Jonas Kaufmann en Houston 

Jonas Kaufmann en Houston, bajo la batuta de Patrick Summers © Lynn Lane

Octubre 6, 2021. La Gran Ópera de Houston reabrió las puertas de su teatro, y con todas las butacas ocupadas y la orquesta ubicada sobre el escenario, y recibió por primera ocasión al tenor alemán Jonas Kaufmann en una gala operística que se tenía originalmente prevista hace un año, pero que fue cancelada junto con el resto de la temporada pasada por la pandemia.

602 largos días pasaron desde la última vez que aquí se pudo ver un espectáculo con público, algo que resulta sorprendente de asimilar dado el número de actividades que se llevan a cabo en este recinto, si se considera que, además de la ópera, aquí se lleva a cabo la temporada de ballet, así como diversos conciertos sinfónicos, de música de cámara, antigua, musicales etcétera. 

Mucho entusiasmo generó en el público local la reapertura del teatro, y sobre todo la presencia del célebre tenor alemán, en un programa dividido en dos partes, con repertorios en los que ha sobresalido a lo largo de su carrera: verismo y Wagner. Kaufmann demostró sus ganas por cantar, y con entrega y encomiable despliegue vocal no defraudó en ningún momento. En la primera parte del concierto, que inició con una entusiasta obertura de La forza del destino de Giuseppe Verdi, se intercalaron dos intermezzi, el de Manon Lescaut de Giacomo Puccini y el de Cavalleria rusticana de Pietro Mascagni, con una orquesta que tuvo un buen desempeño en sus intervenciones en solitario y para crear un marco musical adecuado en cada una de las arias, mostrando versatilidad y cohesión. 

En el podio estuvo su director Patrick Summers, quien dirigió con seguridad, control y buena dinámica, resaltando los momentos orquestales más intensos de cada pieza y permitiendo el lucimiento del invitado. Kaufmann comenzó cantando ‘Cielo e mar!’ de La Gioconda de Amilcare Ponchielli y ‘La vita è inferno…Oh! Tu che in seno agli angeli’ de La forza del destino y lo hizo desplegando un cálido timbre, elegante fraseo y una voz amplia, además de que se le vio muy expresivo y visiblemente conmovido. Su interpretación de ‘Un dì all’azzurro spazio’ de Andrea Chénier de Umberto Giordano fue uno de los momentos más emotivos y sentidos del artista, con el que generó un tumultuoso aplauso, algo poco visto por parte de este público; y con ‘Mamma, quel vino è generoso’ de Cavalleria rusticana concluyó la primera parte del concierto. 

La segunda parte consistió de fragmentos de óperas de Richard Wagner, en las que Kaufmann mostró el apego que tiene también hacia este repertorio, que canta son solemnidad y maestría. En el aria de Sigmund, ‘Ein Schwert verhieß mir der Vater’, de Die Walküre, y en la de Parsifal, ‘Amfortas! Die Wunde!’, cantó con amplitud vocal y refinamiento. La orquesta ejecutó los preludios de los actos I y III de Lohengrin; y de esta misma ópera, para terminar el concierto, cantó la sentida aria ‘In fernem Land’Al final, cantó cinco bises con el mismo brío del artista y frenesí del público. Estos fueron: ‘Winterstürme wichen dem Wonnemond’ de Die Walküre, ‘E lucevan le stelle’ de Tosca de Puccini, ‘Träume’ de Wagner, así como la ‘Ombra di nube’ de Licinio Refice, y ‘Mattinata’ de Ruggero Leoncavallo. Sin dudas, este concierto será recordado aquí por mucho tiempo y dio inicio a una nueva temporada, que incluye algunos títulos interesantes como: Dialogues des Carmélites de Francis Poulenc, Romeo et Juliette de Charles Gounod, además del estreno de una nueva ópera titulada The Snowy Day, comisionada al compositor Joel Thompson.

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