Las golondrinas en Madrid

Giancarlo del Monaco recurrió a «tonalidades oscuras, frente al mundo circense lleno de color y fantasía» © Elena del Real

Noviembre 11, 2023. Ausente de la cartelera madrileña desde 2016, volvió con gran éxito al escenario del teatro de la Zarzuela, el drama lírico Las golondrinas del talentoso y prematuramente fallecido compositor español José María Usandizaga, basado en la pieza Saltimbanquis de Gregorio Martínez Sierra, y cuya temática circense recuerda a la verista Pagliacci de Ruggero Leoncavallo. 

Pilar fundamental del éxito de esta reposición fue la magnífica producción de Giancarlo del Monaco, que dio un marco excepcional al desarrollo de la trama, presentando con contundencia el mundo de los artistas ambulantes, recurriendo a tonalidades oscuras, frente al mundo circense lleno de color y fantasía. Las cuidadas marcaciones tanto de los personajes como de los artistas de la troupe (contorsionistas, malabaristas, acróbatas, zanqueros, etc.) vistieron la escena con supremo gusto visual y un agudo sentido teatral. La pantomima del acto III fue una lección de teatro. La inteligente escenografía del italiano William Orlandi, el bellísimo vestuario del diseñador español Jesús Ruiz y el cuidado tratamiento lumínico del italiano Vinicio Cheli hicieron importantes contribuciones al éxito final de la presentación.

Escena de Las golondrinas en el Teatro de la Zarzuela de Madrid © Elena del Real

Vocalmente, la reposición fue bien servida habida cuenta de lo exigida de las partes. Como el jefe de los saltimbanquis, Puck, el barítono madrileño Gerardo Bullón hizo una muy loable labor al frente de la comprometida parte a cuyo servicio puso una voz potente, de rico timbre y lirismo, homogénea y siempre bien conducida. Asimismo, se reveló como un intérprete sensible y comunicativo, destacando particularmente en su romanza ‘Caminar’ y en su final ‘Me fui con ella¡, momentos de gran impacto, interpretados con enorme intensión y dramáticos acentos. 

En una parte que no pareció ideal para su voz, pero que con mucho oficio supo sacar adelante, la soprano canaria Raquel Lojendio convenció como la enamorada Lina, brillando particularmente en su romanza ‘En viejas memorias pierdo’, gracias a un canto emotivo y pleno de delicadeza. Para completar el terceto protagonista, la mezzosoprano georgiana Ketevan Kemoklidze fue una Cecilia con voz de color oscuro, poco flexible, que condujo no sin dificultad y algo avara de matices. Su entrega escénica y su composición del personaje llevaron mucha agua a su molino y sumaron mucho en el resultado final de su prestación. 

En los personajes secundarios resultaron solventes, aunque sin descollar, el tenor Jorge Rodríguez-Norton (Juanito) y el bajo-barítono Javier Castañeda (Roberto). El coro titular de la casa dirigido por eficiencia por Antonio Fauró aprovechó cada una de sus intervenciones para hacer gala de su sólida preparación y su buen empaste. Al frente de la orquesta de la comunidad de Madrid, el director español Juanjo Mena sacó buen partido de la riqueza melódica de la partitura de Usandizaga y ofreció una lectura de alto vuelo, siempre controlada y de gran fuerza dramática. Una vez caído el telón, un público enfervorizado dispensó ovaciones por doquier a cada uno de los intérpretes.

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