Le nozze di Figaro en Santa Fe
Agosto 3, 2021. La Ópera de Santa Fe presentó su esperada producción de Las bodas de Fígaro de W. A. Mozart. Se presentó en el teatro de acuerdo con las regulaciones de COVID vigentes en el estado de Nuevo México. Afuera, en el estacionamiento, se transmitió en forma simultánea para una audiencia más pequeña de aquellos que prefirieron ver la obra desde sus autos. Mi acompañante y yo formamos parte de este último grupo y disfrutamos de unos aperitivos en el coche mientras veíamos los grupos familiares a ambos lados.
Justo antes de la hora de la representación, el cielo se oscureció y las nubes de lluvia ocultaron las montañas mientras los rayos iluminaban el cielo. Cinco minutos más tarde, ¡había un enorme arco iris que cruzaba el estacionamiento! Así es Nuevo México en el verano.
El nivel del canto en esta función fue uno los mejores Fígaros que he visto en muchos años. A pesar de cantar recitativos, roulades vocales y agudos al por mayor durante tres horas y media en uno de los roles más extensos de repertorio sopranil, Ying Fang como Susanna nunca sonó ni tantito cansada. Su personaje era una mujer del siglo XX con sueños de igualdad. A instancias del director de orquesta Harry Bicket, ella y los demás protagonistas adornaron las repeticiones de sus arias.
Aunque las normas de COVID y de los visados impidieron que Laurent Pelly viniera a Santa Fe, Laurie Feldman dirigió su concepto del “día de locos” de Beaumarchais como horas y ruedas interconectadas que podrían hacer girar un reloj imaginario en los laterales del escenario de la plataforma giratoria. Los trajes de Pelly y Jean-Jacques Delmotte, muy ajustados, situaban la época en la mitad del siglo XX, con vestidos que a menudo llegaban a la mitad de la pantorrilla. Los hombres solían ir vestidos con ropa de calle.
El diseño escénico de Chantal Thomas fue principalmente arquitectónico, con poca atención a los interiores. La iluminación de Duane Schuler mostró a menudo las sombras de los personajes, como si quisiera enfatizar su presencia. Como cada verano, la directora del coro, Susanne Sheston, formó un grupo armonioso con los numerosos solistas de voz sólida y lírica aceptados como aprendices para 2021.
El Fígaro de Nicholas Brownlee fue un sirviente alegre que se creía igual a su amo en rango, fuerza física e inteligencia. Incluso levantó a varios miembros del reparto para demostrarlo. Vocalmente, empezó con lentitud y tuvo algunos problemas para seguir el ritmo vivo de Bicket. Sin embargo, a medida que creaba su personaje, cantó con más claridad.
Vanessa Vasquez, obviamente embarazada, cantó con tonos cremosos y la personalidad cariñosa de la Condesa que irradió durante todo el espectáculo. Es ella la que perdona al conde al final de la ópera, cuando todas las acciones del “día loco” de Beaumarchais terminan en un coro feliz.
Samuel Dale Johnson fue un conde bastante frenético y con problemas de ira. Incluso llevaba una pistola en un momento dado, pero cantó con tonos bronceados. El Dr. Bartolo, el abogado, de Patrick Carfizzi, cantó con sonidos oscuros y parecía un mafioso más interesado en el dinero que en la justicia. Al final, sin embargo, Bartolo aceptó a Figaro como su hijo.
Megan Marino fue un Cherubino infantil que se tomó en serio la masculinidad de su personaje. Cantó con tonos líricos dulces y utilizó una buena parte de la voz de pecho. Susanne Mentzer fue una Marcellina entrometida y traviesa que nunca llegó a cantar su aria. Es necesario escucharla para igualar a los hombres y a las mujeres en esta ópera.
Brenton Ryan fue un divertido y entrometido Don Basilio mientras que el becario Thomas Ciluffo fue un oficioso Don Curzio. La becaria Cheyanne Coss fue una Barbarina risueña que perseguía a los chicos con una voz y una personalidad encantadoras, y James Cresswell apareció apropiadamente desaliñado como el borrachín Antonio.
Se trata de una representación de primera clase de una ópera que rara vez se hace tan bien. Bicket, reconocido internacionalmente como director de ópera y de conciertos, es especialmente conocido por su interpretación del repertorio barroco y clásico. Esta representación mostró al público estadounidense por qué. Sin embargo, esta vez Bicket no interpretó los recitativos. Los interpretó con gran eficacia Glen Lewis en el clavecín.