Il trittico (cine silente) en el Teatro de la Ciudad

El director de escena Oswaldo Martín del Campo (sentado), con el elenco de Gianni Schicchi

Diciembre 5, 2021. Ópera Cinema, una de las tres vertientes artísticas del Offenbach Operetta Studio, asociación civil con más de una década de difusión del género operístico en México, ofreció el pasado 5 de diciembre una única función de Il trittico de Giacomo Puccini en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

La particular presentación musical de estos tres títulos, cada uno en un acto (La capa, Sor Angélica y Gianni Schicchi), además de presentarse en un formato “portátil” con énfasis en dos de los elementos fundamentales de la ópera —la voz y el canto—, fue acompañada por la proyección en pantalla de un recurso que desde 2014 (año en que Ópera Cinema inició sus actividades con La cambiale di matrimonio de Gioachino Rossini) se ha vuelto su especialidad: el cine silente.

Para este tríptico pucciniano, ideado por Ópera Cinema para el cine mudo, se contó con el trabajo de cinematografía de Yannic Solis, el acompañamiento al piano de Israel Barrios, la dirección musical de Teresa Rodríguez y la propuesta escénica de Oswaldo Martín del Campo, quien junto a la soprano Martha Llamas diera forma al Offenbach Operetta Studio en 2011. 

En la parte vocal, un grupo de 18 cantantes integraron los tres elencos de estas óperas que ubican sus acciones en una barcaza sobre el Río Sena, en París; en un convento cerca de Siena, en la Toscana; y en Florencia, en el contexto de una farsa tratada en La divina comedia de Dante Alighieri.

Además de la mencionada Martha Llamas —quien se encargó también de la producción—, participaron Lupe Aguirre, Aldo Arenas, Mariana Austria, Luis Briones, Maruja Cancino, Ricardo Castrejón, Andrea Cortés, Érika Coyote, Cecilia Eguiarte, Ricardo López, David Molina, Alejandro Paz, Selene Reyes, Marcela Robles, Adriana Romero, Amelia Sierra y Alexander Soto.

Los cantantes interpretaron sus roles en vivo, a un costado de la proyección cinematográfica silente previamente grabada —en la que también participaron, con vestuario de Frida Chacón y Teresa Cedillo; maquillaje de Fernanda Chálita y diseño gráfico de Lilí German—, lo que permite centrarse en los detalles dramáticos del tríptico, en el trazo escénico, en la gesticulación y las diversas reacciones de los personajes.

El formato es vistoso y ciertamente portátil, ya que presenta en la pantalla cinematográfica lo que normalmente ocurre en un escenario operístico, a partir de los numerosos recursos y espacios que ello supone. 

Si bien es cierto que algún sector del público puede echar de menos un escenario operístico tradicional y lo que en él, de manera efímera, cobra vida, es importante apuntar que en todo caso se entretiene con el buen acabado de ese cine silente que concreta Ópera Cinema. 

Sus creativos estilizan su propuesta a la usanza de las películas expresionistas europeas en blanco y negro de principios del siglo XX, con rayado y envejecimiento de la película proyectada, con acentos kitsch que mezclan el slapstick, monstruos, luchadores libres y referencias a series televisivas consagradas en la cultura pop. Todo ello a guisa de aderezo estético.

Además, despliega un rico discurso multimedia y conjuga ingeniosas maneras de difundir las bondades estéticas de la ópera, como también quedó demostrado en la presentación que Ópera Cinema hizo sólo de Gianni Schicchi —como botón de muestra de su concepto, con el título más reconocido del tríptico—, en el marco de la Cena Anual de Pro Ópera A.C., celebrada para sus socios y amigos el pasado 2 de diciembre de este 2021 en el Club de Industriales, en la Ciudad de México.

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