Cuatro óperas para el futuro: la era virtual

Neil Goren, director artístico de Catapult Opera

Gracias a la pandemia, la mayoría de los grandes teatros de ópera del mundo tuvieron que hacer uso de la tecnología para seguir vigentes con el público, en una época en que las funciones en vivo eran imposibles de presentar por la Covid-19.

Varios de ellos decidieron transmitir videos y audios de sus archivos a través de sus páginas web y otros decidieron seguir con las funciones en vivo, sin público, transmitiéndolas en línea de manera gratuita o cobrando un donativo. Este fue el caso de los teatros Real de Madrid, la Zarzuela y el Liceu de Barcelona, por ejemplo, que mantuvieron su actividad, siguiendo los protocolos sanitarios durante la pandemia. 

Varios sectores del mundo de la ópera se preguntaron si el arte lírico iba a sucumbir a la tecnología y si su futuro estaba en juego al terminar la pandemia. En estos casos, la tecnología ayudó a mantener vigentes a estos teatros y ayudó a algunos de los artistas a seguir trabajando. El repertorio que presentaban era el tradicional y algunos hacían las obras en concierto, sin vestuario o escenografía. 

Por otro lado, surgieron también de este periodo algunas nuevas compañías de ópera que decidieron aprovechar la tecnología y este nuevo medio de comunicación y difusión de la ópera. Una de estas compañías que aprovechó el uso de las redes sociales para representar y crear nuevos títulos es Catapult Opera, dirigida por Neal Goren.

La visión y la misión de Catapult Opera son una y la misma: promover activamente un futuro sólido y sostenible para la ópera mediante la creación y producción de óperas tanto nuevas como subvaloradas con el fin de generar nuevas audiencias y atraer y retener a las audiencias existentes. Catapult Opera proyecta un futuro más dinámico para la ópera; busca ampliar el panorama operístico y su audiencia, presentando producciones innovadoras que celebran la voz de formación clásica.

Su fundador y director artístico, Neal Goren, creó Catapult Opera porque sintió que la ópera en los Estados Unidos ya no era sostenible: según él, su supervivencia depende de que las compañías que producen óperas se abran un poco más a ideas inclusivas, que se vuelvan más ágiles e innovadoras en muchos niveles. La pandemia fue la causante de que a Goren se le ocurriera imaginar un futuro emocionante y sostenible para una forma de arte clásica. Su premisa está basada en el hecho de que la ópera contiene varias artes en sí misma, así que Catapult Opera ha decidido incluir dentro de estas disciplinas artísticas dos que son asociados a los tiempos más modernos: el cine y las transmisiones en línea. 

Tienen el objetivo atemporal de brindar la sublimidad y la emotividad del canto operístico, respaldado por una gama de instrumentos, tanto no convencional como tradicional, complementada con imágenes deslumbrantes. Este nuevo medio híbrido implica la creación de repertorio original, con ideas frescas para la producción e interpretación con calidad sin precedente.

Aquí presentamos algunas de las obras que Catapult Opera ha comisionado, patrocinado y presentado en su página web a diversos compositores, artistas visuales e intérpretes, llevando a la ópera a nuevos públicos con temáticas y estilos musicales vanguardistas, inclusivos y cercanos para las nuevas generaciones. 

 

Swann, de Tamar-kali (música) y Carl Hancock Rux (libreto)

Tamar-kali y el fundador de Catapult Opera, Neal Goren, decidieron hacer esta aria basada en la historia de William Dorsey Swann, una figura muy importante para la comunidad LGBTQ. Nacido en 1860, Swann fue un esclavo que se hizo famoso por ser la primera persona en identificarse como “reina del drag” en los Estados Unidos. Llegó a organizar bailes de “drags” en Washington DC en el siglo XIX y fue la primera persona que fue arrestada por vestirse de mujer. Fue también la primera persona que, según documentos oficiales, inició un juicio legal para defender los derechos de la comunidad LGBTQ para reunirse.

En este corto de 6 minutos, presenta un aria interpretada por un contratenor (Kenneth Alston Jr.) quien, a través de una melodía que recuerda a aquellas arias de ópera del barroco, describe la situación que está viviendo el personaje principal de esta obra. El video es muy poético, con imágenes en colores sepia y algunos tintes que hacen recordar a las primeras fotografías del siglo XIX. A través de la música de Tamar-kali y la voz del contratenor, además de la voz baritonal del narrador, se fusionan los estilos de un canto que recuerda a la ópera barroca y el sonido de una música más actual y cercana, a cargo de un violín y un piano. Son dos épocas que se entretejen durante 6 minutos para contar una historia con mucha relevancia actual y que sintetiza, en ese breve tiempo, los miedos, ansias y añoranzas visuales de Swann entremezclados con la Voz del Juicio (el contratenor). 

