La bohème en Miami

Escena de La bohème en Miami © Daniel Azoulay

Abril 7, 2024. Coincidiendo con el centenario del fallecimiento de Giacomo Puccini, la Gran Ópera de Florida concluyó su 82 temporada con una brillante producción de La bohème procedente de la Ópera de Sarasota, con dirección escénica de Matt Cooksey. Se trata de una producción clásica, fiel al libreto y muy atractiva visualmente. 

En un período de cambios en el personal de la casa, con nuevos nombres y nuevos esfuerzos por abrir puertas y acercar la ópera a toda la comunidad de la ciudad, la recientemente nombrada directora general de la Gran Ópera de Florida, Maria Todaro, dirigió unas palabras a los asistentes antes del inicio de la función y presentó dos ilustres invitados: el maestro Alberto Veronesi, presidente del comité promotor de las celebraciones en torno al centenario de Puccini, y Luigi Viani, responsable de relaciones externas de la Fundación Puccini de Lucca, ciudad natal del compositor.

El magnífico trabajo de escenografía llevado a cabo por David P. Gordon recrea con detalle —dentro de una estructura de madera con tejado a dos aguas, común para los actos primero y cuarto— el interior del ático que comparten los cuatro amigos artistas. El segundo acto sitúa el Café Momus en la esquina formada por la confluencia entre dos calles y ello, unido a unos magníficos decorados en escorzo, permite crear un potente efecto de perspectiva, al tiempo que favorece el movimiento de los numerosos personajes que coinciden en escena.

El tercer acto recrea magníficamente el amanecer, con la nieve cayendo en una gélida mañana de invierno. El rico vestuario diseñado por Howard Tsvi Kaplan es fiel al período histórico en el que transcurre la acción y muestra gran riqueza y detalle en trajes y complementos, especialmente en el segundo acto, con las concurridas calles del parisino Barrio Latino a mediados del siglo XIX a modo de escena costumbrista. La magnífica iluminación de Barry Steele realza la escena y constituye un importante apoyo para el desarrollo dramático de la historia.

La soprano norteamericana Rebecca Krynski-Cox interpretó el rol de Mimì con entrega y su famosa aria ‘Sì, mi chiamano Mimì’ mostró algunos de sus rasgos vocales más destacados: bello timbre, fiato cuidado, uso justo del vibrato y un modo de cantar muy expresivo, “mascando” el texto. 

En su debut en los Estados Unidos con el papel de Rodolfo, el tenor milanés Davide Giusti cantó con entrega y cosechó un notable éxito. Su aria ‘Che gelida manina!’ fue muy aplaudida, si bien su voz parece perder algo de brillo en el registro agudo. Al comienzo del primer acto, el constante movimiento escénico, tanto de Giusti como de los otros tres compañeros de ático, no siempre tuvo un propósito claro y ello actuó como un elemento distractor con respecto a la línea de canto. Fue al cesar la agitación cuando afloró un mayor sentimiento y expresividad, como ocurrió en las citadas arias.

El papel del pintor Marcello fue interpretado por otro debutante en las tablas de la Ópera de Florida, el barítono Craig Verm, con voz de bello timbre, muy equilibrado, que combinaba muy bien con el de Giusti en los dúos. Los personajes del filósofo y del músico se cubrieron con artistas de la casa, Keith Klein y Joseph Canuto Leon, respectivamente. El primero fue un destacado Colline y, si bien pudo haber profundizado más en la expresividad musical y escénica en su aria ‘Vecchia zimarra’, su intervención fue muy aplaudida. Leon fue un muy solvente Schaunard. 

El bajo-barítono Neil Nelson cantó bien y combinó el papel de Alcindoro con el de Benoît, siendo este último algo sobreactuado. La mezzo Taylor-Alexis DuPont fue una magnífica Musetta. Muy desenvuelta escénicamente en el segundo acto, evolucionó hacia una mucha mayor contención en el cuarto, donde se transforma en la fiel cuidadora de Mimì. Vocalmente, su interpretación fue magnífica y su vals ‘Quando m’en vo’ fue muy aplaudido. 

Buen trabajo escénico y vocal del coro de la casa preparado por Jared Peroune. Los niños del Florida’s Singing Sons Chorus, con Daniel Bates al frente, se mostraron seguros en sus intervenciones en el segundo acto, que resultó muy dinámico. En el foso, el maestro Joseph Mechavich dirigió la orquesta de la Gran Ópera de Florida con soltura y respeto a las voces, solucionando con rapidez algunos problemas de ajuste que aparecieron en la concertación. 

Concluidas las funciones en Miami, esta Bohème se trasladará al Broward Center for the Performing Arts de Fort Lauderdale, donde se representará los próximos días 2 y 4 de mayo.

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