La traviata en Miami

Noviembre 14, 2023. La Gran Ópera de Florida inauguró su 82 temporada con esta ópera de Verdi, en una producción de la Ópera de Utah y con un espectacular vestuario diseñado por Allen Charles Klein para una producción anterior de la casa. La escenografía de Peter Dean Beck es rica en detalles y elementos de atrezo, con mobiliario, ventanas y cortinajes, flanqueado todo ello por sendos elementos arquitectónicos laterales definiendo la perspectiva. 

La directora de escena ecuatoriana Chía Patiño debutó en la Florida Grand Opera (FGO) ofreciendo una versión tradicional y coherente, si bien no exenta de algunos detalles novedosos, especialmente en el último acto. Cabe citar, entre ellos, la entrada de todo el jolgorio del carnaval parisino y sus disfraces en el aposento de Violetta, a modo de alucinación onírica de la protagonista. Además, se escuchó la voz de Giorgio Germont leyendo la carta que le escribió a Violetta, informándole del desenlace del duelo, en lugar de ser ella misma quien repasara su lectura. Por último, y quizá el elemento más novedoso, señalar que Violetta no muere, al menos visualmente, en brazos de Alfredo, sino que la ópera concluye con la protagonista caminando, con apariencia fantasmagórica, hacia una potente luz lateral.

Y es que la luminotecnia diseñada por Rick Fisher fue un elemento más de la dramaturgia y jugó un papel decisivo a lo largo de toda la obra, apoyando la narración. Valgan como ejemplo los apartes de Violetta en la segunda escena del segundo acto, donde el movimiento de los personajes se congela y la escena queda en penumbra durante unos breves segundos, con la excepción de una luz que ilumina a Violetta en sus intervenciones. 

El papel protagonista, de tremenda exigencia escénica y vocal, fue interpretado por la soprano americana de origen mexicano Cecilia Violetta López. Su personaje está presente largo tiempo sobre el escenario y su evolución psicológica no es lineal, sino que se ve forzada a cambios repentinos y radicales en su rol de mujer que se sacrifica por amor. La dirección de Patiño podría haber profundizado más en la manifestación escénica de estos cambios, tanto en el caso de Violetta como en el de Giorgio Germont, papel interpretado por Troy Cook. Se trata de un barítono de muy buenos medios vocales cuya intervención, sin embargo, resultó algo estática en la primera escena del acto central. Su versión de ‘Di Provenza il mar’ fue muy aplaudida. 

Volviendo a la protagonista, Violetta cantó con elegancia y mantuvo un alto nivel en la interpretación de la coloratura en arias como ‘Sempre libera’. En sus intervenciones en el dueto con Alfredo ‘Un dì, felice, eterea’, los agudos estuvieron algo descontrolados, pero en ‘Dite alla giovine’, el dueto con Giorgio, su interpretación resultó conmovedora, con buen fiato y excelente fraseo.

El tenor bielorruso Pavel Petrov debutó en la FGO con el papel de Alfredo. Poseedor de una magnífica técnica, su fraseo es elegante y se movió bien en escena, aunque se echó en falta un mayor volumen sonoro en ciertos momentos, como en el citado dueto con Violetta, que estuvo, por otro lado, muy bien matizado. La famosa escena del brindis fue muy aplaudida. 

Entre los papeles secundarios, Joseph McBrayer fue un solvente Gastone de Letorieres y Joseph Canuto Leon no defraudó en su papel de Baron Douphol. También destacaron el Doctor Grenville de Keith Klein y Sara Kennedy en el papel de la fiel Annina. José Vázquez interpretó al Marqués D´Obigny y Taylor-Alexis DuPont cumplió bien en su rol de Flora.

El coro de la casa, preparado por Jared Peroune, se movió con soltura sobre el escenario y cantó bien empastado, aunque hubo algunos leves problemas de desajuste con la orquesta rápidamente solventados por un hábil Joe Illick que, desde el foso, manejó bien los tempi e impuso los ritmos con autoridad. La orquesta de la FGO respondió a sus indicaciones, destacando, por su musicalidad y delicadeza melódica, el bello preludio al comienzo del tercer acto. La coreografía con la que Rosa Mercedes adornó el inicio de la segunda escena del acto central resultó muy vistosa, y los cinco bailarines del cuerpo de baile se lucieron en las danzas de gitanas y matadores, acompañados por castañuelas, panderos y sonajas. El rico vestuario de estos bailarines y del coro acompañante, bajo una cálida iluminación de tonos rojizos que resaltaban las telas de ese mismo color, crearon una escena de gran belleza visual.

Una vez concluidas las funciones en Miami, esta Traviata se representará en Fort Lauderdale los días 30 de noviembre y 2 de diciembre.