El aspecto visual es a la vez tradicional y moderno; hay escenas de las fiestas de Swann con sus sentimientos plasmados por la voz hablada en primera persona y, por otro lado, la imagen de una máquina de escribir moderna y de alguien escribiendo la letra de lo que el contratenor va cantando. Estos dos mundos coexisten y unen lo prohibido y lo establecido, lo antiguo y lo nuevo. Hay una doble narrativa con la que juega Rux su libreto y que se nutre de la música. Excelente trabajo del director del video, James Blaszko. Tamar-kali ya dio a entender que esta aria es el principio de lo que será una ópera completa sobre el tema de Swann en un futuro. 

Swann – La más reciente ópera corta digital de Tamar-kali para Catapult Opera. Duración: 6:10

 

When all I knew changed: una nueva ópera de Celisse 

Esta ópera habla sobre el impacto que la pandemia de Covid-19 tuvo a través de las voces de tres mujeres, quienes viven la experiencia de diferentes maneras. Ninguna de ellas tiene un nombre específico, las conocemos como Mujer 1, Mujer 2 y Mujer 3. La primera representa el miedo a la muerte y la añoranza por el pasado, antes de estar aislados y antes de vivir en la soledad. Se siente atrapada en su departamento y se consuela en pensar que pronto volverá a la normalidad su vida. La segunda mujer ha descubierto que estar aislada le ha ayudado a encontrar su papel en el mundo. Toma la soledad como un consuelo y la ve como una manera de acercarse a la naturaleza y a ella misma. Representa a todas esas personas que encontraron una nueva manera de vivir dentro del confinamiento. La Mujer 3 representa a todos aquellos trabajadores que estuvieron al pie del cañón durante la lucha contra la Covid-19, aquellos que lucharon contra la enfermedad y contra la carestía de insumos y de recursos. Son quienes tuvieron que alejarse de sus seres queridos para luchar contra este virus. A pesar de sus diversas experiencias y respuestas a la Covid-19, las tres mujeres trabajan para resaltar el tema de la interconexión durante una pandemia mundial.

La compositora de esta obra, comisionada en dos partes por Catapult Opera, es Celisse, cantante y guitarrista, quien no solo escribió la música y la letra, sino que también compuso los arreglos musicales y ella es quien canta a la tres mujeres en el video. Matt Alber es el director y editor del video.

Celisse nació en Oakland, California, pero cimentó su carrera musical en Nueva York trabajando en Broadway, donde moldeó su visión artística. Ha colaborado con artistas como Alicia Keys, Lucius y Brandi Carlile, la Dave Matthews Band y colaboró con Joni Mitchell en el Newport Folk Festival. Esta es su primera ópera. Celisse comenta en una entrevista que quería escribir una obra en la que todo el mundo se sintiera incluido y que hubiera una sensación de que esta obra los recibe con los brazos abiertos. Dice que apreciaba mucho la ópera desde un punto de vista musical, pero que creía que estaba hecha para cierto tipo de público y no se sentía incluida en él. 

Eligió un tema para su primera ópera que sería cercano para todo el mundo: la pandemia de Covid-19. Hizo entrevistas a muchísima gente, desde su madre hasta amigos y conocidos, para escuchar sus experiencias al respecto. Estas tres mujeres representan arquetipos que abarcan y resumen, a su vez, todo lo que sus entrevistados le narraron sobre su vida durante la pandemia.

La música de Celisse para estas tres mujeres contiene sonidos modernos con un canto clásico impostado. Divide la obra en cuatro partes: i. Opening, ii. When all I knew changed, iii. A simple life y iv. Believe in me. La obra comienza con el audio de los noticiarios anunciando la llegada de la pandemia, para después dar lugar a sonidos atmosféricos del Metro de una ciudad bulliciosa como Nueva York, y escuchamos tensión, caos e incertidumbre, como todo aquello que se vivió en marzo de 2020, al inicio de la pandemia. Celisse orquestó esta entrada con muchas percusiones, guitarra eléctrica y la voz entrelazada. Es un sonido muy urbano, contemporánea y cercano al oyente. 

Celisse canta con una voz que mezcla la voz clásica’con algunos momentos jazzísticos y del canto pop. Mezcla diferentes voces que dialogan entre ellas, todas interpretadas por ella misma. Usa también mucho los sonidos electrónicos, pero siempre con ese toque clásico en la manera de cantar. En ii. A simple life, el estilo parece más el de un musical o una balada con una melodía hermosa y pensamientos hablados de manera entrelazada. Parece más un ciclo de canciones sobre la pandemia que una ópera como tal.

Celisse dice: “Es necesario que en la ópera se representen más a los personajes de la comunidad LGBTQ, que deben contarse historias más modernas, porque estamos muy enfocados solo en los clásicos. Queremos oír nuevos compositores, nuevas obras y conocer sobre las perspectivas de aquellos que saben de dónde venimos en el mundo de la ópera y hacia dónde vamos”. 

When All I Knew Changed. Una ópera de Celisse — Catapult Opera. Duración: 24:14.

