido por el público de Turín, interpretó brillantemente el papel del conde Robinson, con temperamento, buen color y el elegante corte habitual. El personaje cómico de la obra es por excelencia Gerónimo, confiado al probado Marco Filippo Romano, quien lo interpretó con garbo, simpatía y vivacidad.

La orquesta del Teatro Regio dio lo mejor de sí bajo la batuta del joven Nicolas Nägele, quien desde el principio le infundió vigor a la partitura, sincronización y, sobre todo, colores brillantes. Un aplauso para los recitativos de Carlo Caputo en el fortepiano.

[/cmsmasters_text][/cmsmasters_column][/cmsmasters_row]

Compartir: