Il barbiere di Siviglia en Los Ángeles

Joshua Hopkins (Figaro), Isabel Leonard (Rosina) y Edgardo Rocha (Almaviva) en Il barbiere di Siviglia en Los Ángeles © Cory Weaver

Octubre 29, 2023. Estrenada el 20 de febrero de 1816 en Roma, Il barbiere di Siviglia, ossia l’inutile precauzione, la ópera bufa en dos actos de Gioachino Rossini (1792-1868) es sin duda una de las comedias más gustadas y populares del repertorio operístico, y fue el segundo título de la actual temporada de la Ópera de Los Ángeles, escenario donde no se repone con regularidad y del cual había estado ausente durante varios años. 

La conformación de temporadas balanceadas y atractivas para atraer y mantener el interés del público es el reto actual más complicado al que se están enfrentando las compañías de ópera, y una manera de hacerlo es volviendo a los clásicos. Para ello, el teatro recurrió al director y coreógrafo Rob Ashford, reconocido por su trabajo en Broadway, quien en su primera incursión en la ópera ofreció una versión fluida, entretenida y divertida de la ópera. Ashford entendió que el humor está ya contenido en la música y en las situaciones en las que se encuentran los personajes en el libreto, por lo que no fue necesario recurrir a la sobreactuación, los clichés y las bromas tan vistas y repetidas en casi todos los montajes de este título. Su enfoque fue hacia la simplicidad, hacia el texto, y a explotar la parte humana de los personajes, ya que es la pasión y la búsqueda del amor entre Rosina y el Conde Almaviva el verdadero motor de la trama y la comicidad. 

Con un simple pero llamativo montaje escénico proveniente de la Ópera de Chicago, donde tuvo su estrenó en 2014, todas las escenas se realizaron en el interior de un patio rodeado por unos arcos de estilo morisco, ideados por el propio Ashford y Scott Park, con coloridos y elegantes vestuarios de Catherine Zuber y la iluminación de Howard Harrison. 

Para esta puesta se conformó un buen elenco de cantantes comenzando por el tenor uruguayo Edgardo Rocha, poco conocido por estas latitudes, quien dio vida al Conde Almaviva, mostrando una grata y admirable voz de tenore di grazia, muy ligera y flexible y con admirable explosividad y color. La facilidad con la que canta permitió que se incluyera la casi siempre omitida aria ‘Cessa di più resistere’. El papel de Rosina fue cantado con seguridad y autoridad por Isabel Leonard, en un repertorio que se adapta a las cualidades de su voz, que ha adquirido más cuerpo. 

Paolo Bordogna (Don Bartolo) y Luca Pisaroni (Don Basilio) © Cory Weaver

Notable fue la presencia del bajo-barítono Paolo Bordogna como Don Bartolo, un experimentado intérprete en este tipo de papeles, que actúa y canta con facilidad y pericia, y un lujo fue contar con el bajo-barítono Luca Pisaroni, quien en su debut local dio la picardía y la vileza que requiere el personaje de Don Basilio, sobresaliendo en su caracterización como en su canto pujante y brioso. 

Menos convincente estuvo en la parte de Fígaro el barítono Joshua Hopkins, cuyo grato timbre barítonal no compensó su carencia en materia de presencia y gracia actoral. Correctos estuvieron los barítonos Ryan Wolfe como Fiorello y Joel Balzun como el Sargento, como valiosa y participativa, especialmente en la ejecución de su aria, estuvo la soprano Kathleen O’Mara como Berta. 

El coro que dirige Jeremy Frank desde 2022 cumplió de manera adecuada con la parte que le corresponde en esta ópera, y agradó la precisión y musicalidad que extrajo el maestro Louis Lohraseb de su entusiasta concertación musical. Formado en este teatro bajo la guía de James Conlon, ha dado buenos resultados cada vez que se ha le confiado dirigir desde el foso.

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