Carmina Burana en Houston

Andrés Orozco-Estrada al frente de Houston Symphony, interpretó la cantata Carmina Burana de Carl Orff © Werner Kmetitsch

Abril 27, 2024. El maestro colombiano Andrés Orozco-Estrada, quien fuera titular de la Houston Symphony —de 2014 al 2022— realizó su visita anual a esta ciudad como director laureado de la orquesta, condición que asegura su presencia para dirigir diversos conciertos en temporadas futuras.

La pieza que eligió fue la cantata escénica Carmina Burana del compositor alemán Carl Orff (1895-1982), quizás la obra coral más icónica del siglo XX, cuyo estreno mundial tuvo lugar el 8 de junio de 1937 en el teatro Alte-Oper de Frankfurt Alemania.

El propio maestro Orozco-Estrada, a propósito de esta serie de conciertos, señaló que Carmina Burana “es una de esas piezas que uno piensa conocer, y que en realidad contiene muchos misterios”, una afirmación acertada, ya que si bien el coro inicial y final, ‘O Fortuna’ se ha convertido en un fenómeno de la cultura popular, pocas veces se repara en su origen, la historia y el significado de la obra, que está basada en cantos medievales alemanes, y que hacen que se trate de un monumental oratorio que representa la vida, el amor y la lujuria en la época medieval. 

Carmina Burana es una antología de poesía medieval en latín y lenguas vernáculas, realizada en Austria alrededor de 1230. Según la leyenda, los poemas fueron obra de los goliardos, que eran clérigos y estudiantes irreverentes o pobres, que se entregaban a las mujeres, a la bebida, al juego y a los versos satíricos mientras deambulaban por las universidades. Aunque esto ha sido discutido y debatido, los temas mundanos de muchos poemas de la obra parecen encajar con la leyenda de los goliardos. Fueron precisamente estos temas los que interesaron a Orff, quien para esta obra maestra seleccionó veinticuatro y los organizó en varias secciones, en un libreto en su mayoría en verso latino secular, con algunas piezas en alto alemán medio y francés antiguo, que incluyen: ‘En primavera’; ‘En el verde’; ‘En la taberna’; ‘La corte del amor’; y ‘Blanziflor et Helena’, que enmarcó con ‘O Fortuna’, la parte más reconocible y famosa de la pieza, que es un coro fatalista en alabanza a la Fortuna, la diosa cruel que daba mucho placer y sufrimiento. 

El Houston Symphony Chorus

Al frente de una extensa agrupación de alrededor de 200 músicos de la orquesta, el Houston Symphony Chorus —sólida agrupación que se mantiene muy activa por la variedad de programas vocales en que se programa en conjunto con orquesta en cada temporada— y el Houston Children’s Chorus, Orozco-Estrada demostró cómo debe sonar precisamente esta obra “épica”, ya que es un director muy expresivo y entusiasta, cuya lectura, histriónica pero efectiva, contagió y envolvió a los músicos y coristas, haciendo resaltar los rítmicos y melancólicos coros, las lujuriosas melodías y baladas que crean un espacio para beber y maldecir amantes volubles; además de himnos cargados de erotismo y amor. 

Los músicos de la orquesta respondieron con una interpretación uniforme y segura en cada una de sus secciones. Se contó con buenos solistas, especialmente Joélle Harvey, sobresaliente soprano estadounidense, cuya carrera se ha enfocado más en salas de concierto que en teatros de ópera, que en ‘Cours d’amour’ (Corte del amor) interpretó junto al barítono a los personajes de los jóvenes amantes que se van encontrando, exhibiendo agilidad, color, suavidad vocal, y brillantes agudos como los que exige la brillante ‘Dulcissime’. El barítono Will Liverman y el contratenor Reginald Mobley sacaron adelante sus partes con los desafíos que les plantean sus arias, como ‘Olim lacus colueram’, que Mobley cantó en falsete, evidenciando sufrimiento; y el barítono, por las notas que debe alcanzar y que son poco comunes en otras obras con partes para esta voz. 

Al inicio del concierto se realizó el estreno mundial de la Sinfonía 4 First Contact “Eclipse”, obra encargada por la orquesta al joven compositor peruano Jimmy López Bellido, que ya ha estrenado dos obras aquí en el pasado, y que se basa en su fascinación por el espacio, el eclipse del 2017 conocido como “el gran eclipse americano” y la relación que existe entre esta ciudad y el estudio de los fenómenos espaciales por parte de la NASA, que transmitió a través de una grata orquestación, moderna y tonal, y que logró adentrar al espectador a ese fenómeno maravilloso, inexplicable, efímero pero placentero.

Compartir: