El divino Narciso en el Teatro de la Ciudad
Mayo 21, 2023. Luego de su temporada de estreno mundial en el Teatro Sergio Magaña y en la Sala Blas Galindo del Centro Nacional de las artes, en mayo de 2022, la ópera El divino Narciso (Auto sacramental en dos actos) del compositor mexicano Juan Trigos volvió al escenario, de nuevo presentada por Ópera Cinema y Offenbach Operetta Studio.
El pasado domingo, el público que asistió al Teatro de la Ciudad Esperanza Iris pudo disfrutar de esta obra lírica alegórica, que cuenta con un libreto de Juan Trigos S. (padre del compositor), que adapta el texto original homónimo (1692) de Sor Juana Inés de la Cruz. Y lo hizo con el particular formato, dúctil y versátil, de Ópera Cinema, que fusiona la proyección de cine silente y la interpretación músico-vocal en vivo.
La propuesta artística, encabezada por Oswaldo Martín del Campo, por su naturaleza itinerante, utiliza no la versión para ensamble orquestal de la obra, sino un arreglo para dos pianos del propio compositor. Israel Barrios y José Luis González, a cuatro manos, brindaron no solo el soporte musical a los cantantes, sino que también lograron dibujar atmósferas que permiten aquilatar la escritura de Trigos y, no menos importante, trazar la sonoridad para ese mundo metafórico de pastores y ninfas de estirpe orfeica.
Y es que es justo en ese contexto donde resalta la figura de Narciso y su narcisismo que lo lleva a la muerte, un autoenamoramiento pecaminoso del que se redimirá por su amor a la Naturaleza Humana. Como era la función de los autos sacramentales, la esencia argumental de la puesta teatral es exponer una parábola religiosa y en El divino Narciso es el misterio del sacrificio de Cristo el que puede verse en escena.
La cinematografía de Yannic Solís bajo la dirección de Del Campo muestra con estilización escenas que refieren a diversos periodos: renacentista, barroco o incluso clasicista, y refuerzan el carácter dramático y teatral justo a través de gesticulación, actuaciones e interactividad que capta muy bien la cámara, para curiosamente no dejar de ser cine. Y ahí mismo, en la pantalla, se incrustan los textos, lo que reditúa en la comprensión más profunda del libreto escrito en español.
En El divino Narciso, Juan Trigos, autor de óperas como De cachetito raspado y Mis dos cabezas piensan peor que una, sintoniza la redacción vocal en esa construcción atmosférica, religiosa-pastoril, elevatoria y de plegaria espiritual, que emprende la música, y que —si bien encuentra un lirismo íntimo de los personajes— parecería de manera coral captar también la sustancia activa del oratorio e incluso el réquiem, con largas vocales sostenidas, iteración punzante de frases y búsqueda de colores, lo que le brinda una fragancia contemporánea. En términos estructurales hay varios recitativos, coros, duetos e incluso algún aria, que configuran números breves que permiten el flujo de la acción.
En materia vocal debe reconocerse el trabajo en conjunto, incluido el de diversos pastores y ninfas, no sin distinguir el Narciso del tenor Ricardo Estrada; la Naturaleza Humana de la soprano Andrea Cortés; los Eco 1 y Eco 2 de las sopranos Martha Llamas y Cecilia Eguiarte; la Gracia de la mezzosoprano Mariel Reyes; el Amor Propio del barítono Ricardo López; y la Soberbia del contratenor Edwin Calderón, quien ejerció de igual manera como maestro concertador, con dirección de coro de Betania López, además de la utilería y vestuario de Frida Chacón y Teresa Cedillo.
Lo que reiteró esta función celebrada en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, en el contexto de un domingo de tormenta que azotó la capital mexicana, es sobre todo la útil maleabilidad del formato cada vez más perfeccionado de Ópera Cinema. Y es que si bien ya ha presentado numerosos títulos de repertorio más tradicional en diversos foros, cobra especial relevancia al ocuparse de óperas mexicanas como la de esta oportunidad que, en rigor, suelen encontrar dificultades múltiples para su programación en los teatros líricos y sus temporadas habituales.