Il trovatore en Barcelona

Octubre 27, 2022. De esta versión de la obra maestra de Verdi —de la que a cinco años de la última no se veía ni sentía la necesidad— hay muchas funciones con dos repartos de los que solo he visto el primero. Se supone que la importancia radicaba en la “nueva” producción de Alfons Flores que en tanto que residente presentaba otra de sus ya rodadas y poco interesantes puestas en escena (hice la crítica pertinente cuando la vi en París hace tiempo y no vale la pena repetirme, sobre todo porque cuando se ve de nuevo se ven más errores) que al final fue saludada, como es costumbre, con aplausos y mucho abucheo.

La dirección de Riccardo Frizza fue muy buena en el primer acto y buena, aunque algo fuerte, en los demás (el mejor de ellos fue el cuarto). Bien, la orquesta y muy bien, el coro preparado por Pablo Assante. 

Manrico fue Vittorio Grigolo, quien debutó en el Liceu. Extrañamente contenido y solo algo exuberante en un par de momentos y en los saludos finales, fue para mí la mejor de todas las veces que lo he oído, y en un rol difícil. Prácticamente todo estuvo en su sitio y nunca se deslizó hacia el verismo.

Saioa Hernández se hizo anunciar convaleciente y el esfuerzo se notó, al margen de que Leonora no parece a priori un papel ideal para sus cualidades, que aparecieron lógicamente mermadas. Ksenia Dudnikova hizo una buena Azucena de agudo metálico y centro y grave notables (aunque disparejos estos últimos); correcta como intérprete.

Juan Jesús Rodríguez, siempre un muy buen elemento, estuvo menos brillante en su Conte di Luna que en otras ocasiones. Me pareció con menos volumen y algo más opaco. Fue muy aplaudido. Muy buena la prestación de Gianluca Buratto como Ferrando: no es frecuente que un bajo considerado especialista del barroco pueda afrontar con igual éxito una parte verdiana.

De los comprimarios me pareció más cómodo Antoni Lliteres en Ruiz que María Zapata en Inés. Mucho público aunque sin agotar localidades.