 

The Glitch – ópera en un acto de Nico Muhly y Greg Pierce

El joven compositor Nico Muhly es conocido en el mundo de la ópera por dos obras que ya estrenó en el Metropolitan Opera House: Two Boys y Marnie. Esta ópera de un acto que presenta en la plataforma de Catapult Opera se titula The Glitch (La falla); se estrenó en línea en febrero de 2022. Basada en un hecho real, Joyce Mitchell fue acusada de ayudar a escapar a dos convictos, acusados de asesinato, de una prisión de Nueva York. Su esposo Lyle insistió en su inocencia, pero ella confesó que lo había hecho. 

Hay solo dos personajes: Joyce “Tilly” Mitchell (interpretado por Krysty Swann) y Lyle Mitchell (cantado por el barítono Lester Lynch). Adam Tendler es quien toca la partitura a piano durante el video, Marcus Shields dirige la escena y Neal Goren dirige musicalmente. Dura menos de 25 minutos e ilustra una especie de careo entre Joyce y Lyle, quien le reclama que lo intentó matar para ayudar a uno de los convictos con quien ella está teniendo una relación demasiado cercana. 

Las tomas hechas por las cámaras muestran ese ambiente tenso que vive la pareja; el uso de los acercamientos constantes o close-ups (como se dice en el mundo del cine) permiten ver mucho más los detalles en los rostros de los cantantes y adentrarse en sus actuaciones. El acompañamiento del piano, aunque sencillo, es muy teatral. Esta ópera depende mucho del lenguaje cinematográfico con el que se filmó; sería difícil crear esta atmósfera privada y de introspección en un teatro donde el público solo podría ver los rostros tan expresivos de los cantantes si se pusieran pantallas con transmisión en vivo de los acercamientos en el auditorio.

El libreto de Pierce es sencillo, de frases cortas, recreando muy bien el habla diaria sin meter elementos poéticos y concentrándose más en el drama de ambos personajes. La música de Muhly ilustra muy bien la tensión y los cambios abruptos de emociones del matrimonio Mitchell. Podemos ver también en voice-off (voz de fondo) los verdaderos pensamientos de ambos, los cuales no son casi siempre los que reflejan al dirigirse a la cámara o entre ellos. En lo vocal, tanto Swann como Lynch cantan con gran intensidad, actuando sus roles con matices y verosimilitud. La voz de Lynch es particularmente imponente y sabe moldearla para mostrar los conflictos de Lyle. Christy Swann tiene un registro muy amplio y su voz es de soprano casi dramático. 

La ópera fue grabada durante la pandemia de Covid-19, haciendo primero toda la música a piano y después se grabaron a los cantantes en un cuarto con fondo negro, donde el director musical los iba guiando, y el director de escena dirige para las cámaras. El final es bastante abrupto y hasta cierto punto sorpresivo. Digamos que logra una veracidad notable y se siente como si esta conversación es en verdad en tiempo real.

Es una obra que se beneficia del uso de la tecnología para narrar este episodio que sucedió realmente en 2015 y del que Pierce supo por un noticiario, lo que lo inspiró a escribir el libreto. 

The Glitch de Nico Muhly y Greg Pierce. Duración: 23:25

 

Hanjo de Toshio Hosokawa

Basada en Hanjo, una obra de teatro Nō de Yukio Mishima, traducida por Donald Keene. Es una coproducción de Catapult Opera y la Fondazione Haydn de Bolzano y Trento. Es un proyecto que surge con la idea de poder apoyar a obras del canon operístico no europeo, presentando obras de culturas no occidentales y poco representadas en este ámbito. 

Hanjo se estrenó en 2004 en el Festival de Aix-en-Provence, pero nunca se había estrenado en los Estados Unidos. Es la historia de dos mujeres que se refugian la una en la otra para luchar contra el mundo y su estabilidad se ve amenazada con la llegada de un hombre que quiere reclamar como suya a la mujer más joven. Se estrenó en 2011 en la Ruhrtriennale, dirigida escénicamente por Calixto Bieito.

Hanjo, de Toshio Hosokawa. Duración: 1:16:25

La música de Hanjo no es muy melódica y mezcla sonidos orientales, pero el canto es entre operístico y parlato (hablado). Curiosamente, recuerda un poco al estilo musical de Lulu de Alban Berg. 

Después de escuchar los proyectos de Catapult Opera, descubrimos esta nueva tendencia a escribir obras que no necesariamente se considerarían “óperas” en el sentido tradicional del término, sino que fusionan varias disciplinas artísticas de manera más moderna y cercana al público del siglo XXI y que lograrán, tal vez, crear un nuevo estilo de ópera para el futuro con ayuda de la tecnología y las nuevas temáticas más actuales. 

¿Hasta qué punto entrarán estas obras en la programación de teatros de óperas tradicionales? Algunas, tal vez, tendrán más oportunidad, pero lo más seguro es que las demás tengan como mejor plataforma las redes sociales y los medios digitales que, a final de cuentas, le darán más proyección a nivel mundial y llegarán a públicos más diversos, ávidos de una nueva corriente en el ambiente musical lírico. 

¿Podremos designar estos nuevos proyectos como “óperas” o son ya un nuevo género que parte de la idea de hacer óperas más modernas y actuales pero que se transforman en algo más? El tiempo lo dirá. 

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