Un ballo in maschera — Verdi
Freddie de Tommaso (Riccardo), Saioa Hernández (Amelia), Lester Lynch (Renato), Elisabeth Kulman (Ulrica), Annika Gerhards (Oscar)
Orchestre Philharmonique de Monte-Carlo; Marek Janowski
Pentatone CD
Estrenada en el Teatro Apollo de Roma el 17 de febrero de 1859, Un ballo in maschera tiene un libreto escrito por Antonio Somma y música de Giuseppe Verdi. Está basada, a su vez, en un libreto que Eugène Scribe escribió para la ópera Gustave III (1833) del compositor francés Daniel-François-Esprit Auber, sobre el asesinato del rey Gustavo III de Suecia a manos de su mejor amigo y consejero, el Conde Anckarström, quien lo mata por celos porque creía que el rey tenía una relación amorosa con su esposa, Amelia. Aunque el rey sí estaba enamorado de ella, nunca tuvieron un romance.
Este argumento es en parte verídico, porque a Gustavo III sí lo asesinaron en un baile de máscaras, pero no fue precisamente por cuestiones románticas sino más bien políticas. Dada la censura de la época, Verdi y Somma tuvieron que trasladar la acción a Massachusetts, a finales del siglo XVII, y convertir al rey Gustavo en Riccardo, conde de Warwick, gobernador de Boston, ya que era impensable permitir que en escena se representara el asesinato de un rey. Anckarström se convirtió en Renato y Madame Arvidson en Ulrica.
Esta nueva grabación presenta la versión que se lleva a cabo en Boston y cuenta con un reparto de excelencia: el tenor anglo-italiano Freddie de Tommaso (Riccardo), la soprano española Saioa Hernández (Amelia), el barítono estadounidense Lester Lynch (Renato), la mezzosoprano austriaca Elisabeth Kulman (Ulrica) y la soprano alemana Annika Gerhards en el papel en travesti del paje Óscar. Al frente de la Orchestre Philharmonique de Monte-Carlo estuvo el experimentado director alemán de origen polaco, Marek Janowski.
Aunque este título verdiano cuenta con un gran número de registros en audio y video con artistas consagrados y de gran calidad, es muy bienvenida esta nueva grabación con un elenco actual, fresco y de excelente nivel que presenta, sobre todo, a dos artistas en ascenso: De Tommaso y Hernández. A sus 30 años, el primero muestra una madurez vocal poco vista en un tenor lírico a esa edad: su timbre es robusto, pero capaz de hacer matices y dinámicas atractivas para el oyente. Desde su primera intervención con el aria ‘La rivedrà nel estasi’ escuchamos una voz cómoda en el rol. Es de timbre lírico con tintes de spinto que irán desarrollándose con el tiempo. Admirador de Franco Corelli, De Tommaso recuerda un poco a su ídolo al cantar. Es muy gratificante escuchar un Riccardo joven y que puede interpretarlo con elegancia y refinamiento, como lo hace De Tommaso en su segunda aria ‘Forse la soglia attinse… Ma se m’è forza perderti’.
Un ballo in maschera, Acto 3: ‘Forse la soglia attinse… Ma se m’è forza perderti’ – YouTube
Para un Riccardo de tal envergadura se necesita una Amelia de inmensas dotes vocales, y esta grabación la tiene con Saioa Hernández. Discípula de la soprano catalana Montserrat Caballé, Hernández es una voz portentosa, con la técnica de la vieja escuela tan añorada hoy en día por un gran sector de melómanos. Es una voz rica en armónicos, lírica-spinto pero con la flexibilidad para lograr frases de gran belleza sin abusar de su poderío vocal. Es una Amelia más aguerrida y apasionada de lo que generalmente escuchamos en el rol el cual, a veces, es interpretado como débil e indefensa. Hernández canta un impresionante ‘Ecco l’orrido campo…Ma dall’arido stelo’; no tiene miedo a usar la voce di petto (voz de pecho), la cual resuena con intensidad. Se acopla muy bien con De Tommaso, complementándose mutuamente tanto vocal como histriónicamente. Su dueto ‘Teco io sto’ es de los momentos que más destacan de esta grabación.
Un ballo in maschera, Acto 2: ‘Teco io sto… Gran Dio!’ – YouTube
Hernández también ofrece un ‘Morrò, ma prima in grazia’ en donde puede lucir su torrente de voz y mostrar sus dotes interpretativas en esta plegaria desgarradora de Amelia a su marido. Es capaz de controlar su poderoso instrumento para hacer matices expresivos y dinámicas vocales. Una soprano verdiana de primer orden, sin lugar a dudas.
Un ballo in maschera, Acto 3: ‘Morrò, ma prima in grazia’ – YouTube
La del barítono Lester Lynch no es una voz verdiana per se, pero sí posee un color oscuro en su timbre y el poderío canoro necesario para dotar a Renato de una presencia vocal importante que muestra un personaje noble pero, a la vez, fuerte. Es la figura paterna o del hermano mayor para Riccardo y Lynch capta muy bien ese rol en relación con el conde. Canta muy bien sus dos arias, pero, como es de esperarse, echa toda la carne al asador en su segunda aria ‘Eri tu che macchiavi quell’anima’. Su timbre parece más de bajo-barítono, lo cual hace que su voz resuene de manera más intensa en el registro central y grave. Pierde un poco de brillo en la zona aguda, pero eso en ningún momento demerita su actuación vocal. Tiene buen fraseo y muestra al atormentado Renato con dignidad, sin imprimirle destellos de maldad. Completa muy bien el triángulo amoroso de la trama.
Un ballo in maschera, Acto 3: ‘Eri tu che macchiavi quell’anima’ – YouTube
El Óscar de la soprano Annika Gerhards es juguetón y lleno de chisma vocal; su timbre es un poco más oscuro de lo que estamos acostumbrados a escuchar en el rol. No es una soprano lírico ligero, más bien una lírico puro. Canta muy bien las agilidades encomendadas al rol y sus notas agudas tienen un squillo resonante.
Un ballo in maschera, Acto 3: ‘Saper vorreste’ – YouTube
Elisabeth Kulman es una Ulrica cuya voz ilustra el misterio del personaje; su registro grave es sonoro, de mezzosoprano dramático. Sus agudos son certeros e igualmente brillante es su registro central. Esta es una interpretación destacada de parte de Kulman, que luce en cada momento, sobre todo en ‘Re dell’abisso’, en el trío con Amelia y Riccardo ‘Dalla città all’occaso’ y en el concertante final del acto I.
La dirección orquestal de Janowski al frente de la Orchestre Philharmonique de Monte-Carlo es correcta, con un sonido lleno de matices y colores. Hay algunas escenas y arias en donde Janowski dirige con tempi demasiado lentos, quitándole toda la tensión a las mismas. Ejemplo de ello es su tempo lento en ‘È scherzo od è follia’, donde se pierde toda la inquietud y el miedo que Riccardo en verdad siente al oír la profecía de Ulrica. Otra escena que pierde intensidad dramática gracias al tempo de Janowski es el terceto del acto II entre Riccardo, Amelia y Renato ‘Odi tu come fremono cupi’. La exaltación de la escena debe ir in crescendo en ese momento, pero en esta versión solo las voces logran crear cierta tensión porque la orquesta no les ayuda lo suficiente. Salvo por esos detalles, en general, la orquesta cumple muy bien.