The King’s Singers en Milán

The King’s Singers en Milán © Lilja Kicja

Enero 25, 2022. Con tan solo una pequeña armónica en la bolsa del pantalón y sin más que su talento y musicalidad, The Kings Singers salieron al escenario de la Sala Verdi del conservatorio homónimo de la ciudad de Milán. Seis jóvenes y talentosos cantantes que conforman hoy la ya tradicional agrupación británica. Toman su nombre del grupo conformado en 1965 por algunos integrantes del coro del King’s College de Cambridge, quienes decidieron comenzar a exhibirse interpretando todo su repertorio a capella.

Otro detalle muy interesante es que su formación de seis voces masculinas es idéntica desde 1970, con la finalidad de preservar el repertorio creado y arreglado para ellos. Los integrantes van y vienen, pero la formación siempre es la misma; actualmente la agrupación está conformada por Patrick Dunachie como primer contratenor y Edward Button como segundo contratenor; el tenor Julian Gregory; Christopher Bruerton y Nick Ashby como primer y segundo barítono respectivamente, así como el bajo Jonathan Howard. 

En este tour por Europa, los King’s Singers propusieron un programa sumamente interesante titulado Ornitología musical. Un compendio de piezas de diversos géneros, épocas, compositores e idiomas pero con un común denominador: todas hablan de aves.

Aquí es donde se evidencia el talento de la agrupación, que ofreció para esta gira un repertorio tan variado donde dominan todos los estilos, desde el renacimiento con piezas como Le chant des oiseaux de Clément Janequin (1485–1558) o Il bianco e dolce cigno de Jacques Arcadelt (1507–1568), hasta piezas con menos de 50 años de composición como Blackbird de los Beatles de 1969 o The cuckoo in the pear tree de György Ligeti de 1988, pasando igualmente por compositores de cajón como Franz Schubert con Flucht, Maurice Ravel con Trois beaux oiseaux du Paradis o Francis Poulenc con Pilons l’orge.

Durante algunos de los pocos ‘solos’ de los cantantes, se puede leer entre lineas el verdadero secreto del ensamble: la unidad grupal. Ninguno de los seis podría hacer una carrera exitosa como solista —al menos al nivel de los King’s Singers— porque son buenos cantantes, mas no extraordinarios como elementos singulares; pero haciendo armonía, al cantar en conjunto, ninguno sobresaliendo por encima de otro, son espectaculares.  

Dicho talento no se queda en la parte vocal: sobrepasa a la parte histriónica, pues sus capacidades actorales son proporcionales a sus cualidades musicales. Normalmente los conciertos de la Società del Quartetto di Milano —emporio histórico musical italiano, responsable de la organización de los mejores recitales en la ciudad— son frecuentados por melómanos empedernidos, puristas y amantes de las tradiciones musicales, que durante la presentación de los Singers soltaban carcajadas y aplaudían tras cada una de las piezas como difícilmente se les ve.

Luego del repertorio avícola que comprendía la primera mitad del concierto, The King’s Singers ofrecieron varios de sus ya históricos caballos de batalla. Comenzando por The Musicians of Bremen del australiano Malcolm Williamson (1931-2003), que narra cómicamente la épica fábula de los músicos de Bremen creada por los hermanos Grimm; y terminando con el infaltable Masterpiece del compositor inglés Paul Drayton (1944-) donde en cerca de 10 minutos recorren la historia de la música en los últimos 400 años, parafraseando onomatopéyicamente la música de Bach, Händel, Mozart, Beethoven, etc. Sin duda lo mejor de la noche. 

El talento de los seis británicos de poder mantener la afinación sin calarse o subirse de tono durante tanto tiempo sin un sostén armónico o un instrumento del que logren sostenerse es digno de admiración, aunando que tienen que actuar, bailar y moverse para ofrecer un show que es sumamente apreciado y no aburre o pasa de moda a pesar de tener tantos años en su repertorio. 

Luego de dos horas de recital a capella, los cantantes eran llamados al escenario una y otra vez por el abrumador aplauso del público milanés, a quien complican interpretando una nueva pieza. Debemos agradecer a quien programa el repertorio del simpático grupo no solo el ameno rato que nos hacen pasar, si no la oportunidad de escuchar repertorio nuevo, con un orgánico para nada habitual y sobre todo con arreglos pensados ad hoc para cada uno de los integrantes. 

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