Gala de ópera en Monterrey
Noviembre 9, 2023. En la tercera serie de conciertos de la temporada 2023 de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Nuevo León (OSUANL) se presentó una Gala de ópera, en la que el grupo artístico nuevoleonés Canto en Escena y su elenco de cantantes profesionales fueron dirigidos por el maestro Eduardo Diazmuñoz, director artístico de la agrupación.
El evento tuvo lugar en una única función, el jueves 9 de noviembre de 2023, a las 20:00 horas en el Teatro Universitario, ubicado en la Unidad Mederos. El programa estuvo conformado por obras obligadas del repertorio operístico y algunas novedades, abarcando los siglos XVIII al XX, con autores como Bellini, Cimarosa, Donizetti, Dvořák, Korngold, Mascagni, Massenet, Moore, Penella, Puccini y Verdi. El elenco estuvo conformado por talentos que han desarrollado su actividad musical en la ciudad, en el país e internacionalmente. La velada dio la oportunidad a los solistas de realizar interpretaciones vocales que fueron el deleite de la nutrida concurrencia.
En ‘Invano Alvaro’ de la ópera La forza del destino de Giuseppe Verdi, interpretado por el barítono Óscar Martínez y el tenor Sergio Blázquez (de quien hablaré más adelante), ambos ofrecieron una digna versión de este gran dúo, aunque al barítono se le escucharon las vocales ligeramente abiertas. Esto ya no fue notorio en su participación en la divertida escena final de Il matrimonio segreto de Domenico Cimarosa, que lució el excelente trabajo conjunto del ensamble, en el que además participaron Karina Ríos, Edith Montemayor, Denisse Montoya, Edgar Garza y Rafael Blásquez.
En el célebre sexteto de Lucia di Lammermoor de Gaetano Donizetti, ‘Chi mi frena in tal momento’, en la que los personajes expresan sentimientos encontrados y con la que finalizó la primera parte, Óscar Martínez en conjunto con Myrthala Bray, Rocío Tamez, Sergio Blázquez, Rafael Blásquez y Edgar Garza rindieron una digna versión de uno de los fragmentos más bellos del bel canto. Martínez interpretó también ‘Questo amor, vergogna mia’ de Edgar, una ópera poco conocida de Giacomo Puccini, en buena condición vocal. De Perella y con el bajo Rafael Blásquez, cantó de Don Gil de Alcalá el dúo ‘Venid, padre magistral’, en el que hizo gala de su talento para la comedia, que fue confirmado por la audiencia, pues brindó un efusivo aplauso.
La soprano Yvonne Garza ofreció ejecuciones vocales de altos vuelos: en el llamado “Lied de Marietta” de la ópera Die Tote Stadt, su voz se proyectó con gran belleza y sensual intensidad dramática por encima de la orquesta, en una partitura considerada por muchos como la obra maestra de Erich Korngold. En la habanera ‘Canta y no llores’ de Don Gil de Alcalá, realizó un excelente dúo con Ivet Pérez y el ensamble vocal. Con Linda Gutiérrez interpretó el complejo dueto ‘Mira o Norma’ de la ópera homónima de Vincenzo Bellini y sorteó con gran desenvoltura los demandantes pasajes que perfilan su complejo temperamento. Como dato curioso, mencionaré que el público irrumpió en aplausos un par de veces durante la ejecución de este fragmento musical, quizás por euforia y no por falta de conocimiento.
Una agradable sorpresa fue la inclusión en la velada de ‘”The willow song” de The ballad of Baby Doe del compositor norteamericano Douglas Moore, con una ejecución vocalmente satisfactoria a cargo de la soprano Myrthala Bray, con agudos muy bien timbrados. La mezzosoprano Rocío Tamez interpretó ‘Voi lo sapete o mamma’, de la ópera en un acto Cavalleria rusticana de Pietro Mascagni, con musicalidad y convicción, pero con un sonido falto de proyección que en más de una ocasión fue opacado por la orquesta.
Sergio Blázquez luego ofreció como solista ‘Dio! Mi potevi scagliar’, aria del acto tercero de Otello de Verdi, en la que ejecutó dignamente los pasajes dramáticos planteados en la partitura.
Rafael Blásquez lució una voz sólida en el aria ‘A te l’estremo addio… Il lacerato spirito’ de Simon Boccanegra de Verdi, en la que fue acompañado por el ensamble oculto tras bambalinas, detalle que resaltó su participación en la que ofreció un sonoro grave al final. Sus participaciones en los ensambles de Il matrimonio segreto de Cimarosa y el célebre sexteto de Lucia… fueron siempre realizados con conciencia actoral y musical.
En la emocionalmente compleja “Aria de las cartas” (‘Werther! Werther! Qui m’aurait dit la place’) de Werther de Massenet, Ivet Pérez representó vocalmente a una Charlotte enamorada del protagonista, pero a la vez con remordimientos por sugerir su exilio. En el trozo musical en el que relee la tercera carta, su voz transmitió pena y dolor, con la orquesta acentuando acertadamente tan dramático momento. En el fragmento de Don Gil de Alcalá titulado ‘Canta y no llores’ que cantó con Yvonne Garza y el ensamble vocal, el resultado fue muy afortunado.
Como una sirena que sueña en convertirse en mujer y así ganar el amor de un príncipe, la soprano Linda Gutiérrez logró una ejecución puntual en el aria conocida como “Canción de la luna” (‘Měsíčku na nebi hlubokém’), de Rusalka, historia llena de mitos y fantasías. Su voz con toques cobrizos y de bellos agudos resultó ideal para expresar el dilema moral que Antonín Dvořák plasmó para este personaje. En el complejo dueto ‘Mira o Norma’ de la ópera del mismo nombre de Bellini, que ejecutó con Yvonne Garza, realizó con facilidad los pasajes melismáticos que canta junto a la protagonista y que son característicos del estilo belcantista.
Como gran final, el elenco completo (con Natalia Blásquez y Evel Sandoval, quienes se estrenaron como parte de Canto en Escena) ejecutó el célebre coro ‘Va, pensiero, sull’alli dorate’ de la ópera Nabucco de Verdi, que resume el anhelo de libertad de un pueblo cautivo. El manejo de dinámicas fue muy efectivo de parte de las voces y de la orquesta, pero hubiera sido aún mejor que el tenor Sergio Blázquez moderara su volumen, que sobresalió del resto en todo momento.
El pianista Rodrigo Ilizaliturri fue el preparador musical. Todas las participaciones de los solistas y el ensamble estuvieron acompañadas por sus traducciones correspondientes en la parte superior de la escena, que permitieron un claro entendimiento de lo cantado. La Orquesta Sinfónica de la UANL bajo la batuta de su titular Eduardo Diazmuñoz, hizo un espléndido trabajo durante toda la función, siempre en apoyo de los cantantes. En la Obertura de Nabucco de Verdi y en el Intermezzo de Cavalleria rusticana de Mascagni, la atinada dirección de Diazmuñoz cuidó la forma y la relevancia dramática de la música, a lo que sus integrantes respondieron con ímpetu. El elenco conformado por Canto en Escena, institución artística independiente, sin fines de lucro y de probada experiencia, mostró voces de calidad en una velada que será recordada por el público que llenó el recinto a tres cuartas partes de su capacidad y que aplaudió con gran entusiasmo al final del espectáculo.