Adiós a Nello Santi

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Nello Santi (1931 – 2020)

El pasado jueves 6 de febrero, el mundo de la ópera perdió a uno de los grandes directores de orquesta de los últimos cincuenta años: Nello Santi, quien murió a causa de una infección en la sangre. Se fue uno de los especialistas en ópera italiana y un director de la vieja escuela, siempre respetuoso de la partitura y del estilo de las obras que dirigía.  

Nacido el 22 de septiembre de 1931 en Adria, región del Véneto, en Italia, Santi hizo su debut como director de orquesta a los 20 años en el Teatro Verdi de Padua, dirigiendo Rigoletto. En 1958 fue nombrado director de la Ópera de Zúrich y fue con el teatro que más se le asoció durante una longeva carrera de seis décadas.

Su padre trabajaba en una tienda de abarrotes y su madre fue maestra de escuela, muy aficionada a la música clásica. Llevó al pequeño Nello, a los tres años de edad, a una función al aire libre de la ópera Rigoletto y fue ahí donde Santi se enamoró del que sería el género musical al que dedicaría su vida entera. Estudió piano, violín, viola y algunos instrumentos de aliento y, posteriormente, entró al Conservatorio de Padua a estudiar composición. Fue director del coro, repasador de cantantes y apuntador en el Teatro Verdi.

Conocido en el medio operístico como “Papa Santi”, fue un director muy querido por los cantantes, gracias a su cuidado en el volumen orquestal. Era conocido por saberse de memoria todas las partes vocales de las obras que dirigía y por no permitir lucimientos vocales que fuesen en contra de lo que el compositor había escrito, lo que llegó a valerle acusaciones de algunos críticos como un director «demasiado tradicional»

En 1959 se casó con Gabrielle Faeh en Zúrich, con quien tuvo gemelos y una hija. Su última aparición como director de orquesta tuvo lugar en la Ópera de Zúrich, dirigiendo en 2019 Lucia di Lammermoor. Dirigió en la Metropolitan Opera House, la Royal Opera House de Londres, la Arena de Verona, el Teatro alla Scala de Milán, el Teatro di San Carlo, la Wiener Staatsoper y el Festival de Salzburgo, por nombrar solo algunos. 

Aunque se enfocó en el repertorio del bel canto, Verdi, Puccini y algunos compositores del verismo, Santi también dirigió algunas óperas de Wagner y Strauss. Dirigió títulos como Semiramide, Tancredi, Guglielmo Tell, Don Pasquale, Poliuto, Nabucco, I lombardi, Ernani, Attila, Macbeth, Rigoletto, Il trovatore, La traviata, Un ballo in maschera, La forza del destino, Aida, Otello, Pagliacci, Andrea Chénier, La fanciulla del West y L’amore di tre re, además de acompañar a varios intérpretes en sus recitales, ya fuera desde el piano o desde el podio.. 

Colaboró con muchos de los grandes cantantes de los últimos 60 años: Cesare Siepi, Anna Moffo, Franco Corelli, Carlo Bergonzi, Robert Merrill, Leonie Rysanek, Piero Cappuccilli, Plácido Domingo, Joan Sutherland, Richard Tucker, Eileen Farrell, Virginia Zeani, Leo Nucci, Anna Netrebko, Juan Diego Flórez, Isabel Rey, Montserrat Caballé, Sherrill Milnes, Carol Neblett, Maria Chiara, Ruggero Raimondi, Gabriela Beňačková, Katia Ricciarelli, Vesselina Kasaraova, Raina Kabaivanska, Piotr Beczala, Elena Mosuc, Venera Gimadieva y muchos más.

Tiene más de 30 grabaciones operísticas en audio y video, además de algunas grabaciones de repertorio sinfónico y recitales con cantantes de ópera como Domingo, Price o Sutherland. 

Le sobreviven su esposa, sus dos hijos y su hija, además de cuatro nietos. Descanse en paz uno de los grandes directores de ópera que fue parte de varias épocas en donde su amor y dedicación por transmitir la belleza de las óperas de los compositores que tanto admiraba y respetaba fue una constante. Mille grazie, Maestro Santi!

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