Concierto “Mozart e Milano”

Imagen del concierto «Mozart e Milano», con el Coro y la Orquesta Ghislieri bajo la batuta de Giulio Prandi y la voz de la soprano Robin Johannsen @ Alberto Panzani

Enero 17, 2023. Exactamente el día 17 de enero, pero del año 1773, se escuchó en la iglesia de Sant’Antonio Abate de la ciudad de Milán el motete religioso Exsultate, Jubilate K. 165 compuesto ahí ese año por Wolfgang Amadeus Mozart, que en aquel entonces contaba con 17 años de edad. El mismo día, pero del año 2023, exactamente 250 años después, la primera obra sacra de Mozart volvió a resonar dentro de la misma iglesia como parte del concierto titulado Mozart e Milano ofrecido por el Coro y la Orquesta Ghislieri, la acreditada agrupación especializada en el campo de la música históricamente informada y en la música vocal italiana del siglo XVIII, con sede en el Centro di Musica Antica Ghislieri en la ciudad de Pavía, ubicada a 50 kilómetros al sur de Milán. El proyecto, desarrollado por su actual director, el maestro Giulio Prandi, intenta recrear el modelo de la capilla musical del siglo XVIII para revivir obras del periodo barroco, como también del repertorio clásico, y ha cosechado ya algunos frutos como la ejecución y grabación discográfica de obras como: el Requiem de Jommelli, la Misa en Re mayor de Pergolesi, así como descubrir, y dar a conocer, incluidas grabaciones en CD, el trabajo del poco conocido compositor napolitano de origen español Davide Pérez (1711-1778). 

El concierto —que formó parte de una gira de conciertos realizados por la orquesta, como promoción de su último CD titulado precisamente Mozart e Milano, editado y lanzado al mercado este mismo día por el sello Arcana—, que contiene la mayoría de las piezas escuchadas en esta presentación, todas ellas relacionadas con las diversas estancias que Mozart tuvo en su paso por la capital lombarda, se realizó como parte de la temporada de la asociación Società del Quartetto di Milano. 

Así, en un evocativo ambiente religioso, en una iglesia que alberga una extensa colección de frescos de pintores como Genovese, y de otros como Carlone, Procaccini, Mazzucchelli y Caccia, dedicados a la vida de la virgen María y con escenas del antiguo testamento, un espacio poco conocido, incluso para los habitantes de la ciudad, dio inicio, con dos piezas de canto ambrosiano (o canto milanés, una forma de canto litúrgico monódico que se desarrolló en la zona de lo que es hoy Milán en el siglo IV) —tituladas Lucernarium, Quoniam tu illuminas lucernam meam, Domine; y Antiphonam ad Magnificat, Exultavit spiritus meus in Deo—, el coro, que tuvo un papel importante en el concierto, interpretó en solitario la obra O sacrum convivum para coro y órgano de Giuseppe Fioroni. De Johann Christian Bach se escucharon Dixit Dominus y Magnificat Warb E22, ambas para coro, solistas y orquesta, y del propio Mozart su Offertorio Misericordias Domini KV 122. 

La agrupación regaló una rareza y una joya en el Mottetto Caelo tonanti para alto, cuerdas y continuo del compositor Melchiorre Chiesa, acompañada de la nitidez en el canto y timbre del contratenor Carlo Vistoli. Como punto alto del concierto no podía faltar el motete Exsultate, jubilate KV 165 para soprano y orquesta, que tuvo en la soprano estadounidense Robin Johannsen una intérprete ideal por la calidez en su timbre e involucramiento emocional con el texto, como en allegro final, el destacado y conocido ‘Alleluia’. 

Bueno fue el aporte del tenor Raffaele Giordani y del bajo Alessandro Ravasio en sus intervenciones con el resto de los solistas. Agradó la solidez y uniformidad del Coro Ghislieri dirigido por Renato Cadel, maestro de la Schola Gregoriana Ghislieri, así como las partes musicales dirigidas con atención a cada detalle, el evidente conocimiento del repertorio y el entusiasmo exhibido por el maestro Giulio Prandi ante los músicos que respondieron con una ejecución de buen nivel. 

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