Il paese dei campanelli en Novara
Octubre 1, 2023. El 23 de noviembre de 1923 —es decir, hace casi 100 años— se estrenó en el Teatro Lirico di Milano esta opereta en tres actos de Carlo Lombardo, sobre el tranquilo ambiente de una pequeña localidad, quizás holandesa, pero de fantasía, que vive de sus creencias y tradiciones, y que se ve trastocada por la irrupción de marineros que se ven obligados a quedarse, pero que aprovechan los deseos reprimidos de las mujeres y esposas del pueblo para encontrar la manera de no aburrirse y vivir esa detención forzada de la forma más erótica posible.
La dirección de Alessandro Talevi ciertamente no descuidó este aspecto erótico, cuando en algunas escenas al fondo del escenario podemos ver claramente los actos sexuales de los marineros con las esposas «fieles» del pueblo. Pero ni siquiera los hombres-maridos serán fieles cuando vienen las esposas de los marineros a buscar a sus propios maridos.
“Duetos con tropezones y mucha pornografía esparcida en los diálogos y en la trama del libreto.” Así calificó el Giornale del Teatro el género de la opereta en 1918. Las cosas no iban mejor en 1926, en plena era fascista, cuando se podían leer estas palabras en Il Giornale d’Italia: “Mal producto industrial que tiene nada que ver con el arte […] Música de fox-trot que huele a cocaína a un kilómetro de distancia […] Apoteosis de la negromusicomanía”. En definitiva, la opereta italiana no quiso conformarse con esa «italianización» propugnada por el régimen fascista, y se negó a volver «a las fuentes de nuestra sana comunidad, inmortalizada en obras que son el orgullo de nuestra literatura nacional, para repetir las razones por lo que fue la gloriosa ópera cómica italiana». Pero al público poco importó y se dejó llevar por aquellas historias absurdas llenas de música cautivadora.
Las arias son muy famosas y en esta edición fueron interpretadas por voces líricas muy respetadas, quizás favoreciendo las voces femeninas sobre las masculinas. Fueron apreciables las actuaciones de Maritina Tampakopoulos en el papel decididamente brillante y guiño de Bombon; Francesca Sassu como Nela; y Silvia Regazzo como Ethel. Un guiño muy particular para Federico Vazzola, que «en travesti» interpretó con mesurada ironía el papel de la Pomerania, convirtiéndose en el protagonista indiscutible.
La Orquesta Filarmónica Italiana fue dirigida con gran equilibrio y lirismo por Roberto Gianola, quien supo dibujar algunos hermosos momentos musicales realzando los conocidos duetos y arias.